Balance de lluvias: hidroeléctricas operan casi a plenitud, y agricultura se acerca a un año normal

petorcaPor M. P. Infante y A. Eyzaguirre, El Mercurio.

Precipitaciones alivian una sequía que se ha extendido por años, pero no la resuelve, advierten productores

En Coquimbo, una de las regiones más castigadas por la escasez de agua, destacan la recuperación que tendrán los embalses, pero aseguran que faltan más inversiones en infraestructura.

“Gracias a Dios por el agua caída en la seca provincia de Petorca”, escribió ayer en Twitter el vocero de la Conferencia Episcopal de Chile, Jaime Coiro.

Oriundo del valle de Aconcagua, Coiro conoce de cerca la crisis provocada por años de extrema sequía en la zona. Y, como él, miles de personas celebraron ayer las intensas lluvias de los últimos dos días, que traen alivio no solo a los agricultores, sino también a la generación de hidroelectricidad.

“Esto nos acerca a un año normal, desde años anormales que venimos teniendo hace cuatro o cinco años”, asegura a “El Mercurio” el presidente de la Federación de Exportadores de Fruta (Fedefruta), Juan Carlos Brown.

Sin embargo, advierten en la industria, el paso de este sistema frontal no soluciona el problema de raíz.

“A pesar de esta lluvia tan importante, los embalses (de riego) no se van a llenar. Esto viene a aliviar la situación, pero no la resuelve”, coincide el secretario general de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Juan Pablo Matte.

El dirigente detalla que en la Región de Coquimbo y en la zona norte de la Región de Valparaíso la persistente escasez de agua ya provocó una pérdida “muy importante” del patrimonio agrícola, al punto de que muchos agricultores abandonaron su producción.

Las pérdidas provocadas por la sequía en la IV Región suman US$ 1.600 millones, estima María Inés Figari, directora de Fedefruta y presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte (SAN).

A la fecha, detalla, de 120 mil hectáreas solo se ha podido mantener un tercio entre fruta de exportación, olivos, vinos, pisco y hortalizas. A su juicio, las soluciones van más allá de la lluvia, pues se requieren importantes inversiones para recuperar las plantaciones. “Muchos agricultores han cerrado sus campos y se han tenido que retirar del negocio”, ratifica.

Baja de costos

Más optimistas son las proyecciones de las hidroeléctricas.

Según el Centro de Despacho Económico de Carga del Sistema Interconectado Central (CDEC-SIC), varios embalses de generación trabajan a plena capacidad. Si bien su último informe disponible consideraba datos al 5 de agosto -es decir, solo incorpora las primeras horas del temporal-, el organismo encargado de despachar las centrales generadoras bajo criterios de eficiencia explicó que Rapel (inyecta directamente a la Región Metropolitana), Pangue y Pehuenche producían energía a plena capacidad. Colbún, en tanto, estaría funcionando al 90%, mientras que Ralco, al 80%.

En la industria esperan que con las lluvias esto mejore incluso más, lo que a su vez se traduciría en una baja de los costos marginales, que marcan la última central despachada menos eficiente del sistema y las transacciones de energía en el mercado de clientes libres (grandes consumidores y generadoras que compran energía para servir sus contratos cuando no pueden despachar por razones de costo). Esto, considerando que la generación con agua es la más barata del mercado.

728
g igawatts/hora de energía despachó el CDEC-SIC entre el sábado y el miércoles.

48%
de ese total (353 gigawatts/hora) provino de centrales hidroeléctricas.

341
gigawa ts/hora (46%) correspondieron a generación de centrales térmicas.

 Tras una década, el agua vuelve a escurrir en PetorcaAunque consideran que las precipitaciones aún son insuficientes para paliar la sequía, las lluvias de las últimas horas son consideradas “un gran aporte” para los sectores agrícolas más castigados por la escasez de agua en la Región de Valparaíso.

El gobernador de la provincia de Petorca, Mario Fuentes, indicó que la lluvia “es una bendición de Dios”, ya que después de aproximadamente una década, los ríos y las quebradas de la zona volvieron a tener agua.

Fuentes sostuvo que no solo el paisaje cambió, “sino también las esperanzas de los habitantes de la zona, ya que al menos los pozos van a acumular el producto de la lluvia y nos van a ayudar en el abastecimiento de agua de bebida, especialmente en los sectores rurales”. En cuanto a la agricultura, indicó que “algunos se van a atrever con cultivos y eso significa trabajo y paliar la cesantía”.

Fuentes lamentó, sin embargo, que el agua que corre por los ríos no pueda ser almacenada, ya que en la zona no hay embalses. “Esto nos está dando la razón y el fundamento para la habilitación de los embalses de la Palma, en Petorca, cuya construcción podría iniciarse el próximo año, y Los Ángeles, en Cabildo, proyectado para el 2020.

Santiago Matta, de la Junta de Vigilancia del Tercer Sector del río Aconcagua, señaló que “la lluvia revivió algunos esteros y la nieve se está acumulando en la alta cordillera, lo cual hace que los ánimos sean mejores entre los agricultores de la zona que han vivido una prolongada sequía”.

Según Matta, la acumulación de nieve “es el embalse natural que tenemos, ya que nos aporta en época de deshielos”. Agricultores de Casablanca, en tanto, dijeron que las lluvias son un gran aporte para garantizar sus cultivos, preferentemente viñedos.