Declaración Comité Patrimonio del Colegio de Arquitectos ante terremoto y maremoto 16 S
Ante los efectos sobre las construcciones, provocados por el reciente sismo de 8.4 grados Richter en la Región de Coquimbo, lamentando además la pérdida de vidas humanas y destrucción de infraestructura en general, el Colegio de Arquitectos de Chile a través de su Comité de Patrimonio, alarmado por las demoliciones apresuradas de nuestro patrimonio material que se han comenzado a llevar a cabo, se hace un deber señalar lo siguiente:
1. No sólo debe considerarse patrimonio aquello expresamente resguardado y sancionado por la legislación (Ley de Monumentos Nacionales, Ley General de Urbanismo y Construcciones), sino todo aquello identificado como tal por las propias comunidades, usuarias y depositarias de dichos legados.
2. Las construcciones declaradas Monumento Histórico o Inmueble de Conservación Histórica o que se encuentren en una Zona Típica o de Conservación Histórica y hayan sido afectadas por el sismo y maremoto deberán ser atendidas, recuperadas o reconstruidas de acuerdo con las disposiciones de la legislación vigente.
3. Pero junto con ellas, existe una enorme cantidad de bienes patrimoniales no declarados oficialmente, pero fieles y excelentes ejemplos de nuestras tradiciones, memoria e identidad regional y local. Muchos de estos, también dañados por el sismo y maremoto, están enormemente expuestos a la ignorancia de su valor y al apresuramiento por destruirlos, con las expectativas infundadas de recibir del Estado su reposición inmediata y en condiciones similares a lo demolido.
4. Además de hacer todos los esfuerzos posibles por preservar dicho patrimonio y antes de adoptar una decisión sobre su intervención, toda construcción deberá ser evaluada en sus daños por profesionales especializados, conocedores de sus técnicas y artes de edificación y siguiendo las disposiciones y recomendaciones vigentes.
5. Asimismo, en las áreas centrales de pueblos y ciudades deben respetarse sus características arquitectónicas y sus estructuras y paisajes urbanos actuales, preservando su imagen y armonía con lo preexistente, sin caer en la tentación fácil de su reemplazo inmediato por tentadoras ofertas inmobiliarias.
6. En relación a las iglesias y capillas, urbanas y rurales, muchas de ellas de gran valor simbólico y arquitectónico, urgimos a prestarles una especial atención, buscando por todos los medios posibles su recuperación total, así como el cuidado de los elementos que contienen en su interior.
7. En las edificaciones de valor patrimonial, a las que nos hemos estando refiriendo en la presente declaración, no debe confundirse lo que es inhabitable con lo que se debe demoler. Toda construcción dañada es recuperable, no importa cuán destruida puede haber resultado. Si en lo inmediato no se cuenta con los recursos, desde ya deben protegerse en su estado actual, aislándolas para evitar posibles riesgos de vidas humanas y resguardándolas de las inclemencias climáticas, confiando en que podrán comprometerse los recursos públicos y privados en acciones de recuperación y restauración.
8. Sólo debe demolerse una construcción patrimonial si existe peligro de derrumbe inminente y en situación de colapso parcial o total y luego de una evaluación técnica como a la que nos hemos referido. Ello debe hacerse con los mayores cuidados posibles, tanto con los elementos de construcción como también con los de decoración y bienes muebles, esforzándose por registrar, clasificar y resguardar todo lo que se extraiga. Los escombros son una fuente importante de información patrimonial. En estos casos, más que demoler debe “desarmarse”, buscando entre la comunidad a los mejores trabajadores y especialistas para realizar estos trabajos, prefiriéndose esperar hasta que éstos estén disponibles y se cuente con asesoría profesional idónea.
Hacemos un llamado a las autoridades, tanto del Gobierno central, como regional y local, así como los entes privados, de la sociedad civil y los propios usuarios de las construcciones afectadas para detener cualquier acción sin vuelta atrás en la preservación de nuestro valioso y muchas veces escaso patrimonio, cuya desaparición no solo afecta irremediablemente nuestras expresiones materiales del pasado sino además las raíces identitarias de nuestra cultura intangible.
Patricio Gross
Arquitecto
Presidente Comité de Patrimonio
Colegio de Arquitectos de Chile