Incendios forestales bajan 45% por lluvias, pero habrá alto riesgo en verano
Días más cálidos que lo normal entre V y VIII Región:
Factor que inquieta para el período estival es la gran cantidad de combustible seco -ramas, maleza y hojas- que hay en el bosque debido a años de déficit hídrico.
Las lluvias de primavera en la zona centro-sur del país han dado un respiro en la propagación de incendios en bosques, que ya a este mes del año pasado complicaban a las empresas forestales y a la Corporación Nacional Forestal (Conaf). Un 45% menos de siniestros (95 contra 174) y un 21% menos de terreno afectado (678 hectáreas versus 857) a igual fecha de 2014 han retrasado el despliegue de brigadistas, pero no se augura un verano tranquilo.
El pronóstico de la Dirección Meteorológica de Chile para este mes, diciembre y enero próximo indica que entre Valparaíso y Biobío habrá condiciones más cálidas que lo normal, y pese a que también se espera un trimestre más lluvioso, eso no significa que habrá aguaceros. Lo normal para Santiago, por ejemplo, es que precipiten apenas 10 mm en estos tres meses.
En el sur se espera que el clima esté un poco más seco y también más frío, sobre todo por las tardes. “En términos de incendios, según el pronóstico estadístico, debería ser más preocupante en la zona central, entre Valparaíso y Concepción”, expone Claudia Villarroel, meteoróloga del Departamento de Climatología de la Dirección Meteorológica de Chile.
Otro factor que inquieta es la gran cantidad de material combustible seco -ramas, maleza y hojas- que hay en los bosques luego de años de severo déficit hídrico. Horacio Gilabert, académico de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la U. Católica, explica que las últimas lluvias primaverales no disminuirán el riesgo.
“El tener menos incendios hasta ahora nos permite prepararnos mejor, para entrenar a los brigadistas y hacer prevención”, afirma Germán Neumann, líder del comité de protección de incendios de la Corporación de la Madera.
Comenta que las precipitaciones de ahora, repartidas en varios días, permiten que se llenen las napas, pues cuando llueve fuerte por pocas horas el agua solo escurre. Así, tenemos más puntos para sacar agua, como lagunas, y los suelos están más húmedos, lo que ayuda a que el fuego no se propague”.
Recuerda que el año pasado hubo 100 días sin lluvias y que el agua caída ahora permite acortar el período de riesgo.
Solo las empresas forestales deben resguardar 2 millones 300 mil hectáreas entre la Región del Maule y la provincia de Llanquihue, en Los Lagos, para lo que destinan US$ 40 millones.
“De seguro, enfrentaremos un escenario igual al del año pasado, y da lo mismo que haya altas temperaturas, lo que no tenemos que tener son pirómanos”, dice Neumann.