El Niño se quedaría hasta el otoño de 2016 y se prevé bajo impacto en escasez hídrica
Por Nieves Aravena E., El Mercurio.
Fenómeno climático que trajo lluvias y nieve alcanzará su peak en noviembre y diciembre:
A la fecha, las precipitaciones en la zona centro norte han sido ínfimas para las necesidades, tras una década de sequía. En Coquimbo, con 54% de déficit en caudales y los embalses al 16%, habrá riego con restricciones.
Esta primavera ha estado plena de vaivenes y, al parecer, pretende seguir así. Porque el fenómeno climático de El Niño, que ha traído intensas lluvias, abundante nieve, y elevó temperaturas en una vasta zona de Chile, aún no termina de expresarse.
De hecho, los expertos advierten que su peak se dará en noviembre y diciembre, con copiosas precipitaciones, concentradas en un día o dos, desde Atacama a parte de la zona sur.
“Hay una alta probabilidad de que El Niño pueda extender su influencia hasta abril, en el otoño de 2016”, explica Eduardo Bustos, investigador asociado del Centro de Cambio Global de la Universidad Católica.
Este Niño, que a nivel mundial se anunciaba como uno de los peores en impacto desde 1950, entró en acción en forma tardía en Chile y recién empezó a notarse en agosto. Es el segundo más fuerte desde 1997 (ver tabla), dicen, pero genera incertidumbre entre los especialistas sobre su intensidad, al no haber llegado durante el invierno que presenta mejores condiciones para tener más lluvias.
“Si bien se esperan algunos episodios de precipitaciones en primavera, estos no serían de gran impacto por no encontrarnos en la estación lluviosa”, precisa María Alejandra Bustos, del área de Climatología de la Dirección Meteorológica de Chile. En cambio, sí se notará su presencia con temperaturas más altas que lo normal.
Un norte seco
En las zonas norte y central, la nieve y la lluvia de agosto y septiembre dieron un respiro, tras una condición seca que ha dominado por más de diez años, y que aún mantiene a 194 comunas en emergencia agrícola (ver recuadro), lo que exige un gasto anual de $105 mil millones, que aumentará en 2016 a $150 mil millones.
Sin embargo, aunque hay más agua disponible, los expertos coinciden en que la escasez hídrica solo ha recibido con este Niño un alivio tenue y el balance no será mejor, una vez que se haya ido. “En la Región de Coquimbo (la más azotada), se requieren al menos 4 o 5 años con lluvias como las actuales para que haya una recuperación sustancial del sistema hidrológico”, enfatiza Cristóbal Juliá, investigador del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza).
Los caudales mejoraron, pero “primero la tierra (seca), como una esponja, reclama lo suyo” y los acuíferos están en un estado muy crítico, dice. Por eso, pese a las lluvias sobre lo normal, muchos pozos están totalmente secos en varias localidades rurales aisladas de la IV Región, donde casi 50 mil personas dependen de la visita de camiones aljibes (ver recuadro).
La mala noticia, agrega Juliá, es que estadísticamente luego de un fenómeno de El Niño viene La Niña, que se caracteriza por la ausencia casi total de lluvias y un retorno a la situación que había en marzo de este año. Bustos, de la UC, en tanto, plantea que los modelos predicen que 2016 podría ser un año normal.
Riego con restricción
En los embalses, se espera una muy lenta recuperación de los volúmenes. La escasez sigue, aunque haya un poco más de agua que en 2014.
En Atacama, la presidenta de la Asociación de Agricultores del valle de Copiapó, Lina Arrieta, dice: “Sabemos que El Niño va a pasar. El agua para nosotros es oro y la usaremos con responsabilidad”. Añade que el antiguo embalse Lautaro está en malas condiciones y pierde mucha agua por filtraciones, casi el 60% de lo que recibe, por eso hoy disponen solo de 6 millones de metros cúbicos almacenados que deben prorratear.
