Cinco proyectos de ley contra carreras clandestinas “duermen” en el Congreso
Por Pamela Gutiérrez, El Mercurio.
Conaset espera reactivar uno de ellos contra esta peligrosa práctica:
Ante la ausencia de normativa, Carabineros fiscaliza otros elementos que puedan constituir una infracción. El Juzgado de Policía Local Vitacura aplica la máxima sanción contra estos conductores.
Desde 2006 han sido ingresados cinco proyectos de ley, con modificaciones a la Ley de Tránsito y el Código Penal, para sancionar específicamente las carreras clandestinas en autopistas y otras rutas. Sin embargo, hasta la fecha, ninguna ha prosperado en su larga tramitación en el Congreso.
El tema reflota cada cierto tiempo ante los reclamos de los vecinos de Costanera Norte, en la comuna de Lo Barnechea, que sufren el ruido de los vehículos que, semana a semana, echan a correr sus autos en la autopista.
La presidenta de la comisión de Obras Públicas y Transportes de la Cámara de Diputados, Jenny Álvarez, señaló que aunque el tema es importante porque no solo ocurre en Santiago, sino también en otras carreteras del país, se encuentran con que el Gobierno no pone urgencia a estas iniciativas.
“Se han presentado varias mociones por parte de los diputados y ellos insisten mucho ante la presidencia de la comisión ponerlo en tabla. Pero, cuando llegan proyectos del Ejecutivo con algún tipo de urgencia, son los que tenemos que ver primero, por ley. Como en esta comisión se ven obras públicas, transportes y telecomunicaciones, el tiempo se hace escaso”.
La secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), Gabriela Rosende, replicó que “sabemos que hay varias iniciativas parlamentarias, las hemos revisado y estamos en la etapa de levantar información a través de las concesionarias, Carabineros y de otras comunas donde también se produce este fenómeno. Es una preocupación nuestra”.
Sin embargo, hay otros temas en la agenda de la seguridad vial que han tenido prioridad ante el Congreso, como la obligatoriedad del uso de sillas en los asientos traseros de los vehículos en niños de hasta 12 años; y la creación de puntaje en las licencias de conducir.
Ante la ausencia de una ley específica que sancione las carreras ilegales, Carabineros intenta fiscalizar a estos conductores y sus vehículos a través de otras vías: patente, documentos, condiciones del vehículo, existencia de vidrios polarizados, chasis -porque los cambios de motor implican reinscripción en el Registro Civil- y potencial consumo de drogas.
El control de velocidad es complejo en la autopista, por lo peligroso que es para el funcionario. Los pórticos de la ruta urbana tienen sensores de velocidad, pero la normativa no los admite para notificar una infracción. Entonces, el funcionario se instala desde alguna altura. “Cuando la pistola detecta un exceso de velocidad, más adelante en la carretera, se instalan conos y se encajona al vehículo infractor hasta lograr su detención. Los conductores no solo buscan la adrenalina de la carrera, sino también (buscan) huir de la policía”.