Tras 4 décadas de deshielo, glaciar de Aysén deja al descubierto una isla
Por Claudio Cerda, El Mercurio.
Alza de temperatura y baja de lluvias está cambiando geografía:
En 1975, donde terminaba la masa de hielo ya se veía una pequeña porción de roca de unos 70 metros de largo.
El retroceso de los glaciares milenarios en la zona austral, por el aumento de la temperatura y el descenso de las lluvias, está modificando la geografía en Aysén: ahora apareció una isla en una extensión del glaciar Chico, ubicado a 4 horas de navegación al sur poniente de Villa O’Higgins.
La isla, que aún no es bautizada, abarca 37 hectáreas, posee un relieve aborregado -propio de la erosión glaciar- y lentamente ha experimentado un proceso de colonizaje de nueva vegetación.
Su ubicación está delimitada por el frontis terminal del glaciar Chico, en el lago del mismo nombre que drena al lago O’Higgins, y dentro del Parque Nacional Bernardo O’Higgins.
Quedó al descubierto por completo este verano, pero el deshielo comenzó hace 40 años, pues en 1975 donde terminaba el glaciar ya se veía una pequeña porción de roca de unos 70 metros de largo, señala Andrés Rivera, investigador principal del Laboratorio de Glaciología del Centro de Estudios Científicos (Cecs).
“Desde que comenzó a aparecer una parte de la isla en 1975 hasta el frente actual, ha perdido unos 1.150 metros de largo”, agregó el investigador.
Chile posee unos 24 mil km {+2} de glaciares, lo que representa un 3,5% de los ventisqueros pequeños del planeta, sin considerar los casquetes de hielo de la Antártica ni Groenlandia. Aysén cuenta con un tercio de los glaciares del país, lo que en conjunto con Magallanes representan el 80%.
“El retroceso de glaciares en esta vertiente de Campo de Hielo Sur es evidente. En los últimos años los habitantes advierten un cambio en las precipitaciones. Más lluvias y menos nieve. También las temperaturas se han moderado y los inviernos no son tan extremos como décadas atrás”, afirma Hans Silva, geógrafo radicado hace 20 años en Villa O’Higgins.
Agrega que deshielos históricos, como en 2009, dejaron los muelles del lago O’Higgins bajo el agua, lo que obligó a reconstruirlos con una cota más alta, y también a reubicar viviendas.