Tras aluvión, vecinos de Chañaral exhiben menores niveles de metales
Por Nieves Aravena E., El Mercurio.
Estudio preliminar de diagnóstico de la UC sobre ambiente y salud pública:
El torrente de agua y lodo que bajó desde la cordillera, por “efecto lavado”, pudo ayudar a reducir la exposición de las personas a estos elementos químicos.
Vecinos de Chañaral, en la Región de Atacama, evaluados por especialistas en Salud Pública de la Facultad de Medicina de la U. Católica entre 2006 y 2012, habían revelado altos niveles de metales pesados (arsénico, níquel, cobre y plomo) en muestras de orina. Pero en julio de 2015, tras los aluviones de marzo, las mismas personas en un nuevo muestreo reflejaron concentraciones mucho más bajas de estos químicos.
Este hallazgo, que sorprendió a los investigadores, podría atribuirse a la mezcla de agua y lodo que bajó desde la cordillera e hizo un “efecto de lavado” al diluir los elementos.
Sandra Cortés, epidemióloga y una de las autoras del estudio, precisa que es probable que esta situación no permanezca en el tiempo, por lo que este resultado constituye una hipótesis sobre la que trabajarán con más análisis específicos, dado que es muy relevante monitorear la exposición de las personas a metales pesados en Chañaral, donde hay residuos mineros abandonados.
Es uno de los cuatro estudios piloto que integran el diagnóstico preliminar “Adaptación ambiental y salud pública post aluvión: Chañaral y Atacama”, que hoy será presentado por el rector de la UC, Ignacio Sánchez, y sus autores, al suscribir un convenio con la Intendencia de Atacama (ver recuadro).
Al comparar los muestreos previos al aluvión (2006) con los obtenidos este año en Chañaral, la prevalencia de exposición a metales (proporción de personas que los eliminan a través de la orina y exceden valores de referencia) revela una baja: de 30,4% a casi cero en níquel, de 67,5% a cero en cobre y de 9,3% a 2,1% en plomo. Y en el caso del arsénico inorgánico, se reduce de 16,9% a cero, aunque el arsénico total se eleva de 13,7% a 17% en 2015, lo que se atribuye al consumo de pescado que lo acumula.
En los suelos, otro equipo del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, que midió en abril y julio, detectó bajas concentraciones de metales, con excepción del cobre, en en lodo de zonas cubiertas por el aluvión. No obstante, se advierte que algunas muestras de polvo y suelos de zonas afectadas y no afectadas presentan concentraciones de arsénico, cobre, mercurio, plomo y zinc “sobre los valores de referencia internacionales de largo plazo” y se sugiere evaluar riesgos para la salud de la población. La geología del norte, con alta presencia de metales en suelos y sedimentos, explica en parte estas concentraciones.
Los análisis de contaminación marina, a cargo de Ciencias Biológicas, concluyen que “los niveles de cobre total disuelto en el agua de la caleta de Pan de Azúcar son bajos y similares a los registrados anteriormente, y no representan riesgo de toxicidad para los organismos marinos”. En el caso de la bahía de Chañaral, en tanto, se reportan niveles de cobre superiores a los medidos antes.
El evento de precipitación que dio origen a los aluviones es “excepcional”, ya que puede ocurrir en promedio una vez en 50 años, según concluye el reporte del centro especializado en Desastres Naturales de la Facultad de Ingeniería.
UC ofrece apoyo hasta 2017″El desafío es colaborar desde la UC para que las comunidades afectadas puedan avanzar en definir su estrategia de desarrollo futuro. Esperamos que este trabajo sea útil para las autoridades del sector público y privado”, dice el rector de la UC, Ignacio Sánchez. La autoridad firmará hoy un convenio con el intendente de Atacama, Miguel Vargas, para ayudar a mejorar las condiciones de los afectados por los aluviones de marzo, que dejaron 28 muertos y más de mil viviendas destruidas. La UC hará un trabajo hasta marzo de 2017, para contribuir con un diagnóstico medioambiental y de salud pública, la recuperación urbana de Chañaral, El Salado y Diego de Almagro; y capacitación en manejo de emergencias.