Reconstrucción de iglesia donde se atrincheró Bernardo O’Higgins en Rancagua, hace 201 años, presenta 65% de avance
Inmueble histórico declarado Monumento Nacional:
Hallazgo de restos arqueológicos en el interior del templo no altera el programa de restauración: Las obras finalizarían en febrero del 2016.
La iglesia de La Merced de Rancagua, edificio de arquitectura colonial construido en 1770, es un ícono en la historia de la capital de la VI Región. En sus dependencias, el general Bernardo O’Higgins instaló su cuartel general y el hospital de campaña durante el asedio y asalto a la ciudad, ocurridos los días 1 y 2 de octubre de 1814, lo que puso fin al período de la Patria Vieja y marcó la Reconquista de Chile.
El templo, emplazado en pleno centro de la ciudad, en la esquina de las calles Cuevas y Estado, se encuentra en pleno proceso de restauración tras sufrir severos daños en el terremoto de febrero del 2010. Las obras comenzaron en octubre del año pasado con una inversión de más de dos mil millones de pesos. Según el seremi de Obras Públicas de O’Higgins, Pablo Silva, presenta un avance del 65%, por lo que su término y entrega deberían materializarse en febrero del 2016, dentro de los plazos establecidos en el contrato.
El único hito extraordinario durante los trabajos de restauración corresponde al hallazgo de osamentas de origen histórico en el muro sur del recinto. Debido a que se trata del sector más dañado de la iglesia, en ese punto se deben construir contrafuertes para reforzar la estructura.
El sitio fue visitado por el arquitecto Álvaro Riquelme, profesional responsable de la obra, y la inspectora fiscal, Asunción Salazar, de la Dirección de Arquitectura, para aplicar los protocolos que el MOP y el Consejo de Monumentos Nacionales tienen para este tipo de sucesos.
Pablo Silva informó que un equipo de profesionales especializados, liderado por el antropólogo Cristián Martí, trabaja en el salvataje de las piezas. Se estableció que los elementos encontrados en las excavaciones realizadas en el interior del templo corresponden a “una concentración de restos fragmentados de reducción” pertenecientes a un varón adulto y a un menor de aproximadamente tres años. Hasta el siglo XIX, antes de la creación de los cementerios, las sepultaciones se realizaban en las iglesias.
Las obras de reconstrucción abarcan cerca de tres mil metros cuadrados. Incluyen el templo principal y sus construcciones aledañas, como el noviciado, casa de los frailes, patios y corredores. Álvaro Riquelme, especialista en restauración, señala que los trabajos se han desarrollado según lo planificado. Salvo el muro sur de la iglesia, el resto del edificio está consolidado estructuralmente. Se restauran y habilitan las distintas dependencias del edificio en sus dos pisos, manteniendo las características constructivas originales de sus murallas, suelos, puertas y ventanales.
En diciembre concluirán las obras de intervención masiva, donde trabajan alrededor de 80 personas. En enero y febrero continuarán las intervenciones particulares y los detalles de terminación.
La arquitecta Asunción Salazar destacó que junto con rescatar las tecnologías constructivas tradicionales del inmueble y de la época, estas se han combinado con nuevas técnicas que contribuyen a mejorar la resistencia estructural. Entre ellas, se han utilizado mallas metálicas electrosoldadas para mejorar el comportamiento estructural del recinto frente a movimientos sísmicos.
El proyecto incluye rescatar la biblioteca junto a las salas de reuniones y conferencias para actividades culturales y de extensión.
Costo
Dos mil millones de pesos se invierten en la restauración del templo y dependencias anexas.