Subsidios de vivienda: de 732 mil entregados en cinco años, cerca de la mitad se pierden
Por Manuel Valencia, El Mercurio.
Aplicación de beneficios llega a 57,5% entre 2011 y 2014, según informe obtenido por la Ley de Transparencia
El Ministerio de Vivienda cree que la tendencia debe analizarse en un plazo de seis años y el CEP la atribuye al aumento del precio de los suelos y la construcción.
Para las familias que aspiran a convertirse en propietarias y recibir una casa propia, la obtención de un subsidio de vivienda constituye una suerte de garantía inicial. El momento tiene tal significado que desde hace varios años los gobiernos realizan ceremonias de entrega de estos documentos, muy similares a aquellas en que se les dan llaves a los nuevos dueños de casa.
Sin embargo, los subsidios están lejos de garantizar lo que anticipan. Según un informe del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), obtenido a través de la Ley de Transparencia, solo cerca de la mitad de los beneficios termina finalmente utilizándose para la compra, construcción o reparación de una vivienda.
De acuerdo con el análisis, entre 2011 -cuando se iniciaron las modificaciones a los programas con los cambios al de clase media- y 2014, el Minvu entregó 732.996 subsidios en todo Chile. De ellos, el 46% (338.253) no ha sido pagado o corresponde a renunciados. Es decir, solo poco más de la mitad (57,5%) se convirtió en viviendas o financió la reparación de una propiedad.
Entre los beneficios, el que goza de mayor aplicación es el de reparación (Programa de Protección del Patrimonio Familiar, PPPF), que llegó al 64,4% de concreción. El que menos se aplicó, de acuerdo con el informe, es el de grupos vulnerables (Fondo Solidario de Vivienda), que llegó a 48,2%. El beneficio para grupos de clase media (DS1), en tanto, sobrepasó levemente la mitad y promedió 51,9%.
Para el especialista en vivienda del Centro de Estudios Públicos (CEP), Slaven Razmilic, quien analizó los datos del informe, si bien las cifras incluso muestran una mejora respecto de las tasas históricas de aplicación de subsidios, que solo se pague la mitad es reflejo de diversas circunstancias. “Al mayor valor del suelo se sumó un alza importante del costo de la mano de obra que elevó fuertemente los costos de construcción en 2011 y 2012. Actualmente, con la desaceleración de la actividad en general y de la construcción en particular, ese componente de los costos ha ido normalizándose”, afirma.
Agrega que también influyó la política implementada por BancoEstado en el gobierno anterior: “Tuvo una política de otorgamiento de créditos mucho más restrictiva, coherente con sus esfuerzos por recomponer su cartera hipotecaria. Eso pudo haber afectado en el margen el desempeño del DS1 (subsidio para la clase media)”.
Aunque Razmilic asegura que el plazo de aplicación promedio de un subsidio es de hasta dos años, en el Minvu discrepan del análisis y sostienen que debe observarse en un plazo de seis años. El jefe de la División de Política Habitacional, José Luis Sepúlveda, explica que ello se debe a que el subsidio requiere de un ciclo entre su entrega y su ejecución. “En ese tiempo el Fondo Solidario alcanza entre 95% y 97% de aplicación y el DS1 llega al 79%”, afirma. De todos modos, admite el cambio implementado en el gobierno anterior, que aumentó los 21 meses de duración que tenían los subsidios para hacerlos efectivos: “Si una familia recibió un cartón el 2011 y llega al 2015, se resuelve su aplicación y se paga. Con la idea de que se haga efectivo, le damos el tiempo necesario”.
”Una política de vivienda que dependa de las decisiones comerciales del banco estatal no es sostenible”
SLAVEN RAZMILIC Experto en Vivienda CEP
”Los cartones (subsidios) se van renovando con la expectativa de que las familias lo apliquen en su oportunidad”
JOSÉ LUIS SEPÚLVEDA Jefe Política Habitacional Minvu
El desafío del Fondo Solidario de Vivienda “sin proyecto”La entrega de subsidios del programa Fondo Solidario de Elección de Vivienda sin un proyecto habitacional asociado fue una fórmula ideada por la administración anterior, con el objetivo de “sincerar” el déficit de vivienda y buscarle una solución.
La ministra Paulina Saball señaló recientemente a “El Mercurio” que ese objetivo tiene un problema asociado a la frustración de las familias que no logran concretar el proyecto habitacional.
“Las personas entienden que cuando obtienen un subsidio están obteniendo casi las llaves de la casa. Entonces, nosotros preferimos invertir el orden, en el sentido de trabajar con ahínco y esfuerzo para gestionar esa oferta simultáneamente a articular la demanda. Estoy absolutamente de acuerdo con que la gestión de suelo es importante, pero lo que nosotros reprochamos o lo que nos ha costado mucho asumir es el grado de frustración de las personas que se veían con un subsidio en la mano sin poder aplicarlo”, afirma la ministra de Vivienda.
A partir de los problemas suscitados con la modalidad, el Minvu, además de suprimir este tipo de beneficio, trabajó en la reducción de estos subsidios (en hasta 72%) y continuó la gestión iniciada en el gobierno anterior para adquirir 290 hectáreas de terrenos en todo el país con el objetivo de viabilizar proyectos habitacionales, con más de 50 mil viviendas.