Transantiago: estudio de LyD anticipa que pérdidas del sistema aumentarán, pese a nuevo subsidio
Por Manuel Valencia, El Mercurio.
Advierte que aporte de US$ 2.760 mills. dobla recursos del programa anual de ingreso ético familiar
Informe critica que proyecto de ley que solicita la inyección de recursos no venga acompañado de compromisos, metas y plazos para mejorar la eficiencia financiera del transporte público metropolitano.
El nuevo subsidio de US$ 2.760 millones que el Gobierno está pidiendo al Congreso para equilibrar financieramente el Transantiago y costear iniciativas de transportes en regiones ya comenzó a discutirse en el Parlamento.
Pese a que el proyecto, junto a otros subsidios y el 2% constitucional aportado en 2009 habrá aportado más de US$ 16 mil millones al sistema en siete años más, Transantiago no ha logrado retener pasajeros o reducir problemas como la evasión. A la luz de esta evidencia, un informe realizado por el Instituto Libertad y Desarrollo cuestiona al Ejecutivo por volver a solicitar recursos al Congreso. Es más, el análisis anticipa que la nueva remesa no implicará una reducción ni mantención de las pérdidas, sino un aumento de las mismas, considerando las tendencias de los últimos ocho años.
“Al final del período, el transporte público en Santiago va a ser, en el mejor de los casos, similar a lo que ya conocemos, pero con buses más deteriorados y operadores desfinanciados. El sistema actual no parece sustentable y no se observan instrumentos para revertirlo”, consigna el documento.
También, Libertad y Desarrollo critica que los recursos se utilicen para evitar alzas del sistema y contrapone los recursos anuales para los programas como Chile Solidario o el Ingreso Ético Familiar, que representan la mitad de estas políticas.
Rodrigo Fernández, economista y especialista en Transporte del Instituto Libertad y Desarrollo, señala que en la solicitud de subsidio “se echa de menos un compromiso que muestre hacia dónde va el Transantiago, con montos, plazos, estándares, compromisos. En la cuenta pública y en el proyecto mismo da la impresión de que el Transantiago funcionara fantástico y no es así. Es necesario revisar los diseños de pago del sistema, la tarifa técnica y la falta de incentivos para controlar los costos”, critica el investigador.
El académico ejemplifica entre los problemas la evasión del sistema. A su juicio, “en una lógica cortoplacista, con el sistema de pago por pasajero transportado, para el Estado puede resultar conveniente que haya evasión, porque deja de pagar. Lo que falta es incorporar en el Transantiago más mecanismos de mercado. Lo que se puede hacer es aprovechar que el 2018 vencen los contratos asociados al 61% de la flota de buses. Ahí se puede incluir, por ejemplo, la posibilidad de que las empresas pierdan su concesión por una operación deficiente.
“El Mercurio” intentó obtener la visión del Ministerio de Transportes sobre este estudio, pero ello no fue posible.
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El análisis no comparte el nuevo giro del tren subterráneo como operador de buses.