Santiago suma 12 alertas y alcanza la frecuencia de episodios de fines de los 90
Por Manuel Valencia, El Mercurio.
Por nueva medición por MP 2,5, se registra el doble de días críticos que en 2014:
Estrategia de alertas sanitarias ambientales podría repetirse el próximo año por el retraso del nuevo plan de descontaminación para material particulado fino, que está en etapa de formulación.
Santiago está lejos de los días en que sus habitantes debían usar hasta mascarillas para enfrentar días críticos de esmog. Eso ocurría a mediados de la década de los 90, cuando los episodios críticos se decretaban y constataban seguidamente para reducir el material particulado grueso (MP 10)
Casi 20 años después, la ciudad vive un desafío de segunda generación: debido a que el material particulado grueso ha logrado reducirse un 40% desde 1990, ahora el objetivo de las autoridades es controlar y reducir las emisiones de material particulado fino (MP 2,5), el más dañino para la salud y responsable de hasta 4.000 muertes al año. Para ello, los ministerios de Medio Ambiente y Salud comenzaron a decretar alertas sanitarias ambientales en Santiago con el objetivo de enfrentar este contaminante, del que la capital está saturada, según un decreto publicado a fines de 2014.
Así, este año el Gobierno ya ha declarado y constatado 12 alertas sanitarias (11, si se mide hasta el 31 de mayo, como muestra la infografía) por calidad regular del aire. La cifra dobla las seis de 2014 y, según el jefe de la división de calidad del aire del Ministerio de Medio Ambiente, Sebastián Tolvett, representa la mayor cantidad de episodios críticos decretados en forma tan seguida desde fines de los 90.
“En la Región Metropolitana nos hemos permitido implementar un estándar mucho más exigente y vamos a decretar preemergencias por material particulado fino, que es el contaminante que más afecta la salud de las personas. Es altamente probable que tengamos más episodios que el año pasado, lo que aumenta la probabilidad de ocurrencia de preemergencias”, señala el ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier.
Este panorama podría volverse más crítico en las próximas semanas. El coordinador del Centro Meteorológico Ambiental de la U. de Santiago, Patricio Pérez, señala que se enfrentará un mes complejo en junio, a su juicio el más crítico en episodios. “El año pasado hubo poco más de 30 alertas en el período y ya llevamos 12 en un mes. Y eso que la ventilación se ha mantenido en niveles regulares este año y ha habido poca lluvia”, dice.
Retraso del nuevo plan
El año pasado, de haber regido las medidas actuales, la autoridad habría declarado tres emergencias, seis preemergencias y 18 alertas ambientales.
Las disposiciones de las alertas sanitarias ambientales podrían volver a repetirse durante la gestión de episodios críticos (1 abril a 31 de agosto) del próximo año, debido a que -contra la expectativas del Gobierno- el plan de descontaminación para material particulado fino (MP 2,5) no estaría listo para debutar en el segundo trimestre de 2015, sino que estaría disponible recién a fines del próximo año. Esto, debido a que aún el Ministerio de Medio Ambiente trabaja en la elaboración del anteproyecto, que recién hacia noviembre pasa al proceso de partipación ciudadana. Luego, en enero sería ingresado a la Contraloría, lo que podría demorar varios meses, debido a las complejidades técnicas del documento.
Tolvett aclara que se podría repetir el panorama del nuevo plan de descontaminación para Temuco-Padre Las Casas que, aunque esté en tramitación en Contraloría, adelantó medidas estructurales vinculadas a ministerios como el de Vivienda, que aumentó los subsidios de aislación térmica de 1.900 a 3.000. “Esperamos que haya medidas que se apliquen desde ya. Puede ser que si no llegamos a tenerlo, vamos a empezar con alertas y alguna medida estructural que dependa de un servicio con algunos programas piloto”, señala.
Para Pérez, la situación es preocupante. “Ya ha pasado suficiente tiempo para que contemos con medidas. Las actuales alertas no obligan y no tienen la efectividad de un plan”.
La nueva estrategia para la capitalEl plan de descontaminación para material particulado fino, que está en etapa de anteproyecto, busca reducir a la mitad la cantidad de emisiones de MP 2,5 hacia 2020. Actualmente se emiten 4.599 toneladas del contaminante al año, según un inventario realizado por la Usach. Para bajar este tipo de polución se estudian medidas por más de US$ 787 millones, como la fijación de zonas de baja emisión, para que allí solo circulen vehículos no contaminantes, la restricción vehicular para catalíticos antiguos, la prohibición permanente de estufas a leña, el recambio de vehículos a diésel (como el transporte escolar) y la chatarrización de camiones antiguos, entre otras disposiciones.