Cabildo de la Catedral estudiará formas de financiamiento para abrir miradores
Por Pamela Gutiérrez, El Mercurio.
Se requieren de $3,5 millones mensuales para pagarle a personal capacitado:
El deán de la Catedral, Juan de la Cruz Suárez, dijo que se necesitan cuatro empleados que le den un sentido pastoral al tour.
Con buen estado físico y con el ánimo de subir 141 escalones desde el primer piso hasta el mirador, es posible tener una magnífica vista de la Plaza de Armas desde la cima de la Catedral de Santiago. Sin embargo, en el corto plazo, el público no tendrá acceso a ese panorama, ya que el principal templo capitalino requiere de $3,5 millones mensuales para poder abrir el mirador a los visitantes y el Cabildo deberá buscar financiamiento.
Así lo informó el deán de la Catedral, monseñor Juan de la Cruz Suárez, quien explicó que para abrir los miradores ubicados en las torres norte y sur, la Catedral requiere de recursos para costear un equipo de cuatro personas: un boletero; un vigilante que esté en el primer piso, en la escalera de acceso; otro que esté acompañando la subida de los visitantes, y un encargado de la limpieza del lugar.
“Tenemos que financiar, con gran responsabilidad a las personas que tenemos que capacitar y preparar; que guíen, que orienten y tengan un lenguaje pastoral y no comercial. Eso es lo único que nos preocupa. La solución la tenemos que dar, sin duda”.
Los miradores eran parte del proyecto de remozamiento de la Catedral, en su fachada oriente y norte, y que fue entregado a fines de julio por el Ministerio de Obras Públicas.
Esta restauración, que contó con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, es un proyecto que data de 2008 y que no estuvo exento de tropiezos, como licitaciones desiertas por falta de interesados.
Monseñor De la Cruz Suárez manifestó que, en los próximos días, se reunirá el Cabildo de la Catedral, para analizar formas de allegar recursos al proyecto, incluyendo una concesión: “Vamos a exponer distintos frentes de solución. Posiblemente la concesión podría ser un camino, pero no queremos perder la integridad de todo, no queremos dejarlo como algo comercial, sino como un servicio pastoral y a la ciudad, dentro del espíritu que nos anima de mostrar la belleza de la Catedral, los altares históricos”.
En ese mismo sentido, para el deán, poner una tarifa de entrada debe tener un espíritu de donación y no como comercio.
El sacerdote plantea que no se trata de que los visitantes suban solo a las torres, sino que recorran la Catedral; conozcan las tumbas históricas -por ejemplo, los restos de Diego Portales están en el templo- y sus tesoros patrimoniales.
En forma paralela se ha estado trabajando un protocolo, en conversación con el Museo Histórico Nacional, que también tiene un mirador, para determinar algunas restricciones: solo pueden subir un máximo de 12 personas; los niños que deben ir de la mano de adultos responsables, y no pueden acceder personas enfermas, debido a la cantidad de escalones que hay que subir.
Campanas
En el remozamiento de la Catedral, también se recuperaron las campanas, que pueden observarse al subir 20 escalones de las torres. Sin embargo, solo se utilizarán en ocasiones especiales: “Se tocan solo para las grandes fiestas, como el Tedeum, la Navidad, el 8 diciembre. Como hay de todo en esta sociedad pluralista, he escuchado que si en una parroquia tocan las campanas, algunos vecinos se quejan (…) Hay que ser muy prudentes”. Pese a ello, no descarta que el uso de las campanas se recupere.
Otro elemento que se está recuperando es el recinto del Museo de la Catedral. “Hoy nos está ayudando un experto en patrimonio para tener las imágenes que corresponden”.
Proyecto
La restauración de la Catedral fue parte del programa Puesta en Valor del Patrimonio.