Construcción en altura genera fenómeno de “edificios isla”
Por Manuel Valencia y Lucía Adriasola, El Mercurio.
Se concentran en Santiago, Las Condes, Vitacura, Providencia y Ñuñoa:
Sus residentes dicen que se deteriora su calidad de vida por el arribo de altas torres.
“Me da pena ver cómo grandes edificios nos taparon la vista. Creo que es muy triste cómo se ha ido reorganizando la ciudad”. Alejandra Garcés y su familia vivían en un edificio de cuatro pisos en Tomás Moro (Las Condes), pero cuando se construyeron dos torres a su alrededor decidieron cambiarse a uno tan alto como todos los de su cuadra.
Así como en décadas recientes la densificación de Santiago dejó al descubierto las “casas isla”, aquellas viviendas rodeadas de edificios, en los últimos 10 años el fenómeno ha crecido en pisos: ahora son los residentes de viejos edificios de tres o cinco pisos los que han visto afectada su calidad de vida por la presencia de una torre que los triplica en altura. Son los “edificios isla”.
“Incomoda más que nada por la sombra, porque pierdes tu intimidad o porque el patio se llena de colillas de cigarro, de gente que fuma desde los balcones”, dice Susana Calderón. Ella vive desde hace ocho años en un edificio isla en Las Condes.
Según un informe de la consultora AGS Visión Inmobiliaria, estos inmuebles pequeños aislados por torres vecinas se han vuelto apetecidos en comunas donde la norma permite construir en altura sin mayores restricciones.
El estudio identifica su presencia fundamentalmente en Santiago centro, Las Condes, Vitacura, Providencia y Ñuñoa. Además, establece algunos rasgos distintivos que los vincula: gran parte de ellos se edificó entre 1950 y 1970 y no tienen ascensores, debido a que la mayoría fue construida antes de que los elevadores fuesen exigidos en la norma de accesibilidad universal.