¿Cómo será la próxima casa chilena? Más sustentable, con espacios integrados y menos restricciones arquitectónicas
Por María de los Ángeles Pattillo, El Mercurio.
Según la visión de cinco referentes del área habitacional (dos arquitectos, dos inmobiliarios y un ingeniero), la oferta debiera incluir nuevas propuestas en el diseño, avances en materia de resistencia sísmica y de confort térmico, y sobre todo cambios importantes en el proceso constructivo propiamente tal, incorporando la robótica a una actividad hoy sumamente artesanal.
En 10 o 15 años más la oferta inmobiliaria nacional debiera sufrir importantes transformaciones. “El Mercurio” reunió a cinco referentes de la industria para conocer su visión al respecto, desde sus distintas áreas de especialización: los arquitectos Gonzalo Mardones y Mathias Klotz (decano de Arquitectura de la UDP); el decano de la Facultad de Ingeniería de la UC y experto en estructuras antisísmicas, Juan Carlos de la Llera; el presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) y presidente de Socovesa, Cristián Hartwig, y el presidente del grupo de calidad y posventa de la CChC y gerente de investigación, desarrollo e innovación de Constructora Manquehue, Adelchi Colombo.
Más allá de los avances previsibles -como la automatización y la domótica en distintos recintos de la vivienda-, los expertos destacaron los nuevos protagonismos que tomarán dichos espacios. Klotz, por ejemplo, recalca que ya se están viendo cocinas más grandes e integradas y asegura que los baños de servicio van a terminar por desaparecer: “La nana puertas afuera va a dar paso a un servicio de aseo por horas, como pasa en el mundo desarrollado, es un trabajo que está mutando y las casas van a adaptarse a ello”.
Colombo tiene la misma idea y atribuye este fenómeno a un cambio en la mentalidad de los compradores, que a su juicio es lo que tiene más incidencia en la evolución de las distribuciones. “En el diseño de los programas y las prestaciones de las viviendas son los nuevos hábitos de los clientes los que van a ir generando señales para definir la oferta de productos”, destaca.
En el futuro, además, debiera haber mayores libertades en términos de espacialidad, lo que da cabida para ajustes aún más importantes. De la Llera pronostica: “El problema sísmico ha restringido el desarrollo arquitectónico, pero la tecnología permitirá superar esa barrera”. De esta forma, por ejemplo, se podrán generar ambientes más amplios e integrados que los actuales, coinciden los expertos.
Sustentabilidad ganará protagonismo
Otro cambio vendrá de la mano de la conciencia por la sustentabilidad de las viviendas, que ya está presente entre los compradores, pero que debiera ir tomando cada vez más fuerza. “Los costos de construcción son más elevados en una casa eficiente, pero la gente ya asume cuáles serán los costos mensuales que implica tener esa casa, cosa que no sucedía años atrás”, dice Klotz.
En la línea de la sustentabilidad, el tema del confort térmico será cada vez más relevante, prevén Klotz y Colombo. Sin embargo, Hartwig no cree que en la práctica haya grandes novedades, pues actualmente la mayoría de las inmobiliarias estarían trabajando sobre los estándares de la norma. Además, los precios se harían inviables: “Un departamento caro puede llegar a 100 UF/m {+2} en Chile, mientras que en Alemania llega a 480 UF/m {+2} por todas las mitigaciones que incluye. Al final esto es un ejercicio de lo que la gente quiere, pero también de lo que puede pagar”.
Colombo reconoce eventuales alzas en los precios, pero asegura que serán acotadas en el caso de las construcciones de hormigón: “Hoy este material ya tiene asumido un comportamiento térmico exigido por norma y cualquier mejora es marginal. Pero no es menor en el caso de la albañilería, donde habría que incorporar materiales y tiempos de ejecución ahora no previstos”.
Por lo pronto, advierte que lo más urgente es que las ventanas ganen mayor protagonismo: “Hoy están reguladas de forma ridícula, pues se limita la cantidad aun cuando tienen menor pérdida de energía que los muros”.
Robótica mejorará la productividad
El tiempo de planificación y la forma de proyectar las viviendas debieran sufrir significativas mejoras a futuro, prevén Colombo y De la Llera. “En EE.UU., los plazos de desarrollo son fácilmente de dos a tres veces el tiempo que se toma un proyecto en Chile y eso tiene una implicancia en la construcción, donde no se aguanta ninguna inconsistencia ni torpeza”, dice el decano de Ingeniería.
Mardones también estima que la tecnología facilitará el proceso de diseño y planificación, pero advierte: “Los medios informáticos ayudan eficazmente a la traducción de las ideas y de los dibujos en planos precisos, pero el proyecto se genera, se resuelve y se desarrolla en la cabeza”.
Hartwig reconoce que es complicado cambiar la forma actual de trabajo: “No se acortan los períodos de planificación -a costa de no terminar los detalles- por capricho. Sería más fácil comenzar la obra hasta con el último tornillo pensado como en EE.UU., pero ellos viven en un entorno económico estable y nosotros no”.
