Escuela de Coyhaique innova con tecnología suiza para reducir emisiones contaminantes

Escuela Baquedano de CoyhaiquePor Nieves Aravena E., El Mercurio.

Apoyo del país europeo fue clave en primera iniciativa como “comuna energética”:

Los 550 alumnos del establecimiento municipal disfrutan la diferencia de asistir a clases sin tener que abrigarse en el aula al contar con un sistema de calefacción eficiente en base a astillas que casi no deja cenizas ni emite gases.

Hasta hace pocos días, los alumnos de la Escuela Baquedano de Coyhaique (Aysén) tenían que abrigarse para capear el frío dentro de la sala de clases. Y en pleno invierno, cuando afuera había temperaturas bajo cero grados, tras las nevadas, en el aula el tope era de 5º a 7º C.

Ni la antigua caldera a leña, con más de treinta años, ni la otra alimentada con petróleo, lograban crear el ambiente calefaccionado que permitiese a los niños atender bien a los contenidos que impartían sus profesores.

La escuela básica Baquedano -una construcción de 5.600 m2 que data de 1966- envolvía con sus gélidos muros de cemento a los 550 alumnos y a los docentes. El calor no llegaba a las salas, y se escapaba por paredes, ventanas y techo.

Coyhaique, además, con el uso masivo de leña casi siempre húmeda, bate récords en contaminación del aire. Ha llegado a niveles de 62 ug/m3 (microgramos por metro cúbico) de material particulado fino, el triple de la norma (20 ug/m3).

Cambio urgente

Con el fin de abordar soluciones, representantes de los ministerios de Energía, Medio Ambiente y Educación, y de la embajada de suiza en Chile, se reunieron en la zona con servicios públicos, el municipio e instituciones de la región y privados.

“Ahí levanté la mano y pedí que hicieran el diagnóstico de mi escuela”, recuerda Rosa Santana, la directora del plantel.

Ingenieros suizos hicieron el examen, junto a la Universidad Austral y el municipio, y determinaron que la escuela Baquedano era la que más necesitaba cambios en su fuente energética.

“Al año gastamos $12 millones en leña y casi $9 millones en petróleo. Es un alto costo y con espacios a los que no llegaba la calefacción”, cuenta la directora. El ahorro será de un 50%, estima, y junto a la comunidad escolar celebra contar con una flamante caldera suiza, alimentada con astillas secas o chips , que hará un cambio sustancial en la calidad de la vida escolar.

Eficiencia

Coyhaique se inicia con este proyecto como “comuna energética”, un concepto creado hace unos 25 años en Suiza e incorporado por el Ministerio de Energía en Chile. La meta es avanzar en un plan de mayor uso de energías renovables, incorporando a la comunidad, describe Frank Schürch, primer secretario de la embajada suiza.

En ese marco -dice-, este “proyecto piloto” en la escuela Baquedano demuestra que sí es posible usar recursos abundantes en la zona, como la biomasa forestal (ver recuadro), en forma eficiente y aportar a bajar emisiones contaminantes.

La caldera, de avanzada tecnología, hoy opera en fase de pruebas, y se inaugurará el 13 de noviembre próximo. Los equipos los proveyó la empresa suiza Schmid, Energy Solutions, con una rebaja de 40% para contribuir al proyecto. Su CEO Phillipp Lüscher describe que se logra una combustión eficiente y controlada, con un cierre hermético, en que se regula el oxígeno, y casi no quedan cenizas ni se emiten gases contaminantes.

Ahora viene mejorar “la envolvente” (el aislamiento) del edificio; es decir, ventanas, techo y muros -explica Hans Bohnenblust, de Ernst Basler +Partner, consultora del proyecto-. “Tras estas medidas, vamos a tener una temperatura de 17 o 18 grados en la sala de clases”, afirma. En cada aula están instalados los radiadores que generan un ambiente bien calefaccionado.

La directora de la escuela Baquedano dice que este es un gran cambio, justo cuando se preparan para celebrar los 50 años del establecimiento público.

50%
será el ahorro en el gasto de calefacción para la escuela.

17 grados
es la temperatura que tendrán las salas ahora. Antes bordeaban entre 5 y 7 grados Celsius.

$250 millones
es la inversión total en el proyecto energético.

$17 millones
aportó la Embajada de Suiza, más el apoyo de empresas y profesionales de ese país.

 Astillas secas que dan un alto rendimiento en energíaEl proveedor del combustible de la caldera será el Centro de Biomasa de Coyhaique, creado hace dos años a través de un proyecto FIA (Fondo de Innovación Agraria) y con apoyo de Suiza, para desarrollar nuevas tecnologías menos contaminantes en el uso de la leña en la zona austral. Allí se producen las astillas o chips a partir de leña de árboles que no sirven para elaborar madera y de desechos forestales.

“Las astillas (secadas en un proceso industrial) tienen un bajo porcentaje de humedad y proveen mayor contenido calórico; al contrario, la leña que recibe el consumidor de Coyhaique tiene entre 30 y 40% de humedad”, explica Marc Till Shafer, a cargo del Centro de Biomasa. Añade que es más eficiente y menos contaminante utilizar, como en la Escuela Baquedano, una caldera de tecnología avanzada con astillas secas, que rinden hasta 95% en generación de energía calórica, versus un equipo a leña convencional que solo llega a 50 o 60%.

La energía calórica que produce la caldera se almacena en un silo de agua, desde donde se distribuye hacia la red de radiadores en todas las salas y espacios de la escuela.