¿Por qué el aeropuerto de Santiago no está entre los top 100?
Por Marjory Miranda, La Tercera.
Según el ranking británico Skytrax, que se nutre de encuestas de usuarios, el terminal aéreo capitalino tiene varias deficiencias.
Resultados del ranking británico Skytrax
En la última medición, de enero de 2015, el aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez (AMB) no figura entre los mejores. Sólo aparece en el sexto lugar cuando la lista se reduce a las terminales de Sudamérica. Lo anterior representa un retroceso al compararlo con las mediciones de 2013 y 2014 cuando, en esta categoría, estaba tercero. Dentro de los aeropuertos de la zona con mejores opiniones destacan el Jorge Chávez de Lima, el primero en la región y 35 en la lista de los top 100; seguido por el terminal de Guayaquil, Ecuador, que está segundo en la zona y en el número 59 de la lista general. En tercer lugar aparece El Dorado, de Bogotá, que entre los 100 mejores se ubica en el puesto 94. La encuesta se realiza desde 1999 y en la última versión, abarcó 13 millones de cuestionarios, de 112 nacionalidades, que midieron a 550 aeropuertos del mundo.
Servicios de comida son caros según usuarios
Entre los 39 ítems evaluados por los usuarios, la conectividad, transporte y servicios asociados a la estadía en el terminal son los que generan más comentarios entre los pasajeros que llegan al AMB. Aunque las opiniones que aparecen en la página de Skytrax se recomienda el terminal capitalino, y señalan que las mejoras han ido de menos a más, los servicios asociados son los más criticados. P. Carvalho, de Brasil, escribió “que no hay WiFi adecuado, sólo en las tiendas y bares”. También se hace alusión a los precios de los restaurantes del área internacional, y la poca disponibilidad de estos servicios en horarios menos concurridos, como en la noche o madrugada.
Malas indicaciones para informar embarques
El estudio también mide el servicio de distribución del equipaje y conocimiento de idiomas del personal. En este último punto, AMB ha aparecido entre los cinco mejores de Sudamérica. Sin embargo, algunos de los comentarios apuntan a la dificultad para entender las indicaciones cuando, por ejemplo, hay cambios de puerta de embarque. En estos casos se alude a deficiente señalética y la acústica del lugar. También hay comentarios sobre la señalización para diferenciar las filas de inmigración y la de pago de impuestos. K. Simps (USA), escribió que “tuve que dejar la línea de inmigración, pasar 25 minutos en la línea de pago de impuestos, luego comenzó otra vez en la línea de la inmigración”, por falta de señalética.
Desordenada oferta de transporte a la ciudad
La conexión con la ciudad también es valorada y en este caso, AMB, pese a las mejoras aplicadas en los últimos años y en especial en estas semanas previas a Copa América, no es bien evaluado. La mayoría de los comentarios mencionan la palabra “caos” para salir después de retirar su equipaje. También apuntan a los precios para los traslados, que consideran “elevados”. Tony Hall, de Australia, dijo que en la búsqueda de un transporte a la ciudad más económico, “los autobuses del aeropuerto esperan fuera de la carretera, pero no había ninguna señalización para decirlo. Encontré un autobús de dos pisos esperando fuera. El servicio era barato y cómodo”.
Capacidad del recinto versus cantidad de visitantes
Para el economista y consejero del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), Alvaro González, la percepción del usuario va de la mano con la capacidad del aeropuerto. “La mirada que se tiene para concesionar la infraestructura es de corto plazo. Cuando la ampliación se termine de construir, y se amplíe su capacidad a 30 millones, seguramente sólo van a pasar unos cinco años para que se llegue al límite”.
El ministro de Transportes Andrés Gómez-Lobo explicó que la nueva concesión -que contempla la construcción de un segundo terminal para vuelos internacionales, ampliar a 67 los puertas de embarque, entre otras mejoras en el terminal nacional- también tiene pensado un espacio para “que los buses (del Transantiago) puedan entrar al aeropuerto y salir, pero eso una vez que entre a operar la nueva concesión”.
Evaluación del actual concesionario del terminal
El actual concesionario del AMB, que deja de administrar el recinto en octubre próximo, aseguró que se han realizado inversiones para mejorar el servicio en la terminal. “Durante el presente año tenemos una operación mucho más holgada, recuperando los niveles de servicio anteriores a 2014 y 2013. Los beneficios de esta ampliación probablemente no han sido constatados por las encuestas del año pasado, pero si lo serán para el presente año”. Agregaron que en su medición interna, realizada el 2014 y que abarcó a más 800 pasajeros mayores de 18 años, “la evaluación general es bastante positiva, principalmente en indicadores relacionados con la mayor eficiencia en el proceso de embarque y los elementos que facilitan este proceso, como por ejemplo, sector de counters, comodidad en salas de espera después de embarcar y Policía Internacional”.