“Viña del Mar ha ido cambiando, es otra, y a pesar de las críticas, sigue siendo la mejor ciudad para vivir”
Por Sergio Espinoza V., El Mercurio.
Alcaldesa Virginia Reginato (UDI):
Decidida a repostularse, la edil defiende las obras que ha realizado frente a quienes acusan un deterioro del nivel de vida de la ciudad. El gran proyecto que tiene entre manos es construir un centro de convenciones, y reconoce que está atada de manos frente a la polémica ampliación del mall, hoy paralizado.
“Tengo tomada la decisión de repostularme”, afirma la alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato (UDI). Con tres períodos consecutivos al mando de la municipalidad, más ocho años previos como concejala, cumpliría 28 años en el municipio si consigue ser elegida por cuarta vez como alcaldesa el próximo año. “No me pienso ir de aquí; voy a estar hasta que los viñamarinos me quieran”, insiste.
Varios de esos viñamarinos han sido sus más fervorosos críticos en el último tiempo. Son quienes consideran que hoy Viña poco y nada tiene que ver con su eslogan de “Ciudad Bella”, debido a la proliferación de torres, deterioro de las calles y comercio de menor calidad en el centro. Pero ella no parece cansada ni desmotivada. Considera un gran triunfo la mantención de los ingresos municipales generados por el casino, adelanta su próximo gran proyecto y responde a sus críticos sobre el estado de la ciudad.
-¿Cree que esos cuestionamientos son una exageración?
Las críticas las acepto, son bienvenidas, y uno saca siempre algo positivo. No se puede pretender que la gente piense como una, y las que tienen nombre y apellido las acepto con mucho cariño, porque son de personas que han vivido muchos años aquí y tienen una opinión diferente. Pero indudablemente la ciudad ha ido cambiando, es otra, y a pesar de todas esas críticas, Viña del Mar sigue siendo la mejor ciudad para vivir, para estudiar, para trabajar y para visitar. Y esas no son cosas que inventé yo, sino que las dicen los resultados de las encuestas que se han hecho.
– El presidente del Colegio de Arquitectos de Valparaíso habla de una “ciudad macetero”, en lugar de “ciudad jardín”, y expertos en urbanismo afirman que “Viña es una muestra de la carencia absoluta de una idea de ciudad”.
Tienen todo el derecho, pero ya no queda casi nada de esa ciudad en la que nacieron. Ha ido cambiando, le hemos cambiado el rostro, y son muchas más las felicitaciones y reconocimientos que he recibido no solo de gente de aquí y que reconocen que la ciudad es otra. No sé por qué le dicen “de macetero”; será por esas macetas que puse en todo Viña, que son tan hermosas y que copié de España…
– Agustín Squella ha dicho que es mejor no engañarse y asumir que “no tenemos una ciudad bella, y que bastaría con volver a tener una más amable”.
Lo que me extraña es que él es muy porteño… ¿y qué dice de Valparaíso? Me llama la atención, pero no me molesta.
– Muchos responsabilizan al plan regulador comunal actual del deterioro en términos urbanos, que ha llevado a la comuna a concentrar por sí sola la mitad de los nuevos edificios en altura de la zona metropolitana común con Valparaíso, Quilpué, Concón y Villa Alemana.
Tenemos un problema vial, pero Viña todavía se salva, (porque) tenemos tacos que son rápidos y con vista al mar; entonces no se hace tan insoportable como están en otras partes.
– ¿Y qué siente cuando ve los enormes edificios que han reemplazado a casas patrimoniales de la población Vergara o las torres que proliferan en el sector del ex regimiento Coraceros?
Hay una presión inmobiliaria importante… Uno añora esas casonas que había tan bonitas, especialmente en toda la avenida Libertad, de las que ya no queda ninguna. Llevamos dos años trabajando para cambiar el plan regulador, que está en la etapa de estudios de base. Tenemos varios sectores protegidos con seccionales, como Limonares, Recreo, Jardín del Mar, Miraflores bajo y la población Vergara.
– ¿Cuándo estará listo?
Este año terminaremos los estudios de base, el próximo está la base de participación ciudadana, que dura un año, y por lo tanto creo que entre tres y cuatro años. Estamos trabajando con los vecinos, porque ellos son los que a la larga reclaman.
– En líneas generales, ¿a qué apunta el nuevo plan regulador?
A ordenar la ciudad.
– ¿Y rebajar las alturas?
Eso no me atrevería a decirlo, pero sí a ordenar la ciudad. Uno de los objetivos es preservar zonas determinadas y regular la expansión de la comuna hacia la parte alta, porque la presión de Viña no es solamente en el plan, sino también en el borde de la ciudad, que se está extendiendo a través de asentamientos.
– ¿Aminorará en algo este crecimiento desbocado que está teniendo la ciudad?
Es que ya no queda mucho por dónde crecer tampoco.
Decadencia del centro
– ¿En qué áreas se va la mayor parte del presupuesto?