Donde sí hay acuerdo es en que el proceso constructivo debiera mejorar. “La construcción debe cambiar respecto a la manera primitiva con la que todavía se ponen en pie los edificios. No es correcto que los automóviles se construyan con tecnología de punta, mientras que las casas se siguen haciendo artesanalmente”, indica Mardones.
Colombo agrega que el uso de la tecnología elevará la productividad y los tiempos de construcción: “Se tiende a asociar la industrialización con producción en serie, pero la robótica permite hacer diferentes diseños de forma eficiente. No es un sistema rígido”.
Este cambio también considera materiales menos contaminantes. “La huella de carbono que deja el hormigón en el proceso constructivo es insostenible. Hay materiales altamente resistentes y livianos sin el impacto ambiental del hormigón, como la madera u otros elementos compuestos”, dice De la Llera.
”La construcción debe cambiar respecto a la manera primitiva con la que todavía
se ponen en pie los edificios”.
GONZALO MARDONES ARQUITECTO
”El problema sísmico ha restringido el desarrollo arquitectónico, pero la tecnología permitirá superar esa barrera”.
JUAN CARLOS DE LA LLERA DECANO FACULTAD DE INGENIERÍA UC
”Actualmente hay muchos barrios que debieran mejorar su estándar y hacer grandes transformaciones pero los vecinos se oponen”.
MATHIAS KLOTZ ARQUITECTO Y DECANO DE ARQUITECTURA UDP
”Sería más fácil comenzar la obra hasta con el último tornillo pensado como en EE.UU., pero ellos viven en un entorno económico estable y nosotros no”.
CRISTIÁN HARTWIG PRESIDENTE DE LA ADI Y PRESIDENTE DE SOCOVESA
”Se tiende a asociar la industrialización con producción en serie, pero la robótica permite hacer diferentes diseños de forma muy eficiente”.
ADELCHI COLOMBO PRESIDENTE DEL GRUPO DE CALIDAD Y POSVENTA DE LA CCHC Y GERENTE DE CONSTRUCTORA MANQUEHUE
Demanda por lugares céntricos provocaría desplazamientos de vecinosLa ciudad también debiera sufrir modificaciones. Mathias Klotz prevé que cada vez habrá un mayor interés por vivir en las zonas centrales, lo que profundizará episodios de gentrificación, que es el desplazamiento de residentes originales de ciertos barrios tras la llegada de personas de mayor ingreso dispuestas a pagar un precio más alto por vivir ahí. Medidas como fijar los valores de los arriendos, generar impuestos en viviendas deshabitadas o definir tarifas preferenciales para los residentes originales en los proyectos que se desarrollen luego en sus terrenos son algunas de las medidas que se han tomado en países como Alemania o España. “No sé cuál será exactamente el mejor mecanismo, pero es una fricción que existirá y va a llegar un punto en que se va a transformar en un problema”, afirma.
El poder de las personas en el desarrollo urbano irá en aumentoEl peso de los residentes en materia de desarrollo urbano debiera ir en alza, cree el presidente de la ADI, Cristián Hartwig. “Los que mandarán serán los vecinos, como en la ciudad de San Francisco (EE.UU.), donde para desarrollar algo hay que convencerlos a ellos primero. Me parece razonable que la decisión final sea de las personas, en la medida en que estén informadas”, dijo.
Mathias Klotz cree que hay que incluir a más actores en la discusión: “Hay muchos barrios que debieran mejorar su estándar y hacer grandes transformaciones, pero los vecinos se oponen. Es un problema complejo de abordar”.
Juan Carlos de la Llera agrega que más allá de quiénes participen en la discusión, la clave para crear buenas políticas urbanas es que exista una consistencia en el tiempo. “El desarrollo urbano tiene que ser capaz de mantener cierta línea a través de los años, no sé si solamente los vecinos puedan sustentar aquello”.
Transformaciones: desde eliminar pieza de servicio hasta robotización de la construcciónEspacialidad. La disposición de los recintos debiera cambiar según las nuevas necesidades de los compradores: por ejemplo, desaparecería la pieza de servicio. De la Llera destaca que las limitaciones arquitectónicas por la resistencia símica debieran disminuir, dado los avances tecnológicos.
Eficiencia térmica. Mientras Klotz y Colombo creen que aún queda mucho por avanzar en esta materia, Hartwig dice que es difícil que haya mayores mejoras dado el alto costo que implicaría elevar el estándar actual y porque las inmobiliarias ya estarían trabajando por sobre la norma.
Planificación de proyectos. El tiempo que toma el diseñar un proyecto debiera disminuir en el futuro gracias al ingreso de tecnologías que mejoran la eficiencia. Sin embargo, Hartwig advierte que en la práctica es difícil que ocurra, ya que siempre se deben reducir los tiempos de planeamiento, dadas las incertidumbres económicas.
Proceso constructivo. Acá hay coincidencia en que esto debiera mejorar de la mano de una mayor automatización de los trabajos. De la Llera va más allá y cree que incluso se debieran usar nuevos materiales, menos contaminantes que el hormigón tradicional.