Empresarios de la IV Región hablan de “catástrofe económica”
Cancelaciones de reservas y fuerte baja de visitantes en la zona:
Presidenta de la Cámara de Comercio y Turismo de Coquimbo calificó el fin de semana del “18” como una fecha “perdida” para ellos.
Esperaban cientos de visitantes, pero en el reconocido balneario de Punta de Choros ayer apenas se veían personas en la Caleta San Agustín, desde donde zarpan las naves hacia la Isla Damas, uno de los atractivos más importantes de la Región de Coquimbo.
“Me encontré con todo cerrado y muy poca gente, así que mejor decidimos volver a La Serena”, comentó Eugenio Bustos, quien arribó a la región el mismo día del terremoto, pero que ayer preparaba las maletas para retornar a Vallenar. “Acá la gente lo está pasando mal y no está el ánimo para andar de fiesta”, agregó.
Si bien el rubro turístico no maneja cifras concretas, la opinión generalizada entre los empresarios de la zona es que el terremoto y tsunami impactaron negativamente en la llegada de visitantes, justo en una fecha que significa altos ingresos, como Fiestas Patrias.
“Se ven personas, pero un 10 ó 15% de los que normalmente pululan por la Avenida del Mar. Hay una sensación de poco festejo, de miedo, porque sigue temblando. Para catalogarlo es una catástrofe natural y económica”, asegura Joaquín Vicuña, vicepresidente de la Cámara Regional de Turismo y empresario hotelero, quien perdió 14 pasajeros que alojarían en su hotel.
“Se anularon muchas reservas, no llegó gente, había turistas que estaban y se fueron. Los que venían por tierra se cerró la carretera el día del terremoto y no se abrió hasta el otro día por seguridad, entonces se devolvieron”, añadió. A su juicio, apenas un 10% de las reservaciones se mantuvieron.
En Coquimbo, la presidenta de la Cámara de Comercio y Turismo de esa comuna, Marviola Rivera, calificó como “fecha perdida” a este “18”. “Es muy difícil que los empresarios se vuelvan a reponer en dos o tres años de las pérdidas. Necesitan a Sercotec, Corfo y todas las manos que se puedan tender. Es una fecha perdida”.
El borde costero de Coquimbo está totalmente inutilizado, así como gran parte de las “picadas” y otras atracciones del paseo peatonal. En la Avenida del Mar de La Serena, que no tuvo grandes impactos, el alcalde Roberto Jacob destacó que el aumento del agua recuperó parte de la arena de las playas, que se había perdido durante las marejadas del mes de agosto. Pese a ello, ayer circulaba poca gente.
En la caleta de Peñuelas, una de las más dañadas, el restaurante “Don Chuma” cuantificaba en $6 millones solo la mercadería que se dañó por el ingreso de un metro de agua al edificio. El local “El Griego” avaluaba en $20 millones los daños. Y en el sector costero, el complejo de cabañas y restaurante Costa Azul, su propietario cifraba en $450 millones las pérdidas. En Tongoy, el presidente de los empresarios gastronómicos, Raúl Sanders, aseguró que “perdimos todo. Hoy tenemos un metro de arena”.