El despertar se torna más luminoso
Luego de meses invernales, donde el Sol apareció incluso cerca de las 9.00 horas, la primera semana de septiembre ya habrá luz de día antes de las 8.00 horas.
La medida adoptada por el gobierno de mantener el horario de verano durante todo el año generó algunas críticas cuando fue anunciada en enero. Sin embargo, estas se multiplicaron a medida que se fue acercando el invierno y el amanecer se produjo cada vez más tarde, abarcando distintas esferas: inseguridad en las calles durante las oscuras mañanas, somnolencia en los niños al llegar a los colegios, entre otras.
Pero estas jornadas parecen haber quedado atrás, ya que diariamente amanece más temprano e incluso la primera semana de septiembre, el Sol aparecerá en Santiago antes de las 8.00 horas.
De hecho, según explica José Maza, Premio Nacional de Ciencias Exactas y astrónomo de la U. de Chile, el amanecer se produce un minuto antes cada día en la capital. “El Sol va a ir saliendo más temprano y será así hasta que lleguemos al extremo del día más largo, hacia fines del mes de diciembre”, sostiene el experto. De hecho, en el período comprendido entre el 6 de junio y el 15 de agosto, el amanecer en la capital se adelantó cerca de 21 minutos (ver infografía), lo que difiere de la última semana, donde la salida del sol se anticipó en siete minutos.
En el caso de las tardes, según Maza, en el mismo lapso analizado anteriormente, la puesta de Sol se retrasó una hora: de las 18.41 a las 19.41 horas.
Según explica Luis Gutiérrez, astrónomo de la Dirección Meteorológica de Chile, “en invierno el día en Santiago dura cerca de nueve horas y 40 minutos, ahora está durando entre 10 horas y media y 11, y prontamente va durar 12 horas”.
Por su parte, el ministro de Energía, Máximo Pacheco, detalla que el hecho de que los días sean más largos favorece a la calidad de vida de las personas. “La gente comienza a ver que amanece más temprano, que las tardes son más largas y eso va devolviendo también una calidad de vida que es importante en el contexto laboral, escolar y deportivo”, sostiene Pacheco.
Agrega que tener más luz en las tardes ayuda a enfrentar problemas de seguridad pública. “Que tengamos más luz en las mañanas también le da más seguridad a las personas”, reconoce.
Uno de las principales ventajas de mantener el horario de verano es el hecho de tener una hora más de luz durante las tardes, especialmente en el sur. Según detalla Pacheco, “se puede aprovechar mejor la tarde, porque ellos (los sureños) están acostumbrados que en las mañana amanecen oscuros”.
Una situación que se aprecia con mayor nitidez en zonas extremas, como la Región de Magallanes. Así lo confirma Nicolás Butorovic, encargado del Laboratorio de Climatología del Instituto de la Patagonia, perteneciente a la Universidad de Magallanes.
“Con el horario de invierno, acá en la Patagonia, en la mitad de junio, se estaba oscureciendo a las 16.00 horas. Ahora, con el horario de verano, se oscurece a las 17.00 horas”, comenta y agrega: “Uno se tiende a deprimir en el trabajo cuando ve que a las cuatro está oscuro”.