Se inician las obras del Teatro Regional del Biobío
Por Romina de la Sotta y Sebastián Henríquez, El Mercurio.
En un nuevo paso hacia el sueño penquista, ayer se puso la primera piedra de la edificación de Smiljan Radic. Su entrega se programó para mediados de 2017.
Era la primera piedra más esperada del mundo cultural.
Desde que el terremoto de 1960 destruyó al Teatro Municipal de Concepción, la comunidad penquista clamaba por un espacio acorde a los altos estándares de la oferta cultural y artística de la ciudad. En 1994 incluso nació una corporación pro-Teatro Pencopolitano.
Luego se hizo parte el Estado, determinando la construcción del Teatro Regional del Biobío (TRB), cuya primera piedra se puso ayer. La ceremonia fue encabezada por los ministros de Obras Públicas, Alberto Undurraga, y Cultura, Ernesto Ottone.
La inversión del TRB será de $18.248 millones en obras civiles, con financiamiento del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), el Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu) y la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere).
La edificación, diseñada por el arquitecto Smiljan Radic, poseerá una gran sala de 1.200 butacas y una de cámara de 250 butacas, y se ubicará en la ribera norte del río Biobío, entre los puentes Llacolén y Chacabuco.
“Con esto empezamos una obra bastante grande, con seis niveles, 10 mil m {+2} y una plaza dura. No solo será un Teatro Regional donde se desarrollen las artes y la cultura del Biobío, sino también un hito urbanístico”, comentó el ministro Alberto Undurraga a “El Mercurio”, y puntualizó que Echeverría Izquierdo Ingeniería y Construcciones S.A. tiene un plazo de 720 días para entregar las obras.
“Esta obra es tan emblemática para la región, como lo fue el estadio Ester Roa. Y acá vamos a tener encima al mismo equipo profesional nuestro, que logró que el estadio estuviera listo a tiempo para la Copa América, aunque nadie creía que lo lograríamos”, agregó.
“Desde afuera esto se veía como un sueño irrealizable, pero fue posible, porque hubo voluntad política desde el Gobierno Regional y desde cada una de las municipalidades, y coordinación entre Vivienda, CNCA y MOP”, complementó el ministro de Cultura Ernesto Ottone.
Destacó que “hay que hacer una labor más fina que hasta ahora, para que los teatros regionales sean epicentros y espejo de los otros espacios culturales que existen en su entorno, sean museos, bibliotecas o centros”.
¿Podría incluirse la Orquesta Sinfónica Universidad de Concepción, considerando su excelencia y que actúa en un cine? “El origen de una institución cultural, que sea de origen privado o público, no es lo importante para convocarla desde el Estado; lo relevante es la misión de servicio público que cumple”, aclara Ottone.
Y anunció que la Corporación Cultural Teatro Regional ya está trabajando en un plan de gestión del TRB.
El presidente de esta corporación, Mario Cabrera, estaba ayer satisfecho por la primera piedra, pero reconoció que “ha sido difícil crear puentes con el medio artístico, porque estaba escéptico, en la medida en que no se veía la obra iniciada”.
Reveló, además, que poseen un plan de gestión que fue licitado hace dos años a una consultora”: “Hoy estamos revisando aspectos que quedaron descontextualizados, para actualizarlo”. Presentarán la propuesta al Consejo Regional del Biobío la primera semana de octubre.
Boleta de garantía
Hace cuatro años, cuando Radic ganó el concurso arquitectónico, se creía que el TRB sería inaugurado a fines de 2013. Sin embargo, recién en junio de 2014 se completó la licitación de las obras, que fueron adjudicadas a Serinco, por $16 mil 880 millones. Y nueve meses después, en marzo de 2015, la empresa renunció al trabajo.
“La empresa no presentó las boletas de garantía. Es algo muy poco usual. De 400 obras, no ha pasado más que un par de veces”, detalla el ministro Undurraga. Y explica cómo lo solucionaron: “Cuando se declara desierta una licitación, el ministerio está facultado para ocupar mecanismos excepcionales que son más rápidos. Entonces invitamos a tres empresas a cotizar; dos de ellas presentaron ofertas, y se la adjudicó a la más barata”.