Primeros buses articulados del Transantiago cumplen 10 años y siembran dudas a futuro

buses articulados transantiagoPor Manuel Valencia, El Mercurio.

Ya han sobrepasado los 850 mil km, la misma distancia de un viaje ida y vuelta entre la Tierra y la Luna:

Fueron diseñados para recorrer un millón de kilómetros, pero las deficiencias de infraestructura aceleraron su deterioro.

“La capital da la bienvenida al Transantiago”, titulaba “El Mercurio” del 22 de octubre de 2005. La crónica daba cuenta de la ceremonia, encabezada por el entonces Presidente Ricardo Lagos, de puesta en marcha de los primeros buses del sistema. “Antes de viajar a Roma rumbo a la canonización del Padre Hurtado, inauguró ayer este nuevo sistema afirmando que este es el mayor plan de transformación hecho en toda la historia del transporte de la capital”, reseñaba el artículo.

Al día siguiente comenzaron a rodar los primeros 500 buses articulados y 681 regulares, en medio de las aún dominantes micros amarillas y las críticas de “lentitud” y “demora” lanzadas por los primeros usuarios.

Entonces se aseguraba que los buses “oruga” tendrían una vida útil de un millón de kilómetros y que por su tamaño (18,5 metros de largo) serían capaces de transportar 140 pasajeros, casi lo mismo que un avión Airbus A-319 (que vuelan en rutas de corta distancia en Chile). Así se prometía acotar los verdaderos “ríos de buses amarillos” que caracterizaban a la Alameda Bernardo O’Higgins.

Pero a poco andar, los supuestos atributos de los buses fueron quedando en el camino: en general no logran transportar su capacidad máxima y llegan más bien a unos 100 o 120 pasajeros.

Pero no es todo: su rendimiento es de apenas un kilómetro por litro. Y si bien todavía no alcanzan el millón de kilómetros recorridos, muchos circulan en evidente estado de deterioro, con fuelles rotos, carrocerías desgastadas y amortiguadores dañados.

“Se transformaron en el símbolo del desastre inicial del Transantiago y han sido mirados por los ciudadanos como una especie de monstruos que se mueven por la calle. Mirados desde ese punto de vista sería bueno terminar con un símbolo que constituye eso”, señala Víctor Barrueto, director ejecutivo de la Asociación de Concesionarios del Transporte Urbano de Santiago (Actus).

Los 1.207 buses articulados que aún operan de una flota original de 1.452 ya sobrepasan los 870 mil kilómetros recorridos, la misma distancia de un viaje ida y vuelta entre la Tierra y la Luna.

Para Barrueto, desde el punto de vista técnico los buses no tienen futuro en los cambios que se plantean para el Transantiago. “El bus del tamaño inmediatamente menor, pero no articulado, termina llevando casi la misma cantidad de gente. Por la estructura interna del articulado y su tamaño, finalmente nunca ha terminado llevando la cantidad de gente que se aspiraba”.

Tal apreciación no es compartida por el director del transporte público metropolitano, Guillermo Muñoz. “Hay lugares y ejes que tienen una importante demanda y, por lo tanto, requieren contar con un bus como este. Lo que sí nos gustaría es que los buses que usásemos de aquí en adelante deberían tener un estándar de calidad mayor. Si uno pudiese hacer una crítica a esos buses, es que con la premura con que se encargaron no cumplen con todas las condiciones y requerimientos que cumplen en general los buses de este tipo”.

Para el ex coordinador de Transantiago y especialista en transportes Raimundo Cruzat, los buses oruga solo tienen sentido en otro tipo de sistema. “En el que funciona hoy no tienen sentido. Si contáramos con los 300 kilómetros comprometidos de corredores segregados quizá sí, pero hoy un articulado comparte su operación en zonas con y sin corredores. Son deficientes porque cargar y descargar pasajeros es lento y no están hechos para acelerar y desacelerar constantemente. Además, su articulación está hecha para girar a la izquierda y derecha y no para subir o bajar por lomos de toro”.

Continuidad
Muñoz dice que no está prevista la salida de los oruga, pero Cruzat cree que su uso no debiese ser impuesto por la autoridad. A. Vespucio: pista de buses recorta viajes hasta 52,7%Un estudio realizado por Actus y la UTEM detectó los efectos de la implementación de la pista solo buses en Américo Vespucio, en Las Condes y Vitacura. Así, dos recorridos analizados (112 y 219e) durante las horas punta tarde y mañana disminuyeron hasta en 14,5 minutos sus tiempos de viaje, lo que representa una reducción de 52,7%.

Según Víctor Barrueto, eso demuestra que, con medidas mínimas, se puede generar un cambio, aunque se requieren cámaras para que sean respetadas. “Es un incentivo para seguir avanzando”, afirma.