La experiencia de Fundación Mi Parque al convertir los patios de jardines infantiles en lugares de aprendizaje
El terremoto de 2010 que afectó a seis regiones de Chile trajo consigo un proceso de reconstrucción que congregó esfuerzos de diversos sectores, como el gubernamental, el privado y el civil. Producto de esto, comenzaron a desarrollarse varias iniciativas que permitieron sobreponerse a la catástrofe y que brindaron nuevas prácticas que por sus beneficios se siguen aplicando hasta hoy en día.
Una de éstas es la que inició la Fundación Mi Parque, dedicada a revertir el déficit de áreas verdes en diversas partes del país mediante procesos en los que participan los vecinos del lugar a intervenir, miembros de la organización y voluntarios. Se trata de la creación de un Área Educativa que hace posible la construcción de áreas verdes en los patios de los establecimientos educacionales y que hasta ahora se ha hecho en 30 jardines infantiles y escuelas de Chile.
¿Cómo se desarrolla el proceso? ¿Quiénes participan? Sobre esto y más te contamos en este artículo.
La reconstrucción como una oportunidad
El primer lugar que Mi Parque intervino a través de su Área Educativa fue un colegio de Constitución (Región del Maule), ciudad que fue una de las más afectadas con el terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero de 2010.
En ese entonces, la idea surgió con el fin de crear nuevos espacios verdes para los niños, los que obtuvieron nuevas escuelas modulares gracias a la organización Desafío Levantemos Chile, mientras que Mi Parque se hizo cargo de la construcción de nuevas áreas verdes en estos establecimientos.
Fue así como los patios se convirtieron en un espacio potencial a intervenir y como una oportunidad para involucrar a los niños en el aprendizaje de su entorno y en el empoderamiento de su entorno.
La clave: desarrollar un proceso participativo
La intervención en los patios está pensada para que desde un principio se desarrolle a través de un proceso participativo. Por esta razón, el diseño del lugar a intervenir se realiza con integrantes de la Fundación y con miembros de la comunidad del lugar que, en el caso de los colegios y jardines infantiles, involucra a los apoderados, estudiantes y profesores.
Con el objetivo de que el nuevo espacio pueda satisfacer las necesidades de sus usuarios finales, es decir, los niños, cada patio se diseña tomando en cuenta la edad de los niños y sus requerimientos pedagógicos. Es así como los elementos que se instalan corresponden a huertos urbanos, juegos sensoriales, murales de arte urbano, muros de escalada, plantas y piscinas de pelotas, por nombrar solo algunos.
Después de la etapa de diseño, los miembros de la Fundación realizan una serie de talleres en las que los profesores y los niños aprenden sobre cómo mantener los nuevos huertos y plantas.
En palabras de Tamara Gálvez, jefa del área educativa de Mi Parque, “con este tipo de intervención se ven múltiples beneficios en los niños y niñas y en la comunidad educativa en general”, según nos cuenta.
En este sentido, es posible afirmar que los niños tienen la oportunidad de vivir una primera experiencia de empoderamiento de su entorno que se da en los patios de los lugares a los que van a aprender todos los días, por lo que los patios se convierten en una sala de clases más en donde pueden potenciar la creatividad, el descubrimiento, la imaginación y el juego en un entorno lúdico.
El caso del jardín infantil Rinconcito Mágico de Pudahuel
Durante abril y mayo de este año, el jardín infantil Rinconcito Mágico de la comuna de Pudahuel, en Santiago, pudo ser parte del programa del Área Educativa de Mi Parque que actualmente permite que la comunidad disfrute de patios de mejor calidad.
En este lugar, la intervención se llevó a cabo en tres etapas: diseño, talleres educativos y construcción. En la primera, se hicieron actividades que permitieron conocer cómo los niños usaban los espacios del patio sin intervenir e identificar qué áreas de aprendizaje se pueden impulsar si se realizan determinadas instalaciones, tomando en cuenta los conocimientos de los expertos del lugar que son los profesores.
La segunda fase, correspondientes a los talleres, se realizó tomando en cuenta lo obtenido en la primera etapa. Por esta razón, los huertos urbanos surgieron como una buena opción para desarrollar en el lugar, lo que hizo necesario que a través de capacitaciones, se les entregaran los conocimientos y herramientas a los niños y profesores para que fueran ellos los encargados de mantener el lugar en las mejores condiciones.
Finalmente, la construcción del patio se llevó a cabo el sábado 9 de mayo, un día que se convirtió en una gran fiesta en donde todos aportaron para tener un mejor lugar de aprendizaje y trabajo.
Imágenes: Cortesía Fundación Mi Parque.