Polvo en suspensión amenaza a habitantes de Atacama
Por Marjory Miranda, La Tercera.
El aumento del tránsito sobre capas de tierra seca ha aumentado el nivel de polución tras los aludes.
Sólo las luces de los autos y algunas de los semáforos funcionando se logran divisar a lo lejos de la Avenida Copayapu, una de las principales arterias de Copiapó y que va en paralelo con el flujo del río del mismo nombre de la ciudad, debido a la espesa capa de polvo que se levanta con el tránsito vehicular y con el movimiento de tierra de la maquinaria pesada que trabaja para despejar el barro del bandejón central.
José Carrasco (65) vive en el sector de Callejón Rafael Torreblanca. Trabaja sacando áridos y se traslada a Copiapó en bicicleta.
Relata que “lo peor es cuando pasan los camiones o se juntan varios autos, porque como la calle no está habilitada por completo se hace taco. Ahí ¡se levanta una polvareda! Empiezan a picar los ojos y hay que usar mascarilla nomás”.
Paola Zúñiga (43), vive detrás de la esquina de Avenida Ramón Freire y Centenario. Por la calle de su casa pasó un poco de barro que tuvo que limpiar. “Con palas sacamos todo pero igual queda polvo, aunque estamos atrás de la Avenida Freire igual se mete a las casas, uno limpia y después está de nuevo lleno todo. A veces pasan camiones para mojar la calle pero no dura mucho, porque el sol seca altiro”.
Efectos en la salud
Un problema que ha ido en aumento conforme el lodo se seca, y que afecta la salud de las personas, según pudieron comprobar médicos de la Clínica Las Condes (CLC), que estuvieron realizando un operativo médico.
La médico broncopulmonar de esta clínica, Mónica Saavedra, explicó que “el polvo en suspensión siempre va a provocar algún grado de irritación en las vías respiratorias, pero esto es mucho más crítico en pacientes con enfermedades tipo asmáticas, o crónicas respiratorias. Lo que vimos, sobre todo en Chañaral, es que había mucha consulta inicial por crisis obstructivas bronquiales, crisis asmáticas generadas principalmente por la inhalación de polvo ambiental”.
Saavedra agregó que no hay una estadística sobre la cantidad de pacientes afectados, pero que “en dos días que estuvimos en el operativo llegaron unos 80 pacientes, todos con problemas respiratorios. Eran principalmente pacientes crónicos y cuyos cuadros se agudizaron por respirar el polvo”.
El tema en la zona puede complicarse en los casos donde el material en suspensión se compone de tierra y restos de minerales, tras la bajada en el agua de los relaves, la doctora dijo que “es posible que hayan otros contaminantes, pero nosotros no tenemos los datos de cómo se compone el material en suspensión. Pero independiente de lo que contenga, sigue siendo irritante para las vías respiratorias, y si tiene otros componentes, como minerales, es más irritante aún”.
La recomendación, agregó la facultativa, es tratar de no transitar por las zonas donde se levanta el polvo y si no se puede evitar, hacerlo con una mascarilla que tape boca y nariz. Tampoco se recomienda hacer actividad física y si se va a trabajar con tierra, humedecer antes el terreno.
En esa misma línea, Omar Maldonado, jefe de Salud Pública de la Seremi de Salud, señaló que “no tenemos cifras objetivas, pero lo esperable es que producto del movimiento de tierra y del secado del barro, exista una mayor polución. Debido a eso, se está promoviendo el uso de mascarillas que eviten que las partículas más finas ingresen al sistema respiratorio. También es recomendable que quienes vivan o transiten en las zonas con más concentración de polvo, usen lentes o antiparras”.
Dermatitis
Otro problema es la piel, según explicó el dermatólogo de CLC, Fernando Valenzuela, quien también participó en el operativo médico en la zona. “Lo que más vimos fueron bastantes problemas de resequedad y que tienen que ver con el clima y exposición al sol. En una piel sana, el polvo pocas veces puede generar dermatitis, pero con la piel seca la gente está más expuesta. Vimos un aumento de dermatitis y alergias por causa del polvo, también hubo gente que fue arrastrada por la corriente y que estuvo sometida al barro, que también presentaron síntomas como picazón o irritación de la piel.