Las historiadas casas de Llico ya tienen agua
Por Paula Riquelme, La Tercera.
Tres años después del 27/F se contruyó villa Brisas de Torca. En agosto de 2014 estaba lista, pero el agua salada y turbia no permitía su entrega. Una planta desaladora ilusiona hoy a su gente.
Desde agosto de 2014, las casas del conjunto habitacional Brisas de Torca, en la localidad de Llico, Región del Maule, se encuentran totalmente terminadas y listas para ser habitadas… pero siguen deshabitadas.
Su entrega no ha sido posible debido a que fueron construidas en un sector donde no existe agua dulce para ser potabilizada. El problema, sin embargo, ya parece estar resuelto, luego que desde el viernes último comenzara a funcionar la primera planta desaladora instalada para abastecer de agua a viviendas sociales. Así, se espera que las familias beneficiadas, la mitad de ellas damnificadas del 27/F, puedan recibir sus inmuebles dentro de dos semanas.
Se trata de 86 viviendas de dos pisos y 40 metros cuadrados cada una, ubicadas frente a la laguna Torca, en la comuna de Vichuquén. La historia es larga, porque el conjunto habitacional comenzó a construirse en marzo de 2013.
Ana Paz Baumont, concejala de Vichuquén y una de las gestoras del proyecto habitacional, recuerda que “hicimos un catastro de los vecinos damnificados del 27/F y pedimos esta obra”.
El primer problema que encontraron fue la falta de terrenos disponibles. “Preguntamos y recorrimos muchos sitios, hasta que consiguimos que el Estado comprara este paño a un particular. Era un lugar hermoso. La iniciativa por fin comenzaba a ser algo concreto”, dice Baumont.
Las casas estuvieron terminadas en agosto de 2014, con todas las instalaciones necesarias para recibir a las 86 familias, pero había un problema no previsto: no tenían agua potable, debido a que las napas subterráneas de todo Llico tienen altos índices de sodio. Eso impidió su entrega.
En febrero de 2015, gracias a un convenio entre el Serviu y la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad de Concepción, se instaló una planta desaladora para que filtrara el agua de las napas con un sistema basado en nanopartículas. Sin embargo, la profundidad del pozo perforado arrojó índices de turbiedad muy altos y el barro tapó los filtros. La entrega de las casas nuevamente se vio postergada.
El viernes último, la planta desaladora entró en funcionamiento. Funcionarios de la Seremi de Salud viajaron al compeljo habitacional para tomar las muestras del agua correspondientes y dentro de dos semanas estarían los resultados.
Durante la puesta en marcha de la planta, el director del Serviu del Maule, Omar Gutiérrez, destacó que “el proceso de reconstrucción en este sector se hizo de manera deficitaria. Para poder entregar las casas a las familias damnificadas del terremoto, que todavía las esperan, tuvimos que solucionar el problema con innovación y el trabajo de científicos chilenos”.
Agregó que “a pesar de su complejidad tecnológica, la planta podrá ser manejada por un comité de vecinos, gracias a que, en la práctica, es muy sencilla de operar. Además, esperamos que este hito pueda ser la solución para familias de muchas localidades del país donde sólo hay agua salada, ya que se trata de la primera villa del Minvu que tiene esta solución”.