Expertos llaman a aumentar inversión en infraestructura pública: PIB podría crecer entre 1,7% y 2,2% más
Por Claudia Ramírez, El Mercurio.
Carreteras, caminos y edificios financiados por el Estado o por la vía de las concesiones
Esta semana el Gobierno dio varias señales sobre la reactivación de la industria, y el viernes la Presidenta Bachelet anunció la creación de un fondo de infraestructura para “movilizar” recursos.
El diagnóstico de algunos actores de la industria es tajante: Hoy no hay una autoridad que lidere y fomente la inversión en infraestructura, ni por la vía de las concesiones ni financiada directamente por el Estado. Agregan que hace falta una política pública de largo plazo en la que participen tanto el Estado, como promotor, y los privados, aportando financiamiento y gestión.
“Chile dio un salto muy grande en infraestructura desde fines de los 80 hasta mediados de la década pasada. A partir de ese momento, da la impresión de que creímos como país que todo lo que se debía hacer se había hecho y frenamos la inversión en infraestructura, especialmente de la financiada por el sector privado”, indica Carlos Cruz, secretario ejecutivo del Consejo Políticas de Infraestructura (CPI).
No se trata de fomentar infraestructura porque sí, sino de ponerla al servicio del desarrollo, estima Juan Eduardo Saldivia, presidente de la Asociación de Concesionarios de Obras de Infraestructura Pública (Copsa), y pone dos ejemplos en los que se debería avanzar: “En La Araucanía el 26% de las comunidades rurales todavía no tiene agua potable. A lo mejor los montos para esas obras no son comparables con los que se requerirán para el puerto a gran escala, pero se debe avanzar en los dos frentes”, señala.
Esta semana, hubo señales desde el Ministerio de Obras Públicas y de Hacienda respecto de reactivar la cartera. El ministro Alberto Undurraga fue directo: “Tenemos un desafío inmediato de reactivar la economía. Una economía que crece, pero crece a niveles más lentos de lo que quisiéramos, una economía donde necesitamos generar mayor inversión, y ahí la infraestructura pública tiene un rol que jugar”, señaló en Valparaíso.
Y el viernes, tras el consejo de gabinete, vino la señal más potente desde el Ejecutivo: la propia Presidenta Michelle Bachelet anunció la creación del fondo de inversión en infraestructura para “movilizar” recursos al sector, señaló. Esta es una propuesta que en su momento hizo el sector privado, en particular el CPI, y que, con el anuncio presidencial, se materializará.
Efecto multiplicador de la infraestructura
El desarrollo de infraestructura pública, de carreteras, caminos y edificios, entre otros, fomenta el crecimiento del país. Hay estudios que demuestran que si se incrementa la inversión en el rubro, el PIB per cápita aumenta varios puntos.
La inversión en infraestructura pública en Chile es del orden de US$ 6 mil millones al año, según cifras del CPI, pero advierten que esto no es suficiente.
¿Qué pasaría con el producto total del país si la inversión que hoy se hace se incrementa 10%, es decir, crece US$ 600 millones, lo que equivale a construir unos 5 hospitales como el de Rancagua? El PIB per cápita crecería entre 1,7% y 2,2% más aproximadamente, precisa Carlos Cruz.
Hace algunos años, un estudio de la Cámara Chilena de la Construcción analizó el rubro desde 2010 con datos para todo el país, y llegó a una conclusión similar: si se aumenta en 10% la inversión en infraestructura pública, el PIB de Chile crece en promedio 1,7% per cápita.
Al revés, el actual déficit de infraestructura está afectando concretamente a los sectores productivos, estima Carlos Cruz: “Por falta de infraestructura, por ejemplo, se encarece el valor de nuestros productos exportables: la fruta demora más en llegar a lo puertos; los puertos tienen menos condiciones para almacenar y transferir, y eso significa mayor deterioro del producto y, por lo tanto, un mayor costo”, grafica.
Pero ¿cómo los edificios, caminos, carreteras, puentes, puertos y otras obras impactan en el crecimiento?
Por un lado, la construcción de la obra en sí misma genera empleo y dinamiza sectores relacionados: proveedores de hormigón, por ejemplo, y la mano de obra indirecta, etc. Y por otro, la obra ya construida, como en el caso de una carretera, ayuda a conectar dos ciudades, abarata costos de transportes y logística para la mercadería y, por lo mismo, aumentan las ganancias derivadas de la producción, señala Carlos Piaggio, gerente de infraestructura de la Cámara Chilena de la Construcción.
“Es el viejo efecto multiplicador de la inversión: mejora la competitividad, mejora la calidad de vida y la seguridad del transporte, disminuyen los costos logísticos, tiempos de viaje y se genera inclusión”, resume Juan Eduardo Saldivia.
Nuevas obras empujan la competitividad
El incremento de la inversión pública empuja la competitividad del país, que en los últimos años también se ha visto estancada: En 2011, Chile estaba en el puesto 25 y hoy está en el 35, según el ranking de IMD World Competitiveness Yearbook, agrega Juan Eduardo Saldivia.
“Cuando se observa la competitividad de nuestro país, su capacidad de crecer a un ritmo más acelerado, y tener un PIB potencial de largo plazo mayor, se ve que hay un deterioro en los últimos seis a ocho años, y eso se nota también en infraestructura”, señala el ejecutivo.
US$ 6 mil mills. es la inversión anual en infraestructura pública, según CPI.
1,7% crece en promedio el PIB per cápita por cada 10% que aumenta la inversión en infraestructura pública, según un estudio de la Cámara Chilena de la Construcción.
44 es la posición de Chile medida por infraestructura, según el instituto IMD. En 2011, nuestro país ocupaba el puesto 40 en este ranking.