Incidentes en Metro caen un 42% luego de intervención en la red por mega fallas de 2014
Por Benjamín Blanco y Marjory Miranda, La Tercera.
Tanto en la operación del sistema como en el funcionamiento de las vías, se han reducido estos hechos. R En diciembre, la empresa lanzó plan, con una inversión de US$ 114 millones, para evitar averías.
La madrugada del domingo 21 de junio, una grúa pluma de 16 metros de alto fue instalada a un costado de la estación Quilín del Metro de Santiago, en el límite de las comunas de Macul y Peñalolén. El objetivo de la estructura era reemplazar una pieza, de dos toneladas y 12,5 metros de largo, vital para ejecutar los cambios de vía en la Línea 4, maniobra que entre otras cosas permite que los trenes puedan ingresar y salir de las Cocheras Intermedias Quilín, espacio donde se guardan cuando dejan de circular.
Aunque Metro había dispuesto un plan de contingencia para llevar a cabo el proceso, que incluía el servicio parcial del flujo de trenes si era necesario, los trabajos se prolongaron por siete horas, el lapso que se había programado en un principio.
Según detallaron desde la empresa de transportes, el uso permanente de esa pieza -llamada aparato de cambio- hace que tenga un desgate mayor, lo que fue detectado por labores de mantenimiento preventivo realizados por Metro.
Ese tipo de acciones comenzaron a ser más recurrente luego de las sucesivas fallas que afectaron a la red en el segundo semestre de 2014. Metro lanzó en diciembre pasado un plan -con una inversión de US$ 114 millones- para mejorar el funcionamiento de las áreas de mantenimiento, operación y comunicación de la empresa con el usuario, con el fin de disminuir la tasa de averías y los incidentes de gran envergadura como los del año pasado (ver recuadro).
“Hemos estado desarrollando acciones que en el corto plazo nos han permitido estabilizar el sistema, porque nuestro objetivo es disminuir tanto la probabilidad de ocurrencia de fallas como su impacto en los pasajeros”, comentó Rubén Alvarado, gerente general de Metro. “Esta es una tarea de largo aliento que continuaremos profundizando, por lo que no dejaremos de trabajar en nuestro afán de entregarle a nuestros usuarios el servicio al cual están acostumbrados”, agregó el ejecutivo de la empresa estatal.
Detalle de mejoras
Según cifras de Metro, en lo que se refiere a la operación del sistema -es decir, el control y movimiento de los trenes-, la cantidad promedio de incidentes disminuyó en un 42% al mes, en comparación con 2014, mientras que la prolongación de estos eventos bajó en un 9%.
En lo que respecta a vías, hasta mayo de este año se han registrado 13 averías, con una duración de poco más de tres minutos en promedio. El año pasado hubo 65 fallas en total, con una prolongación promedio de 20 minutos.
Tanto en el caso de sistemas y de vías, en lo que va del año no se han registrado averías mayores a 30 minutos que hayan obligado a suspender el servicio.
La estatal detalló además, que durante los primeros seis meses del año se completó la revisión de todas los rieles de la red y sus componentes, lo que derivó en el reemplazó de 180 aisladores. Justamente la falla de uno de estos equipos provocó la mega avería de noviembre pasado en las Líneas 1, 2 y 5 que afectó a casi 500 mil personas.
Respecto a estos cambios, el experto en transporte de la Universidad Diego Portales (UDP) -y ex miembro del directorio de Metro-, Louis De Grange, consideró que el plan de mantenimiento es “adecuado” y recalcó que “si bien siempre se pueden hacer más cosas, estos mismos criterios y estándares se debe expandir a las futuras líneas”.
Añadió que la percepción de servicio del usuario es subjetiva, pero “el Metro de Santiago sí es de los más cargados del mundo, no es el número uno, pero sí está dentro de los cinco más cargados”.
De Grange también agregó que es una opción, para evitar la vulnerabilidad de Metro, diversificar los flujos de pasajeros para redistribuir la carga de uso de las líneas. “La red es muy chica no se pueden diversificar, tiene que crecer más. Y no sólo diversificar el flujo, sino tener rutas alternativas como ocurre en Londres y en Nueva York, que permitan enfrentar contingencias”, aseguró.