Lo que nunca se supo: testimonios de la cueca en Valparaíso
Serie de cortos animados disponibles en internet
“Relatos del puerto” es una serie de cuatro episodios donde se develan historias a través de narraciones de históricos cantores.
“El Finao Marillanca, el Finao Chamas, Rubén Páez, Periquín, Marcial Romero, Lucero, el Estropajo que le decían”, enumera el cuequero Luis “Flaco” Morales. “Todos los días de noche: de lunes a sábado. Y de repente por ahí nos caíamos al frasco”, agrega, mientras en la animación que acompaña su voz una mujer lo empuja desde un trampolín al interior de una damajuana.
En los “Relatos del puerto”, cuatro cortos animados creados por la productora Los Pájaros y que contó con fondos del Consejo de la Cultura, una serie de ilustraciones en movimiento avanzan junto a los testimonios de los más antiguos cantores y cuequeros de Valparaíso. Estas muestran la historia de la cueca en el puerto.
“Queremos dar a conocer este mundo a través de ciertos personajes que acá existen. Si tú los ves tocar, transmiten toda sus experiencias en el canto. Varios están en sus 80 años o van para allá. La idea es visibilizar la cueca desde un punto de vista que no es tradicional ni campesino”, dice Nicolás García, director de la serie que contó con más de 400 dibujos inspirados en la Lira Popular realizados por Diego Flisfisch. Los episodios ya están disponibles en Yatoka.org y en Youtube.
Cueca de traje y corbata, y no con chamanto ni sombrero huasos. La llaman cueca urbana, también cueca brava. “Esa que simboliza a los contrabadistas, los ladrones, los lanzas. A todos esos los describe. Nadie sale vestido de huaso”, relata Flaco Morales. Otros testimonios son los de Juan “Juanín” Navarro, el fallecido Gilberto Espinoza “Mascareño” o Lucy Briceño.
Los creadores entregaron un DVD con los cuatro capítulos y una selección de 25 dibujos a bibliotecas de la red Dibam, mientras se gestiona una nueva entrega destinada a colegios públicos con el Ministerio de Educación.
“Los relatos hablan de Valparaíso como escenario, la influencia del tango y el vals peruano en un puerto cosmopolita, o los bares que desaparecieron, como el London, el Comercial, el Sin Nombre o el restorán Nunca se Supo”, explica Diego Flisfisch. “En el puerto la cueca se toca y se baila distinto a la ciudad. Los cuequeros no se complican: ‘es más lentita, más arrastrada’, dicen”, comenta García.
“Hay personas que la bailan hasta sin pañuelo. Uno la baila como la siente. Hay que fijarse en los pasos. Antiguamente decían ‘como el gallo buscando a la gallina’. Eso lo bailaban en las casa de niñas”, relata Elías Zamora. “Es un idilio: el varón, sea huaso o civil, trata de conquistar a la dama. Se desafían uno con el otro. En la cueca tradicional ella es más humilde y el huaso el diablo, pero aquí, en la urbana, los dos son diablos”, remata Lucy Briceño.