Moshe Garazi: “En Israel el 100% del riego se hace con agua reciclada”
Por Ximena Bertin, La Tercera.
Representante de la Autoridad del Agua de Israel:
Directivo reflexiona sobre uno de los modelos más eficientes en la gestión del recurso en el mundo y cómo replicarlo en Chile.
En Chile hay 42 entidades que intervienen en la gestión del agua, burocratizando su uso eficiente, cuando en los últimos años aumentó su demanda y bajó su disponibilidad. Una situación distinta a la de Israel, donde existe un sólo organismo autónomo que gestiona el recurso con reconocido éxito internacional, pese a la situación climática y geográfica de ese país. Moshe Garazi, director de ese único organismo llamado Aguas Israel, visitó Santiago, invitado por Duoc y la comunidad judía, para compartir su experiencia en el tema.
¿Cómo funciona esta Autoridad del Agua en su país?
Es una institución del gobierno, independiente de los ministerios, que tiene autonomía total y es la que toma las decisiones de todo lo que es la gestión del agua, pero siempre en base a criterios técnicos. No hay intervención de los políticos ni del gobierno de turno.
En Chile el Código de Agua permite comprar acciones del elemento. ¿Quién es el dueño del agua allá?
Toda el agua es pública, no pertenece al gobierno, ni a los dueños de la tierra, ni a ninguna institución privada ni a ningún dueño. Eso incluye el agua potable, de los desagües, el riego, e incluso las subterráneas o las contaminadas con sal. Todas son propiedad pública.
¿Y cómo funciona el sistema sin un dueño del recurso?
Se basa en un sistema de licencias anuales y es la Autoridad del Agua la que las otorga a cada usuario: las 1.500 empresas distribuidoras, las asociaciones de agricultores o plantas de tratamiento, toda el recurso se licencia y hay que pagar por ellas a la Autoridad. A pesar de eso, el precio del líquido en las casas no es más cara del promedio de los países en desarrollo,
¿El dueño de un predio con un pozo puede extraer toda el agua que necesite?
Sólo hasta los niveles permitidos. Si el pozo baja más del mínimo crítico, no puede seguir usándolo hasta que se recargue, debe dejar de regar parte de sus cultivos y busca una alternativa. La ventaja es que haya una fuerte inversión estatal en tecnología para el monitoreo de las napas y su mejor distribución.
¿Cómo se fijan los precios de estas licencias?
La Autoridad del Agua los fija dependiendo de la calidad y los costos de su procesamiento. Por ejemplo, si es agua potable, agua desalinizada, o agua que se saca de pozos, en fin, el precio es parejo para todo el país, y varía dependiendo el tipo, ya que el costo de procesarla varía. No influye en esto en qué parte del país uno esté, como pasa en Chile.
¿Cuál es la clave para el éxito de su modelo agroalimentario?
El concepto es ahorrar agua, y en base a eso está armado todo el sistema, y lo segundo es usarla hasta la última gota, reutilizarla todas las veces posible hasta que se evapora. En Israel el 100% del riego se hace con agua reciclada. Por lo tanto todo el agua que se usa en la ciudad, o en la industria, se limpia para dejarla apta para los cultivos, su última etapa. Más del 85% del agua es tratada para regar, pero aun así no alcanza.
¿Cómo suplen esa diferencia?
La diferencia siempre la ponen las plantas desaladoras de agua de mar que hoy están produciendo 600 millones de metros cúbicos. El 35% del agua que usamos viene del mar, es un porcentaje muy alto.
¿Cuáles son las falencias que ve en el sistema chileno?
La diferencia fundamental es que aquí el agua no tiene costo en el caso del agro, si se usan mil litros o 10 mil litros, es lo mismo. En Israel el costo del agua lo asume quien la usa, por eso toda el agua es medida en línea, y cada quien sabe con cuántos metros cúbicos va a contar, de acuerdo a la disponibilidad anual, y sobre los cuales tiene que pagar, obligando a gestionarla de la mejor forma. Eso pasa en las casas también.