En educación y salud se van casi $8 mil millones, de un presupuesto de $56.000 millones; en aseo y ornato invertimos $20 mil millones; en recolección de basura, $7.600 millones; limpieza de aceras y calzadas, $2 mil millones; mantención de áreas verdes, parques y juegos infantiles, $3.800 millones; alumbrado público, $3.400 millones. Hemos ido cumpliendo con el presupuesto, pese a que hemos tenido que hacer cosas extraordinarias, como la pavimentación de calles, que están muy deterioradas.
– Precisamente, calles tan importantes como la bajada de Agua Santa siguen presentando enormes hoyos que pueden provocar accidentes graves…
Hay dos alternativas para resolver el problema: a través del MOP, conectándola con la concesión de la Ruta 68, o un mejoramiento con fondos regionales, pero para ambas hay que tener proyecto, y eso lo estamos desarrollando. Este año se consiguieron los fondos para el estudio de prefactibilidad, de $384 millones, fundamental para avanzar en el proyecto. Viña es una ciudad pasillo, por la que la gente de Valparaíso pasa para viajar a Quillota, Puchuncaví, Ritoque… y las calles se deterioran. El Serviu hace años que no nos apoya con los ingresos para repararlas.
– Otro aspecto muy criticado es que locales tradicionales del centro han sido reemplazados por otros de menor calidad, como los “Todo a Mil”, farmacias y locales de comida rápida, mientras que el comercio de mejor nivel se fue al mall.
La remodelación de la plaza Sucre y de la plaza Parroquia nos dejó una zona muy linda, con 500 estacionamientos subterráneos, que ya se están por entregar, y le cambió la imagen a la calle Valparaíso. Los comerciantes están trabajando para ir mejorando; hemos cambiado el esquema de la fiscalización; tenemos inspectores para que controlen los excesos que se cometen en estos locales, que se toman las ventanas, las veredas, y tenemos el comercio ambulante, que no es menor.
– Y que no se soluciona. Es difícil circular por algunos sectores entre comerciantes ambulantes y músicos callejeros.
Claro, es que tendríamos que tener carabineros para que estén las 24 horas del día en algunos sectores, porque la gente se aprovecha. También tenemos que subir las multas que se cobran a estas personas, y en eso también vamos a trabajar.
– ¿En qué situación se encuentra la reurbanización del sector de Las Salinas, que lleva años como un sitio baldío?
Ahí hay un problema, que es la descontaminación, que aún no termina.
– ¿Pero la municipalidad va a jugar algún rol para que ese paño no se fragmente para aprovechar al máximo la constructibilidad, sino que se haga algo que sea un aporte para la ciudad?
Esa es la idea, que se haga algo que sea ad hoc con el borde costero. Un lugar de entretención, algo mixto, pero todavía no conocemos el proyecto.
Promesas incumplidas
– Hace unos años usted anunció en Caleta Abarca que los grafitis se acababan en Viña del Mar. El muro donde hizo el anuncio está completamente rayado, al igual que muchos en la ciudad. ¿Perdió esa batalla?
Es un tema que nos complica muchísimo. Curiosamente nunca se puede detener a las personas cuando están pintando…
– Valparaíso anunció una normativa más dura para multar a los grafiteros, y si son menores, a sus padres… ¿No ha pensado hacer algo parecido?
Me gustaría mucho hacer una normativa con el comercio ambulante y con quienes cometan infracciones, y los grafiteros están incluidos en ese tema. Estamos abocados a mejorar la situación de los puentes, que son los que más se ven afectados, pero por Dios que cuesta pillarlos…
– De hecho, Viña se caracteriza por diversas promesas que no llegan a puerto: el estero Marga-Marga navegable, un nuevo edificio consistorial, el hotel en 15 Norte, el mejoramiento del camino costero a Concón… ¿Por qué tantos proyectos anunciados no logran concretarse?
El proyecto del Marga-Marga nos parecía muy bonito, pero después aparecieron unos edificios que estaban considerados justo en la entrada del puente Ecuador, y ahí pusimos el grito en el cielo, porque le quitábamos un espacio al estero, y no era lo que queríamos. El proyecto está incorporado en la cartera de licitaciones del MOP, (porque) teníamos que poner mucha plata, y no lo podíamos hacer. En el hotel Hyatt están iniciando faenas, han tenido cualquier cantidad de problemas, pero indudablemente va a mejorar el borde costero. Nos convienen hoteles cinco estrellas, porque así tendremos turistas cinco estrellas.
-Y se potencia el turismo de negocios y convenciones…
Precisamente… tenemos el proyecto de construir un centro de convenciones sin hotelería para potenciar todo el circuito de hoteles de cuatro y cinco estrellas. Tenemos dos alternativas de ubicación: una en Sausalito y otra en la subida Alessandri.
– ¿Lo financiará el municipio?
Estamos buscando la fuente de financiamiento. El desarrollo conceptual está hecho: será flexible, con una capacidad máxima de 2 mil congresales, y con espacios útiles para acoger ferias temáticas. Somos la segunda ciudad con más congresos, después de Santiago. La idea es levantar la oferta del proyecto el próximo año, con financiamiento público-privado.
