Vecinos se movilizan ante contaminación en lago Vichuquén, principal atractivo de la zona
Por Milton Saavedra, El Mercurio.
El impacto en el turismo se ha dejado sentir, pues varias reservas fueron canceladas en Semana Santa:
Municipio y habitantes trabajarán en una nueva ordenanza sobre el uso de las aguas, para regularizar las descargas domiciliarias o prohibir el uso de madera impregnada en la construcción de muelles.
Con aguas verdosas y malolientes. Así está el lago Vichuquén en varios sectores, lo que impide hacer deportes, bañarse o pasear, actividades que atraen a 15 mil personas cada verano, pues es el gran atractivo turístico y motor económico de la comuna que le da su nombre, en la Región del Maule.
Sedimentos arrastrados por las lluvias desde las laderas con plantación forestal, materia orgánica de aguas servidas, alta salinidad por el ingreso de mar desde la desembocadura del estero Llico y proliferación de microalgas superficiales tienen al lago, de 40 km, en mal estado.
El impacto en el turismo ya se ha dejado sentir. Para Semana Santa varias reservas fueron canceladas, dicen en los hoteles, hostales y restaurantes de la zona, y evitar una fuga de turistas es la tarea a la que se abocará el municipio.
Así lo afirma el alcalde Román Pavez, quien anticipa que, junto a la comunidad, académicos e instituciones públicas, se trabajará en una nueva ordenanza sobre el uso del lago, creando la figura de un gerente que velará por el cumplimiento de medidas para mantener las aguas sanas.
Entre ellas estará regularizar las descargas domiciliarias, prohibir el uso de madera impregnada en la construcción de muelles, y no regar jardines con aguas del lago, porque arrastran fertilizantes.
Para la Unión Comunal de Juntas de Vecinos urge cerrar artificialmente la desembocadura del estero Llico, porque plantea que la situación no resiste una nueva entrada masiva de mar. “La recuperación del agua es clave para mantener al lago como un atractivo turístico relevante y toda la actividad económica que produce”, expresa la agrupación en una carta enviada a todos los residentes del sector.
Lenta reacción
Ya en 2008 un estudio del Centro de Ciencias Ambientales Eula, de la Universidad de Concepción, daba cuenta de que algo había que hacer para evitar la situación en que hoy está.
“Este aumento de salinidad ha producido una disminución de la transparencia del agua, quebrando de manera definitiva el delicado equilibrio que mantenía el agua en su estado transparente, ganando turbidez de manera progresiva debido a la proliferación de microalga superficial”, dice el informe.
El año pasado, los dirigentes vecinales pidieron a las autoridades del Ministerio de Obras Públicas bloquear la desembocadura para controlar el desequilibrio de intercambio de aguas, pero no hubo respuesta.
Recién en marzo, la seremi de Salud local atendió una denuncia ciudadana y realizó las primeras mediciones. Los parámetros salieron alterados, aunque levemente. Pero a mediados de abril, los mismos análisis confirmaron que la contaminación había empeorado.
En el sector cercano a la desembocadura de la planta de tratamiento, en la zona de Llico, los resultados arrojaron 16 mg/litro de grasas y aceites, superior a los 10 mg/litro permitidos por la norma. En la playa pública Paula aparecieron coliformes fecales también excedidos del máximo tolerable.
“Han empeorado los parámetros y eso habla de una tendencia y, por eso, se mantiene la prohibición de uso de las aguas del lago para baño o consumo”, explica la seremi de Salud, Valeria Ortiz. La Armada, en tanto, no permite nadar ni practicar deportes acuáticos.
El alcalde de Vichuquén estima que las lluvias ayudarían a limpiar las aguas. Confía en ello, pero está consciente que si esto no es suficiente, el panorama económico, social y turístico será devastador el próximo verano, adelanta.
Alrededor de la ribera de este lago hay cerca de 1.300 residencias de veraneo, desde pequeñas a grandes casas, y el principal medio de transporte y diversión en la temporada estival son las motos acuáticas, veleros y lanchas.