Superficie se desplazó 1,5 metro
En 2004, el terremoto de magnitud 9,1 en la escala de Richter azotó la isla de Sumatra en el sudeste asiático, modificando el eje de la Tierra en 17,8 cm y acortando el día en 6,8 millomésimas de segundo. En 2010, el terremoto de 8,8 en Chile movió el eje de la Tierra en ocho centímetros y acortó el día en 1,26 millonésimas de segundo.
Asimismo, en abril de este año, un estudio demostró cómo un terremoto de magnitud 7,8 en Nepal tuvo la fuerza suficiente como para mover a Katmandú al menos tres metros hacia el sur, así como alterar la atmósfera de la Tierra y el tamaño del monte Everest.
Quizá se trata de cambios imperceptibles, pero que científicamente grafican en gran manera la potencia de estos eventos naturales.
En Chile, el pasado movimiento telúrico del norte también tuvo consecuencias. Así lo demostró un satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA), que detectó que el terremoto del 16 de septiembre también desplazó el terreno, aunque en menor medida.
El análisis fue realizado con el satélite medioambiental Sentinel-1A, con capacidad de tomar imágenes diurnas y nocturnas en cualquier tipo de condiciones meteorológicas y con gran precisión, comparando imágenes antes y después para determinar cuánto y dónde se movió el terreno.
De esta forma, la medición detectó que entre el 24 de agosto y 17 de septiembre, el terreno se desplazó 1.5 metro.
El satélite también es capaz de detectar desplazamientos o cambios en vertidos de crudo, usos de terreno, cámaras de magma antes de una erupción y todo tipo de riesgos y accidentes geológicos, siendo muy útil en desastres naturales.