– Uno de los grandes problemas que tiene hoy es el conflicto que se vive por el mall de 14 Norte. ¿Cómo piensa resolverlo?
(Lanza un suspiro) Yo ya hice todo lo que tenía que hacer…
– ¿Por qué se autorizó un edificio allí sin mitigaciones viales?
Ese es un tema que de verdad nos ha complicado mucho, porque aquí es el director de Obras el que tiene que decidir, el que tiene que hacer, ¡y es autónomo, es autónomo! El mall se inició en 2002, cuando se dieron los permisos con la normativa anterior, que no exigía los estudios viales que exige la actual normativa.
– ¿Pero cómo explica que su ex secretario comunal de Planificación, cuando era seremi, lo autorizara, pese a no cumplir con las disposiciones del plan regulador? ¿Le dobló la mano?
¡Si, pues! Eso fue hace cuatro años, y está todo judicializado.
– Y la ciudad se quedará con un edificio abandonado en una de las zonas con mayor plusvalía…
No puedo tomar ninguna medida, porque no me corresponde. Está en los tribunales, y ellos tendrán que determinar.
– ¿Cómo cree que les afectó la pérdida del ATP, luego de 21 años?
El ATP era muy bueno cuando teníamos tenistas competitivos y venían grandes jugadores; era una fiesta. Pero después no tuvo mayor importancia, y buscamos otras entretenciones de verano.
– ¿Y dónde centrará su atención si sale elegida nuevamente?
Si me preguntas qué es lo que me gustaría tener para Viña, es el edificio consistorial. Es una prioridad.
“Este gobierno me ha ayudado muchísimo”-En los cerros de Viña se concentra la mayor cantidad de campamentos que tenga una comuna en Chile, mientras al mismo tiempo tiene barrios con el mayor poder económico de la región. ¿Qué le parecen estas inequidades?
-Tengo cuatro mil familias en campamentos que yo he heredado, y eso me complica mucho. Si bien es un tema de Gobierno, no me puedo quedar de brazos cruzados y tenemos que darle soluciones a la gente. La Contraloría tampoco nos autoriza a entregar muchas cosas, pero les damos agua, porque es un tema humanitario, y nos encargamos del aseo, pero necesitamos el apoyo del Gobierno.
-¿Ha hecho gestiones con el Gobierno para solucionar el drama de los campamentos?
Todas. Me dicen que sí, que van a ver, pero que como son terrenos privados a los dueños les conviene que la gente esté ahí, porque después les compran el terreno. Hoy tenemos la erradicación de uno de los campamentos más importantes, que es la Parcela 15, que son unas 500 familias, y en diciembre se entrega la primera parte. Lomas Latorre, un campamento de muchos años, ya está regularizado. Pero también es un hecho que los campamentos han aumentado, ¡si la gente se viene a veranear a Viña!
-¿Es un obstáculo para recibir ayuda que se considere a Viña del Mar como una comuna “rica” o que esté en manos de una alcaldesa de oposición?
-¿Sabes qué? Te voy a decir algo. Este gobierno me ha ayudado muchísimo. Cuando una está en un cargo tiene que ser muy transversal: trabajar con toda la gente, ayudar a toda la gente y tengo que agradecerle a la Presidenta Bachelet que me haya ayudado en muchos temas.
-¿Cómo cuáles?
Como el casino. Cuando asumió el año pasado le planteamos nuestra inquietud, nos escuchó y se comprometió a apoyarnos. Después de ocho años, podemos decir que los siete casinos municipales estarán para siempre en manos de estas siete comunas. Nos ayudó también con el estadio Sausalito, que nos significó bastantes problemas. Esta fue la única ciudad de las que construyeron estadios para la Copa América donde la municipalidad tuvo que poner $2.800 millones para poder terminarlo a tiempo. En el Teatro Municipal nos va a dar lo que nos falta -$9.000 millones- para poder terminarlo, lo que ya está aprobado, y esperamos llamar a licitación lo antes posible. También vamos a reparar muy pronto el Bellas Artes y el Palacio Rioja, que estará recuperado a fines de año, porque nuestros museos fueron los más afectados por el terremoto. Nos falta el Palacio Carrasco, en Libertad, que son $5.000 millones, y estamos trabajando para conseguir esos recursos.
-Más allá de que aseguraron mantener los ingresos del casino, es un hecho que estos han bajado en los últimos años. ¿De qué forma ha afectado esa merma de recursos la ejecución de proyectos que revitalicen los espacios públicos de la ciudad?
En 2012 y 2013, así como algo de 2014, nos vimos afectados por la merma en los ingresos del casino ocasionada por la Ley del Tabaco. Fueron unos $600 millones mensuales que dejaron de ingresar a las arcas municipales y eso nos hizo tener un sistema de ahorro bastante estricto en la municipalidad. Sin los ingresos del casino, que representan el 50% del presupuesto, no haríamos ni la cuarta parte de lo que hacemos hoy.