El poblado fantasma tras la erupción
Por Sebastián Labrín, La Tercera.
La localidad de Ensenada, ubicada en la zona de exclusión, fue evacuada el pasado 22 de abril cuando se registró el primer pulso volcánico.
El aullido de los perros es lo único que, por algunos minutos, rompe el silencio que impera en las calles de Ensenada. La localidad ubicada a 42 kilómetros de Puerto Varas luce vacía, aun cuando el reloj marca las 14.30 del viernes 1 de mayo.
Por orden de las autoridades sus 4.500 habitantes abandonaron el lugar, tras la tercera erupción del volcán Calbuco, ocurrida el pasado jueves. Por esta razón, Ensenada pasó de ser uno de los epicentros turísticos de la Región de Los Lagos a una localidad sin habitantes, una suerte de pueblo fantasma.
Entre las casas vacías, un tenue aroma a azufre y la ruta de dos vías flanqueada por piedra volcánica, una pareja de Carabineros recorre el entorno del sector. Su tarea, junto con asegurar la evacuación total de área, busca prevenir delitos como robo a casas. En medio de su caminata, un cartel de color celeste y letras negras sobresale para graficar la molestia de sus habitantes: “Se necesitan palas, carretillas, guantes, mascarillas, manos… Y menos corbatas”, reza la improvisada pancarta.
Desde el primer pulso eruptivo, registrado el 22 de abril pasado, los 12 uniformados de la tenencia Ensenada se transformaron en los únicos habitantes permanentes de la zona afectada. Ni el Ejército ni las autoridades de gobierno han pernoctado desde la catástrofe que definió un el radio de 20 kilómetros como “zona roja”. A pocos metros de la unidad policial los locales comerciales y viviendas destruidas por la caída de material volcánico forman parte del entorno. Los animales abandonados son otra de las preocupaciones de las autoridades.
El oficial a cargo de la unidad de Carabineros es el mayor Juan Arancibia. El uniformado asegura que han sido días difíciles: “Ha sido un trabajo sacrificado. Nosotros también tenemos familia, pero tenemos que estar acá”. Agrega que pese a evacuar la totalidad del sector, un grupo de policías seguirá “patrullando para resguardar los bienes de las personas que tuvieron que abandonar obligatoriamente”.
Al igual que en Ensenada, en los sectores de Correntoso y Lago Chapo -también afectados por la ceniza volcánica- las autoridades permitieron de forma momentánea el reingreso de sus habitantes. La medida se cumplió entre las 8.00 y las 16.00 horas, tiempo en el cual algunos residentes realizaron labores de limpieza y alimentación de sus animales. “Aprovechamos de ayudar en la limpieza de los terrenos y también ver nuestras casas, que están abandonadas. Queremos regresar a nuestras casas”, dijo José Hurtado, habitante de una de las localidades afectadas.
Según el intendente de Los Lagos, Nofal Abud, existen cerca de 230 familias que se encuentran en “una condición bastante delicada”, razón por la cual permanecen en albergues. Los altos costos de los arriendos de viviendas, llevó a que ayer se anunciara un aumento del bono para este ítem, pasando de $ 150 mil a $ 200 mil. Las condiciones climáticas y la inestabilidad del macizo, llevaría a que las autoridades mantengan el estado de excepción y la restricción de acceso a las zonas aledañas al volcán Calbuco. Mientras esto ocurra, Ensenada, Correntoso y Lago Chapo seguirán abandonadas, donde sus únicos residentes serán lo carabineros.