Ken Livingstone: “Es ridículo no tener un órgano central que regule el transporte”
Por Cristina Cifuentes, La Tercera.
Ex alcalde de Londres (2000-2008):
El político británico dijo a La Tercera que es necesario que Santiago tenga un órgano central que coordine las decisiones.
El ex alcalde de Londres, Ken Livingstone es considerado un experto en materia de transporte, ya que durante su mandato -que se extendió desde 2000 a 2008- implementó una serie de medidas que son consideradas un ejemplo a nivel mundial. El saneamiento del transporte público de la capital británica, con medidas como el programa de tarificación vial, llevó a que fuera nombrado como la figura del Año por la Asociación de Estudios Políticos. El dirigente laborista visitará Chile para participar el próximo miércoles de la 4ª Conferencia Internacional de Ciudad: Regeneración Urbana que organiza la Cámara Chilena de la Construcción, auspiciado por La Tercera. En esta entrevista, Livingstone explica el éxito de la tarificación vial y analiza la crítica situación de Santiago.
Durante su mandato como alcalde de Londres se implementó la tarificación vial ¿Qué puede contar de ese proceso?
Es el mismo sistema que se utiliza en Singapur. Tienes cámaras que graban la patente de cada auto que entra al centro de la ciudad.
Respecto de la evasión ¿Qué clase de castigo se aplica para los que no pagan?
No recuerdo de cuánto eran las multas, hace siete años que no estoy en la alcaldía, pero básicamente teníamos cámaras en cada intersección que lleva hacia el centro. Así que era poca la gente que no pagaba, en realidad eso no fue un problema para nosotros. Todos se inscribieron de forma electrónica y después automáticamente se les cobraba.
¿Cuando se implementó qué clase de dificultades debieron sortear? ¿Encontraron resistencia de la ciudadanía?
Yo prometí hacerlo durante mi campaña antes de ser elegido alcalde. Un 98% de los tories (conservadores) criticaron la medida y dijeron que sería un desastre. Después la opinión pública se mantuvo divida a favor y en contra. Y luego cuando fue implementado funcionó mucho mejor que lo que habíamos anticipado: un 40% de los conductores ya no fue más al centro, la congestión se redujo; fue una transformación real. Así es que mi popularidad subió y fui reelegido fácilmente. La tarificación vial funcionó y después no querían volver a la congestión que teníamos en el pasado.
Una vez implementada la tarificación vial, ¿Cuáles fueron las mejoras que se pudieron ver en Londres producto de esta medida?
Antes de ser alcalde me decían que no se podía resolver el problema de la congestión en Londres. La gente quería irse a vivir a París o Bruselas o Munich, así es que se tenía que hacer. Así que una vez que se implementó fue mucho más fácil moverse en el centro y más rápido, así es que eso mejoró la productividad del centro. Vimos un gran impulso de la inversión, firmas extranjeras llegaron al centro para construir sus oficinas. Funcionó muy bien.
¿Qué se hacía con el dinero recaudado? ¿Se invertía en las calles?
Todo fue invertido, pero representaba una pequeña parte de nuestro presupuesto, era un 1% o 2%. Nosotros tomamos esta medida para hacer frente la congestión.
En la Región Metropolitana, la estructura gubernamental está compuesta por 54 alcaldes, gobernadores de provincia y un Intendente Regional. Todos participan en la toma de decisiones, pero algunas medidas no están coordinadas. Antes de que existiera el cargo de Alcalde Mayor ¿Sucedía algo así en Londres?
Londres tuvo por 100 años una alcaldía, que cubría toda la ciudad y tenía poderes y responsabilidades. Me convertí en líder del Greater London Council en 1981. Mis políticas eran consideradas muy radicales y fue abolido en 1986. Durante ese año hasta 2000, no tuvimos una gran autoridad, teníamos 32 distritos pequeños locales, pero no tenían responsabilidad sobre planificación, por ejemplo. Esa es una de las razones que se empezó a ver como una ciudad que estaba fracasando, no había nadie preocupado por la inversión, no había nadie que hiciera una planificación económica a largo plazo, fue uno de los errores más desastrosos.
¿Cuál sería la lección para Santiago considerando que tiene 54 alcaldías?
Eso es una desorganización. Para una ciudad grande como Santiago tienes que tener un órgano elegido, alguien que piense en la planificación a largo plazo, en la inversión. Que viaje por el mundo, que traiga a corporaciones que inviertan, que tome medidas como esa. A Santiago le iría mucho mejor si tuviera una entidad central, no es necesario deshacerse de todas las pequeñas alcaldías, pero necesitas a alguien que reúna a la gente y que coordine. Santiago pierde mucho al no tener un órgano central.
Santiago no tiene un órgano central que esté a cargo de las medidas en transporte, sino que las alcaldías se tienen que poner de acuerdo con el ministerio de Transporte y Telecomunicaciones
Es ridículo. El transporte es lo más importante para que una ciudad funcione bien. No tener una es un desastre.