Terremoto en las alturas: cómo se vivió el 8,4 Richter en el mirador del Costanera Center

terremoto en torre costanera centerPor El Mercurio.

El miércoles, 187 turistas estaban en la cima de la torre y experimentaron el sismo a 300 metros de altura

El sonido de los fierros golpeándose entre sí marcó la experiencia de los visitantes, en su mayoría brasileños, que descendieron a pie los 61 pisos de la megaestructura.

“Éum terremoto!”, gritó la noche del miércoles una turista brasileña. Estaba en el piso 61 de la torre 2 del Costanera Center, donde está el recién inaugurado mirador “Sky Costanera” del edificio. Mientras tanto, el terremoto de magnitud 8,4 Richter sacudía al país.

Ella era una de las 187 personas que a esa hora estaban en la cima de la torre más alta de Latinoamérica, y que experimentaron el movimiento telúrico de intensidad VII Mercalli en Santiago a 300 metros de altura.

Según relatan los testigos, primero el edificio se movió de arriba hacia abajo, para luego oscilar alrededor de un metro de lado a lado. Los ventanales crujieron -sin trizarse- y los gigantescos fierros del piso 62, donde el mirador está abierto al cielo, sonaron “como un campanario”.

Uno de los visitantes era Guillermo Sánchez. Cuenta que el terremoto “partió como un pequeño temblor, y de repente se vino con todo, sonaba el edificio y arriba se sentía cómo se golpeaban y crujían los fierros de la grúa sobre nosotros”.

Con su celular grabó un video que rápidamente se viralizó en las redes sociales. El registro, de 48 segundos, muestra cómo la gente intentó reaccionar ante el movimiento, mientras abajo, en tierra, la noche santiaguina se iluminaba por la explosión de transformadores eléctricos.

“Por la forma en que se movía el edificio y los sonidos que había, pensé que se iban a quebrar los vidrios o que el piso de arriba colapsaría por el peso de los fierros”, relata Sánchez.

La mayoría de los visitantes eran brasileños, en cuyo país los temblores más violentos no suelen sobrepasar el 6,0 Richter. Por ello, muchos se asustaron y algunos incluso tuvieron crisis de pánico. “Esta torre está hecha para este movimiento, así que no te asustes”, le dijo una guía turística a una mujer extranjera.

En ese momento, y cuando aún el movimiento no terminaba, los encargados del mirador iniciaron el protocolo de seguridad: agruparon a los visitantes hacia el centro del edificio y los tranquilizaron hasta que la estructura dejó de cimbrarse. Al mismo tiempo, detenían todos los ascensores -que suben y bajan a una velocidad de siete metros por segundo-, incluso los que tenían gente en su interior.

Luego comenzó la evacuación, descendiendo los 61 pisos a través de las escaleras. Sánchez dice que en la mitad del tramo los encargados de la evacuación pensaron en restablecer los elevadores. Pero él desistió y siguió bajando a pie. Ahí sobrevino la réplica 7,6 Richter. Recién media hora después de iniciar el descenso, llegaron -exhaustos- al primer piso. Entonces, ayudó a los guardias a calmar a los visitantes extranjeros.

Resistencia del edificio

A pesar de la tensión que se vivía en el piso 61, Sánchez dice que el movimiento no es comparable con el terremoto 8,8 Richter de 2010, que a él lo sorprendió en Viña del Mar.

“A pesar de que se movió harto, fue mucho más chocante el terremoto del 27-F”, afirma.

La misma sensación tenían los guías turísticos, quienes confiaron en la ingeniería de la torre, fabricada con 105 mil toneladas de acero y 350 mil metros cúbicos de concreto. Explicaron que en el piso -4 hay una bola de concreto que ayuda a disipar la energía de los sismos.

De hecho, ayer el lugar fue reabierto al público y, según los encargados, no se observó una baja en la asistencia. Al contrario, muchos turistas llegaron interesados en preguntar cómo era vivir un terremoto a 300 metros de altura.

