San Pedro: hasta un año se podría retrasar construcción tras decisión del SEA
Por Antonio Astudillo M., Diario Financiero.
La central reiniciaría sus obras después de obtener la aprobación ambiental a las modificaciones y estaba previsto que entrara en operaciones durante 2020.
La resolución del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Los Ríos, que puso término anticipado al proceso de evaluación de las adecuaciones a la central hidroeléctrica San Pedro, podría provocar retrasos de hasta un año en la construcción del proyecto.
En junio, Colbún ingresó el proyecto al sistema, luego de cuatro años de estudios, tras paralizar la construcción de la central cuando ya llevaba 15% de avance.
La autoridad ambiental señaló en su resolución que la información entregada por la generadora era insuficiente y también dejó abierta la puerta a la necesidad de realizar nuevos estudios respecto a temas que ya estaban aprobados en su permiso ambiental, de noviembre de 2008.
“El modelo geológico actualizado (presentado para la zona de la presa), modifica componentes estructurales, hidrogeológicos y de peligros en toda el área del proyecto y no solamente en la zona del muro. Es por esta razón que es indispensable realizar la evaluación sobre toda el área comprendida entre el punto de restitución, aguas abajo de la presa, y el punto aguas arriba hasta donde exista influencia sobre el río San Pedro, debido al embalsamiento (cola del embalse)”, dijo el SEA.
Según expertos en temas medioambientales, y dependiendo del camino por el que la generadora opte en los próximos días, el trámite ambiental se podría extender por un plazo estimado entre seis meses y un año más.
Si la firma decide interponer un recurso de reposición, la autoridad tiene plazo legal de 20 días para aceptar o rechazarlo, dice Rodrigo Benítez, ex subsecretario de Medio Ambiente durante la administración Piñera, aunque puntualiza que estos “no son plazos fatales”.
Las alternativas
En el caso que la compañía decida reingresar el Estudio de Impacto Ambiental, con nueva información, la demora en la tramitación dependería de si los estudios complementarios ya están hechos o es necesario elaborarlos.
Otras fuentes señalan que, en este caso, esto podría demorar alrededor de un año, lo que finalmente redundaría en un retraso en la puesta en marcha de las obras.
En Colbún se encuentran analizando la resolución, y trabajan con escenarios abiertos -tienen estudios adicionales-, por lo que aún no han tomado una definición del camino que seguirán. La firma tiene hasta la próxima semana para interponer la reposición.
Según información oficial, la construcción de la central debía demorar poco más de 40 meses y estaba previsto que entrara en operación en 2020.
La eléctrica ha manifestado públicamente su intención de participar de las licitaciones de suministro del próximo año -las que tienen como condición que la energía comience a ser inyectada en enero de 2019, aunque con algunas flexibilidades- y este es uno de los principales proyectos en cartera de Colbún.
La generadora construye actualmente la central La Mina (34 MW), que estará en operación en 2017, y aún no ha tomado la decisión de inversión sobre la segunda unidad del complejo carbonero Santa María, de 350 MW. Más atrás en su cartera se encuentra el complejo Guaiquivilo-Melado, un conjunto de centrales que tendría una capacidad en torno a los 450 MW instalados.
Demanda plana
Pero dentro del análisis que debe hacer la firma también hay consideraciones de mercado. Sergio Zapata, analista de Corpresearch, señala que debido a la ralentización de la economía, la demanda energética crecerá a tasas menores en los próximos años y que los proyectos actualmente en construcción, como Alto Maipo, Cochrane, Gualcolda V y otras unidades, podrían cubrir holgadamente esa demanda.
En este sentido, desdramatiza un posible retraso, señalando que Colbún tendría espacio para colocar la energía que produciría San Pedro -unos 950 GWh anuales- en los próximos años.
Indica que esto también podría “apurar” el plan de internacionalización de la eléctrica, que hoy busca opciones en Colombia y Perú.
Un proyecto de largo aliento
Trámite ambiental
El proyecto fue ingresado a evaluación ambiental por Colbún en octubre de 2010 y contemplaba la construcción de una central de embalse de 150 MW con una inversión estimada en esa época de US$ 202 millones. Obtuvo su Resolución de Calificación Ambiental en noviembre de 2008.
Paraliza las faenas
En 2010, y con la construcción del proyecto ya avanzada en 15%, Colbún decide paralizar las obras al detectar problemas en la roca donde se asentaría el muro de la central, por lo cual encarga una serie de estudios a diversos expertos internacionales para determinar si las condiciones geológicas del lugar son las adecuadas. Los trabajos duran cuatro años.
Nuevo estudio
En junio de este año, Colbún ingresa al SEIA las adecuaciones resultantes de los estudios realizados, que son principalmente tres: reubicación de la casa de máquinas, el ensanchamiento de la presa para llegar a la roca madre y el refuerzo de la ladera sur. El proyecto ahora tiene una capacidad instalada en torno a 170 MW y la inversión estimada alcanza a US$ 650 millones. El lunes, el SEA puso término anticipado a la evaluación.