Proyecto para controlar no pago del Transantiago crearía registro público de evasores
Por Valentina Mery, La Tercera.
En los próximos días, la iniciativa será presentada al Congreso por el Ministerio de Transportes.
“Hemos centrado los esfuerzos en mejorar la fiscalización, la frecuencia y reforzar los recorridos clave de buses del Transantiago. Esta es una responsabilidad de todos y debemos juntos contribuir a reducir la evasión que afecta gravemente la sustentabilidad del sistema”. Estas fueron las palabras con las que la Presidenta Michelle Bachelet se refirió, el pasado 21 de mayo, al sistema de transporte público capitalino que debutó oficialmente hace ocho años, en su primer gobierno. Hoy, Transantiago registra pérdidas anuales cercanas a los $ 38 mil millones y se tramita en el Congreso un proyecto que aumenta el subsidio estatal para evitar que suban las tarifas.
Uno de los problemas permanentes del sistema ha sido la evasión. De hecho, el año pasado el no pago del pasaje alcanzó el 24%, la cifra más alta del último lustro (ver infografía).
Pese a que actualmente existe una mayor fiscalización y multas que, en promedio, alcanzan los $ 64 mil, el Ejecutivo presentará en los próximos días un proyecto de ley para combatir de forma más eficaz la evasión.
Según fuentes cercanas al gobierno, la iniciativa contempla la creación de un registro público de evasores, donde quedarán los nombres de las personas que al ser fiscalizados no hayan pagado el pasaje. Este listado actualmente ya existe en el Registro Civil como subregistro de evasores, sin embargo, con la iniciativa esta lista será reforzada y de conocimiento público.
“Diariamente hay alrededor de 625 mil usuarios en todo el sistema que están generando pérdidas anuales por US$ 415 millones al sistema y eso podría equivaler a 1.300 nuevos buses. Por lo tanto, ahí hay una analogía que demuestra lo necesario que es cambiar la cultura de la gente para que empiece a pagar el pasaje”, detalló Felipe Clark, subgerente de operaciones de Alto Evasión, organismo que trabaja con el operador Alsacia-Express, el cual posee el 30% de la flota de buses.
Dentro de las consecuencias que podría tener para quienes no pagan su pasaje, estaría, por ejemplo, incidir cuando una persona se presenta a un trabajo, debido a su carácter público. Además de aumentar la sanciones que existen hasta hoy.
Actualmente, el principal modo para controlar el no pago es la fiscalización aleatoria de buses, la que es alabada por la industria. “Si bien hoy día el gobierno ha hecho un esfuerzo muy importante desde el programa de Fiscalización para poder sacar multas, en promedio, el 60% de los multados no está pagando las infracciones en los juzgados de Policía Local. Entonces, finalmente estos esfuerzos terminan siendo ineficientes frente a la vulnerabilidad de la legislación”, añade Clark.
Perfil del evasor
Según un estudio de Alto Evasión, un 6% de los evasores están por debajo de la línea de la pobreza extrema y un 15% está bajo la línea de la pobreza. Ante esta situación, según expertos, las multas no son necesariamente una buena alternativa para controlar el no pago del pasaje.
“Para un número importante de usuarios del sistema, el pago de la tarifa representa un porcentaje alto de su ingreso, que puede ser del orden del 10% al 20%. Para una persona que tiene un sueldo de $ 250 mil mensuales eso es mucho”, explica el académico en ingeniería en transportes de la Universidad de Chile, Alejandro Tirachini.
El experto agrega que “es moralmente cuestionable tener una multa muy alta para los evasores, cuando hay gente que evade porque se ahorra dinero, que es alto porcentualmente a su ingreso”. Según Tirachini, una alternativa para que tratar de disminuir la evasión es que los subsidios que otorga el Estado vayan directamente a la demanda. “Y que se diseñe alguna forma en la cual los usuarios de menos recursos puedan tener una tarifa rebajada”, añade.
Dentro del perfil del evasor, según los estudios de Alto Evasión, la juventud predomina en el no pago del pasaje: el 58% de los evasores tienen entre 20 y 29 años. Además, el 75% son hombres.
“Lo más relevante que hay que tener en consideración es que es transversal a todos los grupos socioeconómicos. Aquí el problema no es la disposición al pago, sino es un problema conductual y eso es lo que hay que saber atacar”, añade Clark.