Estructura
105 mil toneladas de acero y 350 mil metros cúbicos de concreto tiene la torre 2.350
personas  puede albergar simultáneamente el “Sky Costanera”, el mirador en 360°, que está a 300 metros de altura, y que recibe a cerca de dos mil personas cada día.

Un metro
hacia cada lado se movió el edificio en su parte más alta, como producto del terremoto. En ese momento, había 187 personas en el mirador de los pisos 61 y 62.

Media hora
tardaron en bajar  los turistas desde el nivel 61 hasta el ras de suelo, luego de que los ascensores (que se mueven a 7 m/s) fueran paralizados como medida de seguridad.

“Por la forma en que se movía el edificio y los sonidos que había, pensé que se iban a quebrar los vidrios o que el piso de arriba colapsaría por el peso de los fierros”.
GUILLERMO SÁNCHEZ
Turista que grabó video durante el terremoto

“Fue una experiencia adrenalínica, y el mayor problema fue bajar los 61 pisos del edificio”.
GUÍA TURÍSTICA
DEL SKY COSTANERA

“En Chile, los temblores son muy normales, y esta torre está hecha para este movimiento, así que no te asustes”.
GUÍA TURÍSTICA
SU MENSAJE A LOS VISITANTES EXTRANJEROS EN EL COSTANERA CENTER, AL MOMENTO DEL TERREMOTO.
Cámara de la Construcción: sismo confirma altos estándares de edificaciónSi ocurriera un terremoto con una magnitud superior a 9 Richter, similar al registrado en mayo de 1960 en Valdivia, el 90% de los cerca de 20 mil edificios de más de cinco pisos que se han levantado en Chile resistiría en buenas condiciones.

La afirmación la hace Javier Hurtado, gerente de estudios de la Cámara Chilena de la Construcción, y da cuenta del alto estándar constructivo que caracteriza la norma de edificación chilena. Un nivel solo comparable con el de zonas igualmente sísmicas, como Japón y el estado de California, en Estados Unidos.

“Hemos recibido delegaciones internacionales que se impresionan de eso. Y se da porque hemos aprendido. Así, la construcción moderna de los últimos 30 años ha resistido bien y se han ido incorporando nuevas tecnologías como los amortiguadores”, afirma.

Para Hurtado, de todas formas quedan desafíos pendientes: “El condicionamiento de la construcción en zonas de riesgo hay que abordarlo mejor. Eso no significa prohibir la construcción, sino desarrollar tecnologías que permitan a esos edificios resistir mejor”.

La ministra de Vivienda y Urbanismo, Paulina Saball, concuerda: “Hemos ido internalizando en nuestras normas la sismicidad. Las normas constructivas tienen un componente importante de estabilidad y materialidad que responda a terremotos. Tenemos que reconocerlo y avanzar en normativas más avanzadas en materialidad más acorde con distintos lugares. Lo importante es que apliquemos las normas existentes”.

De todas formas, Saball advierte que entre los principales daños observados en la zona afectada por el terremoto del miércoles están las ampliaciones irregulares o viviendas construidas sin muros de contención que no tienen recepción municipal.

Para el decano de la Facultad de Arquitectura de la U. del Desarrollo, Pablo Allard, la norma chilena cumple con los requerimientos mínimos. “Por lo que vio con el techo en el mall de La Serena, que se desprendió, lo que está pendiente es en las estructuras secundarias: cielos falsos, ventilaciones, anexas. Se regularon en 27-F, pero hay que poner más ojo en ellas”, precisa.

A su juicio, falta incorporar el riesgo, obras de mitigación ante tsunamis y marejadas en el borde costero, así como las aluvionales en los cauces.

El urbanista de la consultora Atisba, Iván Poduje, cree que, además, es necesario observar otros riesgos naturales, como los aluviones y derrumbes, dentro de la norma. “Otro tema que es bien grave es la cantidad de asentamientos precarios que están en las áreas de riesgo. Eso necesita ser regulado”, concluye.