Vecinos del barrio Yungay inauguran el primer museo comunitario de la Región Metropolitana
Por Sebastián Sottorff, El Mercurio.
Conservación patrimonial:
El recinto pretende preservar la historia de esta zona de Santiago Centro, a través de una serie de objetos personales y fotos donados por los mismos residentes.
“Acá estamos luchando contra el olvido”, dice Rosario Carvajal, una de las representantes vecinales de un movimiento que desde el año 2009 se propuso defender el barrio Yungay. Aquella cruzada logró que las autoridades declararan a esta emblemática área de Santiago centro como una Zona Típica, alejando la posibilidad de destruir los inmuebles patrimoniales que atiborran las calles de este sector, considerado como el primer barrio republicano de la capital y que hace pocas semanas cumplió 176 años.
“Pero además de eso, nos propusimos preservar la esencia del barrio y hacer un rescate identitario”, agrega Carvajal al interior de un atípico recinto comunitario.
Se trata del primer museo barrial que se instala en la Región Metropolitana, un espacio que preserva gracias a la colaboración de los vecinos, parte del patrimonio común y privado de quienes habitan este tradicional sector.
“Pero esto no es una colección de objetos, sino que también un relato histórico de cómo se ha ido desarrollando nuestro barrio”, explica Carvajal.
El museo, que funciona en la calle Herrera 650, está en una casa construida a fines del siglo XIX y por ahora alberga varios objetos antiguos y cotidianos.
Por ejemplo, se puede observar una colección de artículos donados por María Sancifrian, una mujer española que arribó al país en el “Órbita”, el barco que antecedió al Winnipeg cuando detonó la Guerra Civil Española.
De esta vecina, fallecida hace ya dos años, el museo conserva varios elementos personales, como muebles, maletas, cartas, ropa, pinturas y fotografías.
Claro que una parte esencial de sus pertenencias están dedicadas a Raphael, el ídolo que María siempre veneró a través de un fanatismo casi religioso.
En el lugar, se pueden observar revistas, un viejo tocadiscos, los vinilos del artista español y un diario personal que, de seguro, tiene memorabilia única en el país.
“Es como entrar a una de las casas más antiguas del barrio”, señala Rosario que, ayudada por dos estudiantes de Historia del Arte, ha montado la exposición que próximamente espera recibir más donaciones de los habitantes del sector.
Además de la apertura de este museo, los residentes firmaron un acuerdo de preservación y colaboración patrimonial con un antiguo “vecino” de este barrio: la panadería San Camilo, ubicada en San Pablo con Matucana.
En ese establecimiento, que cumplió 130 años en la misma esquina, se preservan antiguas pesas y herramientas, así como una carreta repartidora de los años cuarenta que antiguamente era tirada por caballos.
“Nuestra empresa nació en el barrio, así que nos sentimos completamente parte del sector. El acuerdo de cooperación se dio de forma natural, porque también somos vecinos”, explica Alberto Ferrán, gerente general de San Camilo y tercera generación en asumir el mando de la empresa. La idea es que, a través de este convenio, la compañía apoye las actividades de difusión del barrio, así como la preservación del patrimonio común.