Fondo del Patrimonio: dos de cada tres proyectos han completado sus obras
Más de $13.000 millones ha asignado el Consejo de la Cultura a la recuperación de infraestructura histórica y patrimonial en seis convocatorias. A la fecha contabiliza 92 proyectos finalizados, y espera la entrega de otros 43.
El Mercado Municipal de Ovalle, el Pasaje Bavestrello de Valparaíso, la Estación de Ferrocarriles de San Francisco de Mostazal, la octava escotilla del Estadio Nacional, el Templo de la Recoleta Dominica. La lista continúa hasta completar 24 proyectos seleccionados este año por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) con aportes de su Fondo del Patrimonio.
Esos recursos alcanzan hoy los $2.477 millones, en un fondo, que si bien comenzó en 2010 como un programa de apoyo a la recuperación de inmuebles monumentales o patrimoniales afectados por el terremoto, hoy se ha institucionalizado, ampliando su alcance.
“Desde el año pasado el fondo se enfoca, además, a inmuebles que se han deteriorado por el paso del tiempo y que requieren apoyo. No necesariamente están catalogados con declaratorias de Monumento Nacional, sino que tienen una importancia cultural y patrimonial que les da la propia comunidad”, dice el ministro de Cultura, Ernesto Ottone.
Este año, por ejemplo, aparecen piezas arquitectónicas desconocidas, aunque con historia: la Casona Émile Jécquier (1910), de calle República, que es la actual Sede Nacional de los Scouts; o la ex casa de la familia Edwards (1918), en la misma calle, que se convertirá en la Fundación Cultural Los Jaivas.
“Esta nueva lógica permite que todos los proyectos compitan en igualdad de condiciones”, confirma el ministro. Además, el Fondo del Patrimonio mantiene el modelo del cofinanciamiento, vale decir, cada postulación debe asegurar una parte de los recursos. Según la importancia del caso, hoy el CNCA llega a entregar hasta el 70 por ciento de los montos totales.
Obras en curso
En las primeras cinco convocatorias, el fondo ha asignado dineros a 135 iniciativas (con los nuevos beneficiados suma 159). De esos proyectos en curso, se contabilizan 92 entregados, lo que representa dos tercios de obras ya finalizadas. “Además, de los 43 proyectos que aún están en ejecución hay 22 que de aquí a junio van a estar listos”, señala Ottone.
El cronograma anuncia la entrega de cinco de ellos en enero: la recuperación y rehabilitación de la ex Casa Estación de Ferrocarriles de Quintero (con $80 millones del CNCA), la fachada de la Casa Provasoli de Cunaco, en Nancagua (con $85 millones) o las reparaciones del interior de la Parroquia de la Divina Providencia en Santiago ($119 millones).
“En restauración siempre hay más imponderables que en otros proyectos de arquitectura”, dice Ilén Sáez, arquitecta que coordina la recuperación de 78 vitrales de la iglesia de los Sagrados Corazones de Valparaíso. Con un costo de $136 millones, los trabajos a cargo del vitralista Juan Carlos Chávez comenzaron en febrero pasado y deberían entregarse en abril próximo.
“Nosotros tuvimos que pedir una prórroga en la primera etapa. Casi siempre es más lento completar los trámites que completar las obras”, dice desde Valdivia el arquitecto Gerardo Saelzer, quien dirige la restauración de la bella Casa Ehrenfeld, sede del Conservatorio de Música de la U. Austral. Prácticamente lista para su entrega en diciembre, costó $240 millones.
Otros proyectos en ejecución son la tercera etapa de la reconstrucción del Edificio Filarmónica en la ex oficina salitrera Chacabuco ($236 millones); la recuperación patrimonial Timeball, en Valparaíso ($46 millones), la restauración de la Catedral de Coyhaique ($163 millones). En cambio, entre los 92 proyectos finalizados aparecen la emblemática Posada del Corregidor, el Salón de Actos del Palacio Arzobispal y el Museo Ferroviario, en Santiago, además de la Capilla Isla Toto, en Aysén.
Para la próxima convocatoria, el CNCA aumentará a $2.600 millones los recursos y continuará con la política de rebajar las barreras de acceso en las postulaciones. Ahora el Fondo del Patrimonio no se limita a la inyección de dineros, sino el apoyo técnico. “Las unidades de Infraestructura y de Patrimonio del Consejo tienen la instrucción de acompañar todo el proceso. Así pasamos de fiscalizadores a colaboradores, para asegurar que los plazos se cumplan”, cierra Ottone.