Tres entidades marítimas de Viña no volverán al borde costero
Por Mauricio Silva, El Mercurio.
Por los destrozos de las marejadas ocurridas el 8 de agosto:
Directivos de “El Caleuche”, círculos de Submarinistas y de Aviación Naval dicen que no están en condiciones de reconstruir sus sedes en avenida Escuadra Libertadora.
“Nuestra sede podía atender a 250 personas. Solo queda en pie un sector de camarotes y un ‘pañol’ (cuarto) de herramientas”. El vicepresidente del Círculo de Submarinistas, Manuel Cáceres, resume así el destrozo total que las marejadas del pasado 8 de agosto ocasionaron a la sede de la institución fundada en 1962 y que acoge como socios a 416 ex funcionarios de la Armada de la especialidad. “No podemos reconstruir ahí. Es cuarta vez que el mar nos azota, pero ahora arrasó con todo”, acota.
El recinto estaba en el extremo del terreno que le fue ganado al mar para dar forma al borde costero, en donde se emplazó la avenida Escuadra Libertadora, entre la Curva Los Mayos y Recreo, en la comuna de Viña del Mar, limítrofe con Valparaíso. El oleaje derribó el moái del paseo Juan de Saavedra y más al norte sus efectos fueron todavía más devastadores: desperdigó los bloques de hormigón de las defensas costeras y los tetrápodos, y socavó la mitad del terraplén.
Donde estaban las sedes de los círculos de Submarinistas, de la Aviación Naval y de La Hermandad de la Costa se ven vigas y pilares retorcidos entre muros desnudos, y una nave Skymaster como única pieza que no se llevó el mar de un museo naval.
En el adyacente Club de Yates de Recreo, además de las defensas costeras, las olas dañaron el Club House, destruyeron la piscina y tres naves menores, pero la marina soportó bien. El comodoro Doménico Schiappacasse dijo que aunque las pérdidas alcanzan “fácil los US$ 3 millones”, el club estará de nuevo en operaciones en unos meses.
Pero para las instituciones de tradición marítima más afectadas, los destrozos superan sus “espaldas económicas”, por lo que la opción más clara es abandonar el sector. “Hay que poner tajamares, tetrápodos, hacer defensas, rellenar todo los huecos que nos hizo el agua. Hablemos de al menos $600 millones”, dice el brigadier mayor Hugo Winckler, del centro de ex cadetes “El Caleuche”. El restaurante, de 600 m {+2} y habilitado en 1984 en instalaciones que pertenecieron a la pesquera Robinson Crusoe, “está irrecuperable”.
En los 1.952 m {+2} de la sede del círculo de la Aviación Naval, que también acoge a marinos en retiro, solo quedan escombros. “El seguro no alcanza a cubrir ni la octava parte de lo perdido. No es posible reconstruir ahí mismo, habría que ser demasiado porfiado. El sector es peligroso y lo demostró el mar con su salida, que nos barrió”, expresó su secretario, Hugo Valdebenito.
Cancelan clases
Otras instituciones sufrieron daños, pero serían reparables. La casa de Yates de la Escuela Naval vio afectada sus bases al debilitarse progresivamente los rompeolas. “Se inundaron bodegas y salas. Hubo rotura de ventanales y la techumbre sufrió numerosas filtraciones de agua de mar y de lluvia”, relató el director de la Escuela Naval, capitán de navío Claudio Yáñez.
Hubo que cancelar las clases regulares de vela que se hacen a los cadetes, incluida una regata. El nivel de los daños y las inversiones que exigen su reparación, que aseguren un funcionamiento seguro, están en estudio.
Las marejadas también abortaron el proyecto del Club de Deportes Náuticos, creado en 1980 para que oficiales de la Armada fomentaran la navegación a vela: construir un Club House. “Conseguimos la concesión, pero el terreno se lo llevó el mar”, dijo su vicepresidente, capitán de fragata (r) Álvaro González.
”Habría que echar todo abajo, rellenar y hacer nuevas defensas, pero no están los tiempos para hacer algo así”.
HUGO WINCKLER, Representante del centro de ex cadetes de la Armada “El Caleuche”
”No es posible reconstruir ahí. Habría que ser porfiado. El sector es peligroso: el mar nos barrió y no dejó nada”.
HUGO VALDEBENITO, Círculo de Aviación Naval
”El seguro cubre 8 mil UF, que servirán para buscar otro lugar. Creo que prohibirán construir tan cerca del mar”,
MANUEL CÁCERES, Círculo de Submarinistas
Obras portuarias: corresponde a los privados las reparacionesEntre 7 y 8 metros de altura alcanzaron las olas que azotaron al sector, explicó el gobernador marítimo de Valparaíso, Rodrigo Vattuone, quien señala que al lado del Club de Yates había un rompeolas, tetrápodos y un muro de contención.
“Los tetrápodos (estructura de hormigón de cuatro puntas) no resistieron la ola, que los cambió de posición. Luego se rompió el muro de contención y finalmente impacta en la zona más golpeada, que es la Curva Los Mayos (sector del borde costero en el que se encuentra la avenida Escuadra Libertadora), dejando grandes socavones”, explicó Vattuone.
Para el investigador de la Escuela de Ingeniería Civil Oceánica de la U. de Valparaíso, Patricio Winckler Grez, en el sector hubo un fallo generalizado de las defensas costeras, porque la tecnología utilizada de tetrápodos es antigua para el aumento del nivel del mar que se experimentó ante las condiciones excepcionales de viento y baja presión del pasado 8 de agosto. A su juicio, habría que rediseñar los tetrápodos con un tipo de geometría más adecuado a las necesidades de ese sector.
La directora nacional de Obras Portuarias (DOP), Antonia Bordas, y el seremi de Obras Públicas de la V Región, Miguel Saavedra, explicaron ayer que por tratarse de concesiones entregadas a privados por el Ministerio de Defensa, las reparaciones en las protecciones costeras y las obras de ingeniería para reponer el terraplén “es un asunto de privados”.
“Estuvimos en los días de las marejadas con el ministro de Obras Públicas (Alberto Undurraga) haciendo una inspección, y ofrecimos apoyo en materia de asesoría técnica, pero son construcciones de privados. Vimos los socavones y daños en la infraestructura. Reparar el terraplén es parte de las acciones que se pueden abordar al habitar el borde costero, pero mitigando riesgos”, dijo Bordas.