Expertos aconsejan rediseño de ciclovías para optimizar flujos y disminuir los tacos
Por Sebastián Sottorff, El Mercurio.
Estudio de la Universidad de los Andes:
Duplicar el ancho de estas rutas permitiría aumentar su capacidad y mejorar sus condiciones de seguridad.
Hoy en día, la habitual congestión que satura algunas calles de Santiago está traspasando las calzadas: ya en varias ciclovías el flujo de personas es tal, que antes de cada intersección, un amplio tumulto de ciclistas aguarda la luz verde.
Estos inusuales atochamientos ralentizan los traslados y en ciertas ocasiones producen accidentes.
Por eso, un grupo de académicos de la Universidad de los Andes creó una propuesta para mejorar y estandarizar la construcción de las ciclovías del país bajo un criterio común. La iniciativa busca complementar el proyecto del Ministerio de Transportes que modifica la Ley de Tránsito y que fue anunciado hace pocas semanas.
En ese sentido, este estudio se basa principalmente en tres grandes criterios: demarcación de vías, establecimiento de cruces peatonales y ensanchamiento de calzadas.
La demarcación no solo permitiría una mayor seguridad para quienes circulan pedaleando, sino que también facilitaría un mayor ordenamiento de los ciclistas y reduciría los conflictos entre bicicletas y transeúntes en los cruces. Con esto, se acabarían aquellas rutas que solo están pintadas de un color distinto en la calzada, tal como se aprecia en algunas comunas.
La propuesta también considera la implementación de cruces peatonales más alejados de las intersecciones para no interferir con la fila de ciclistas que esperan la luz verde y la instalación de estacionamientos en “M”, y no en “U”, como existen hoy, pues los primeros otorgarían más seguridad ante los robos.
Sin embargo, uno de los aspectos claves para mejorar los flujos y la seguridad es, según el académico Sebastián Seriani, el ensanchamiento de las ciclovías.
“El ancho del carril de una ciclovía es una de las causas de la congestión. El mayor problema está en los cruces, en especial en el conflicto entre las bicicletas y peatones”, advierte el académico.
Por ejemplo, en Pocuro, una de las rutas más utilizadas por los ciclistas, se registra en las horas punta un flujo de al menos 2 mil usuarios por hora. Si cada pista midiera dos metros -y no uno, como es hoy-, se podría aumentar el flujo de ciclistas a 4.700 personas por hora.
Criterio común
Uno de los aspectos que pretende regular el proyecto del Ministerio de Transportes es la construcción de las ciclovías, pues hoy no existe un modelo común para la implementación de estas rutas.
De hecho, hoy ciertas vías terminan abruptamente o están conformadas por caminos a veces sinuosos o poco aptos para ser transitados en dos ruedas. Es lo que pasa, por ejemplo, en la ciclovía de Simón Bolívar, en Ñuñoa.
“Hacerle el quite a un árbol y además a un ciclista que viene en sentido contrario es un verdadero problema, y no son pocos los accidentes”, dice Benjamín Cifuentes, usuario frecuente de esta ruta.
Otros ciclistas también detallan que la ruta que cruza el parque Balmaceda en Providencia y la de avenida Curicó, entre Vicuña Mackenna y San Diego, son rutas que tienen varias insuficiencias.
En cambio, entre los buenos ejemplos, Seriani destaca las ciclovías que hoy existen en Rosas, Lyon y Teatinos.
“Estos ejemplos tienen un mejor estándar en su diseño, con un ancho mínimo de un metro por sentido y una adecuada demarcación y señalización”, advirtió el académico.
Aumento
Hoy, el 4% de los viajes diarios en Santiago se realizan en bicicleta, y el número de usuarios va en aumento. Pese a eso, no hay un estándar común para construir las ciclovías y definir sus características.