Artista local invade parque de Nueva York con obra en lengua de señas
Por Denisse Espinoza, La Tercera.
Durante una semana, Francisca Benítez realizó diferentes acciones de arte en High Line Park con público sordo y oyente.
Se inició en 2012 como un experimento, resultado de la residencia que realizó en Londres, tras ganarse la Beca AMA de la fundación de Juan Yarur. Pero luego de tres años, Francisca Benítez (1974) convirtió la lengua de señas en una herramienta más de su quehacer artístico. El interés surgió de su historia familiar, al darse cuenta de que a pesar de tener un padre sordo, nunca intentó aprender la lengua de señas. Fue entonces que decidió como ejercicio artístico y social convirtir el Museo de Artes Visuales (MAVI) en una escuela de lengua de señas. Ahora, Benítez replica el experimento al aire libre: la semana pasada, la artista invadió The High Line Park de Nueva York con una serie de acciones que integraban danza, improvisaciones y clases de lengua de señas.
La obra titulada Contigo apoyándote en mi y conmigo apoyándome en ti, avanzamos, se presentó como encargo del programa de arte público de The High Line Park, un nuevo parque urbano de 2,33 kilómetros construido sobre una línea de metro en desuso que fue inaugurado recién en septiembre pasado y que se ha vuelto paseo obligado de turistas y vecinos. En tres días, la artista recorrió, junto a nueve artistas sordos, el circuito realizando sus acciones en lengua de señas. También invitó al bailarín Lehum Sbarra a realizar una improvisación de danza. “Quiero crear nexos entre el mundo Sordo y el oyente y es en las artes visuales, como terreno de libertad y experimentación, que encuentro el espacio perfecto para hacerlo y multiplicar el impacto”, dice Benítez quien se formó como arquitecta, pero que desde 1998 vive y trabaja en Nueva York haciendo arte. “Me llama la atención la ignorancia del público general sobre la experiencia Sorda, y a través de mi trabajo pretendo crear conciencia, puntos de acceso y entendimiento mutuo”.
La obra no pasó desapercibida e incluso el diario The New York Times reseñó el trabajo de Benítez, destacando su capacidad de “convertir las fronteras en arte”, y cómo algunos gestos de la performance estaban “perdidos en la traducción, pero llenos de pasión”, anotó la crítica Gia Kourlas.
En el pasado, la chilena ha investigado sobre la cultura judía en Nueva York exponiendo sus fotos y videos en Sao Paulo, Barcelona y Santiago, donde también en 2011, llenó la galería Die Ecke con más de 500 tarros de dulce de membrillo, como forma de volver patrimonio el trabajo artesanal de su familia. Ahora, la performance en The High Line Park se suma al ejercicio en Lengua Sorda que realizó en junio en la Bienal de La Habana, donde con colaboración de la Asociación de Sordos de Cuba, reprodujo en lengua de señas un poema del cubano Nicolás Guillén. “Esta serie de acciones colectivas llama a usar el cuerpo en todo su potencial comunicativo”, concluye Benítez.