En Coquimbo, el agua embalsada equivale al 16% de la capacidad máxima, según Ceaza, mientras los caudales de ríos siguen bajo los niveles históricos, con un 54% de déficit.
Para la presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte, María Inés Figari, la idea es hacer durar esta agua por los próximos tres años, para lo cual el uso es graduado. En los tiempos más críticos, llegaron a recibir 0,1 litro/seg y ahora se entrega 1 litro/seg cada diez días. Las cuotas equivalen a un 50% de lo que recibían en años normales y se van a mantener así. En 2014 quedaron 73 mil hectáreas fuera de producción (el 60% del total). Hoy, su mirada es optimista, dice, “porque llegó la lluvia después de diez años críticos, en que aprendimos lo que éramos capaces de regar. De las tragedias salen cosas buenas; antes se gastaba el agua nomás”.
PROBABILIDAD
Según el análisis del Ceaza, hay un 70% de posibilidad de que El Niño se extienda hasta el primer semestre de 2016. Sin cambios, 194 comunas siguen en emergencia agrícola por sequíaEl escenario para las comunas declaradas en emergencia agrícola, por déficit hídrico, que suman 194 en nueve regiones, no ha cambiado desde marzo, cuando la Presidenta Bachelet anunció el Plan Nacional para la Sequía, según confirma el Ministerio de Agricultura.
En Atacama, seis de las nueve comunas están con insuficiencia de recursos hídricos; en Coquimbo, las 15 de la región, al igual que el total de 32 comunas de La Araucanía y las 12 de Los Ríos. En Valparaíso son 33 de las 38 que componen la región; en Los Lagos, 19 de 30; y en la Región Metropolitana, 19 de 42.
La inversión intersectorial para paliar esta situación este año asciende a $105 mil millones. La mayor parte corresponde al Ministerio de Agricultura, que contempla $86 mil millones para apoyar a 530 mil beneficiarios.
En la Comisión Nacional de Riego (CNR) de esa cartera, se informa que el plan les asignó un presupuesto de $68 mil millones. Los recursos van a medidas como tecnificar sistemas de riego intrapredial, obras de acumulación como microtranques y colectores de aguas lluvia, impermeabilización de canales, construcción y profundización de pozos.
La CNR avanza actualmente en 23 planes de gestión de riego en cuencas de todo el país. Ello, indican, definirá la inversión con participación de los vecinos para establecer la mejor forma de aprovechar los recursos hídricos disponibles, lo que resulta clave en las zonas azotadas por sequía prolongada.
El Indap, en tanto, dispone de $18 mil millones, con los que ha ido en apoyo de pequeños agricultores, con bonos para riego y forraje para sustentar animales.
Para 2016, el presupuesto aumentaría a $150 mil millones.
En el mediano y largo plazo, se contempla la construcción de plantas desaladoras en Copiapó, Petorca y La Ligua, Choapa y Limarí, y reforzar la construcción de 19 grandes embalses hasta 2024. Hay ocho priorizados en Coquimbo, Biobío, Valparaíso y Arica-Parinacota.
Agua para la vida diaria”Hemos tenido este año lluvias superiores a lo normal, pero no se han recuperado las napas. ¡Están desaparecidas!”, dice el alcalde de Monte Patria, Juan Carlos Castillo.
Tras diez años de sequía, los pozos están secos y, pese a las lluvias, no reflejan mejoría, dice. No existe agua para las necesidades básicas de consumo. Por eso, el municipio, con el apoyo de la Onemi, envía todos los días 14 camiones aljibe que van en busca de 10 mil habitantes de caseríos y se reparten unos 500 litros de agua por cada jefe de hogar.
Rubén Contador, coordinador de la Onemi Coquimbo, señala que en la región operan 97 camiones aljibes que llegan a 800 puntos, varios en zonas muy aisladas, para abastecer a 49 mil personas. Se invierten cerca de $2 mil millones al año.