Remodelación de la Alameda abre debate sobre el número de buses que la recorrerán
Por Manuel Valencia y Lucía Adriasola, El Mercurio.
Concurso busca intervenir 13,5 kilómetros, entre Las Rejas y Tobalaba, y crear la mayor ciclovía de Santiago:
Parte del jurado plantea priorizar el corredor, pero otra lo ve como un obstáculo para el espacio público.
A punto de cumplir 200 años, la Alameda se apronta para su mayor intervención de la historia. En los próximos días se anunciará qué proyecto de arquitectura ganó el concurso para materializar un plan de US$ 220 millones en la arteria.
La transformación plantea un carril exclusivo para el transporte público, ensanchar las veredas, habilitar la mayor ciclovía en una avenida de la ciudad y áreas verdes en torno a los 13,5 kilómetros que hay entre Las Rejas (Estación Central) y Tobalaba (Providencia).
Pero tanto la distribución de esos espacios como el número de buses que circularán por el eje han motivado las principales diferencias entre los 16 miembros del jurado, además de urbanistas y especialistas en transporte que son parte de la iniciativa.
La idea es evitar que un excesivo acento en el transporte dañe el proyecto. El urbanista y presidente del jurado, Luis Eduardo Bresciani, identifica en el aumento de tráfico -que obligó a aumentar el espacio de la vialidad y a reducir aquellos públicos- un elemento que marca el deterioro de la avenida. “Las intervenciones que tuvo denotan falta de institucionalidad”, dice.
Coincide el intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego: “Hace tiempo que la Alameda no tiene un tratamiento integral, porque cada municipio, ministerio y servicio público ha hecho lo que ha podido según su competencia, y así ha crecido de manera poco orgánica y planificada. La Alameda ha terminado siendo un buen ejemplo de la parcelación e insularidad comunal”.
Definición del perfil
Para algunos de los integrantes del jurado y expertos vinculados al proyecto, es óptimo que el eje tenga una capacidad superior a los 280 buses por hora. Otros sostienen que no debe sobrepasar los 200, para así armonizar la avenida con el propósito de que también sea utilizada por ciclistas y peatones.
“Proveer dos pistas por sentido y urbanizar se hace complicado. En algunos casos lo que puede hacerse es generar una tercera pista con paraderos traslapados por cada sentido. Así se genera una intervención urbana mucho más razonable”, sostiene el especialista en transportes de la UC Juan Carlos Muñoz.
A juicio del experto en urbanismo y transporte Raimundo Cruzat, “pensar en transportar 50 mil personas por sentido es una mirada muy acotada, porque hay que considerar que se está discutiendo una línea de metro paralela a la 1, que es la 7, y podría cambiar la situación. Hay que considerar que los corredores son súper invasivos y que el espacio podría usarse mañana para un tren liviano”.
Entre quienes apoyan la idea de potenciar la arteria como un eje de transporte público está la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz: “Una de las actuales debilidades es la falta de espacio público disponible para acoger el proyecto de un corredor por el eje Alameda-Providencia”, afirma. La edil recuerda que se ha trabajado en alternativas de implementación con buses dotados de puertas en el costado izquierdo o en ambos lados de la carrocería.
Por otra parte, el alcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado, dice que “es esperable que el diseño contemple los flujos y la seguridad vial necesaria para los peatones, por el aumento de población flotante que recibiremos con los proyectos del Melitrén y Rancagua Express, sin contar con los desarrollos inmobiliarios y comerciales del sector”.