Los “muebles” que les hacen falta a las calles de Santiago
Por Manuel Valencia, El Mercurio.
Desde pedestales a pizarras han usado otras urbes para canalizar la expresión pública de ideas.
Cuando el urbanista brasileño Jorge Jáuregui vino a Chile, hace poco más de dos años, para replicar en La Legua la experiencia de las favelas de Río de Janeiro, un detalle de la ciudad le llamó la atención: la proliferación tan notoria de carteles y rayados en Santiago. “Se nota mucha represión para la expresión de ideas”, dijo.
La observación que constató Jáuregui en plena época de las marchas estudiantiles comparte cierto consenso. Los rayados, carteles y el deterioro generalizado de las fachadas de Santiago son uno de los problemas urbanos más visibles de la ciudad. Si bien estas “patologías” del espacio público son apreciables en otras ciudades del mundo, varias urbes han aprendido a lidiar con ellas “amoblando” el espacio público para permitir la expresión de ideas.
Buenos Aires, por ejemplo, cuenta con diversos pedestales para instalar en ellos desde carteles políticos, afiches publicitarios, letreros que anuncian una obra de teatro, películas, libros o protestas. Con ello, la capital argentina ha logrado reducir la cantidad de pegatinas y papeles en los muros. La idea la imitaron de iniciativas similares en París, Londres y Berlín.
El urbanista de la UDP Genaro Cuadros dice que Santiago necesita estos mobiliarios para canalizar en ellos las expresiones. “La ciudad debe permitir usos inteligentes para que las ideas y la información se expresen libremente en el espacio público”.