Memorias de la vieja cañadilla y la Alameda a mano alzada
Letra Capital lanza libros sobre patrimonio urbano:
“Alameda de ida y vuelta” es un volumen desplegable de hasta seis metros, que dibuja la arquitectura del eje capitalino. También se presenta el libro ilustrado “La cañadilla de Independencia”.
Fue creada el 7 de julio de 1818 por un decreto de Bernardo O’Higgins, quien quería convertir ese terreno baldío, prácticamente desperdiciado, en un paseo ciudadano. Entonces se llamó Campo de la Libertad Civil, que, flanqueado por álamos, en 1821 pasó a conocerse como Alameda de las Delicias. “Lamentablemente hoy es un lugar de paso dentro de una gran ciudad. Siempre hemos sostenido que debería volver a ser un lugar de encuentro”, señala el especialista en patrimonio urbano Vólker Gutiérrez, autor de los textos ilustrativos del libro “Alameda de ida y vuelta” (Letra Capital Ediciones, $18.000), que acaba de presentarse en el MAC Quinta Normal.
No sería este más que otro libro de interés patrimonial si no fuera por el formato que presenta. Sus páginas llegan a desplegarse en hasta seis metros y allí se observan los dibujos que realizó el ilustrador Vicente Cociña, donde se muestran vistas de ambas veredas de la Alameda, desde Plaza Italia hasta la carretera Norte-Sur. Letra Capital proyecta un segundo tomo que abarque hasta el final de ese eje.
“Me basé en trabajos que realizó el artista italiano Matteo Pericoli, que dibujó Londres por ambas riberas del río Támesis. Pero la motivación personal fue como transeúnte de la Alameda”, dice Cociña, quien tardó cinco meses en completar estas vistas.
Vólker Gutiérrez escogió 40 hitos para describir junto a los dibujos a mano alzada, entre los que destacan las casas centrales de la U. Católica (1914) y la U. de Chile (1872) o la Estación Central (1857).
Con textos del historiador Dante Figueroa e ilustraciones de Marcelo Escobar, Letra Capital publicará, además, un tercer título a su serie educativa “Miremos juntos”. A “Plaza de Armas, centro de Santiago” y “Cerro Santa Lucía”, este mes se sumará “La cañadilla de Independencia”, que mira uno de los barrios históricos de la ciudad.
Se detectan allí 16 hitos en torno a la antigua Cañadilla, ruta obligada para ir al norte y cruzar a Mendoza. En tiempos prehispánicos fue el Camino de Chile de los incas; durante la Colonia se llamó Camino Real de la Cañadilla, y tras el triunfo patriota en 1817 pasó a ser la avenida de la Independencia.
El Monasterio del Carmen Bajo, la iglesia de la Estampa Volada, el Estadio Santa Laura, las poblaciones típicas Manuel Montt y Los Castaños y la Piscina Escolar del arquitecto Luciano Kulczewski, entre otros, están representados en dinámicos dibujos y reseñas históricas.
“La cañadilla fue la columna vertebral de La Chimba, ese primer gran barrio capitalino fuera de la ciudad, poblada alrededor de recoletas y conventos. Allí se asentaron los habitantes más pobres. Cuando la alta sociedad santiaguina recorría el paseo de los Tajamares, observaba cómo se divertía la clase popular desde un lado del río al otro. Esa identidad se mantiene hasta hoy en los barrios de Independencia”, cierra Vólker Gutiérrez, editor de la serie.