Locatarios de la Plaza de Armas alegan desconocimiento de ordenanza
Por Lucía Adriasola C., El Mercurio.
En tres meses deben uniformar y homogeneizar los letreros de sus negocios:
Medida exige modificar sus actuales carteles por uno que sea metálico de color negro con letras blancas Times New Roman. Municipio informó que realizará mesas de trabajo para apoyarlos.
De la treintena de locales circundantes a la Plaza de Armas, no más de cuatro han cambiado sus letreros. ¿Por qué deberían hacerlo? El 22 de abril pasado, el concejo municipal de Santiago aprobó, con siete votos a favor y cuatro en contra, una ordenanza que, entre varios otros puntos, norma y homogeniza los letreros de los distintos locales del sector, que están ubicados en un radio aproximado de 100 metros de distancia de la misma plaza.
El reglamento exige la colocación de una caja metálica negra que contenga iluminación blanca con el nombre del local. “Se deberán considerar dos tamaños de letra, la de mayor tamaño para el nombre del local y la de menor tamaño para el giro de este. Para ambos tamaños será Times New Roman. Solo se autorizará giro, nombre y logotipo”, se puede leer en la ordenanza.
Actualmente restan tres meses para que todos los locales deban lucir con sus nuevos carteles; no obstante, eso, según los mismos comerciantes, está lejos de ocurrir. De hecho, solo dos locales del Portal Fernández Concha ya cambiaron su ornamentación, pero no como impone la medida: en sus carteles se pueden ver auspiciadores, cuestión prohibida, según la ordenanza.
“Cambiar mi letrero sin auspiciadores me saldría entre tres millones doscientos o tres millones setecientos, es un costo muy alto que tendremos que asumir solo nosotros, es muy fácil hacer una ordenanza así. Ahora, con estos nuevos letreros, todo va a ser oscuro, y con tanta seguridad que tenemos hoy día…”, ironiza José Reyes, dueño del restaurante Las 3 Jotas, situado en Monjitas con 21 de mayo, quien agrega que no tenía mayor idea de que el cambio debía hacerse con cierto apremio.
Lo mismo señalan trabajadores de comercios aledaños, quienes agregan que el municipio sostuvo solo una reunión con ellos hacia fines de mayo, y de ahí que no han sabido más de los cambios que deberán aplicar. “Si bien voté a favor de esta ordenanza, creo que su ejecución representa el eterno malhacer de esta administración. Hay muchos locatarios que ni saben que tienen que cambiar sus letreros. Yo pensé que estaban informados, pero hablando con ellos, no tienen idea”, señala el concejal Felipe Alessandri (RN).
Su par, Alfredo Morgado (PPD), quien votó en contra de la ordenanza, señala que la tardanza en la aplicación de esta normativa se puede entender por la resistencia de los locatarios a perder su identidad. “Los comerciantes preferían mantener su propia identidad, y no uniformarse bajo criterios impuestos; por eso se puede explicar que a pesar del tiempo transcurrido, esta arista esté pendiente”, señala el edil.
Para solucionar estos problemas, el municipio informó que sostendrá nuevas reuniones con los afectados. “Nuestro plan es generar en las próximas semanas una mesa de trabajo sólo con locatarios del sector involucrado para brindar apoyo y asesorías con el fin de resolver y orientar todas las dudas que tengan los comerciantes sobre la ordenanza. Vamos a explicar con detalles qué se puede y qué no, y a orientarlos para que puedan cumplir la norma”, señaló Bernardita Lorenzini, encargada de Vía Pública y administradora de Plaza de Armas.
Evolución de la medidaProhibir el ingreso de mendigos a la plaza fue la primera polémica que sufrió esta ordenanza, cuando comenzó a ser discutida por el concejo municipal, en octubre del año pasado.
Días después, la alcaldesa de la comuna, Carolina Tohá, descartó restringir el paso de estas personas, eliminando el artículo de la medida.
Según el municipio, la necesidad de normar este espacio tiene que ver con “regular y potenciar la recuperación de los espacios públicos de un hito fundamental de la comuna y de la capital, como es la Plaza de Armas”.