Museo Casa Colorada pospone su reapertura para 2017
El museo está fuera de operaciones desde el 27-F. El proyecto de su restauración espera la aprobación del Ministerio de Desarrollo Social. Las obras y la nueva museografía tienen costos de $950 millones.
Es una escena habitual en las enormes puertas de madera de la Casa Colorada, en el 860 de calle Merced: un grupo de visitantes resignados, la mayoría de las veces turistas extranjeros, que deben dar media vuelta y continuar su recorrido hacia donde los mapas de Santiago los encaminen.
El terremoto de 2010 fue especialmente duro con esta pieza arquitectónica construida entre 1769 y 1779, y que fue residencia del conde de la Conquista, Mateo de Toro y Zambrano. Debió cerrar sus puertas al público justo cuando vivía uno de sus mejores momentos, con 90 mil visitas de estudiantes registradas durante 2009.
“Los museos históricos tenemos un aporte importante que hacer en la parte educativa, desde la reflexión histórica. Yo no me doy por satisfecho si un alumno se va convencido de lo que se le dijo aquí. Los museos son también sustento de reflexión”, señala Andrés Mosqueira, director del museo Casa Colorada. Por esa misma misión confirma que cuando aparecen grupos de escolares que ignoran el cierre del museo, él mismo los recibe en el patio de la casa para ponerlos al tanto y entregarles contenidos introductorios.
Un lento proceso
El museo está desmontado, pero durante estos cinco años de suspensión los equipos técnicos han seguido trabajando. Se completaron las restauraciones de las colecciones de textiles y de pinturas, incluido un cuadro de cien años de Fray Pedro Subercaseaux. Además, se realizan actividades de menores dimensiones, como ciclos de charlas sobre la ciudad, en septiembre, y se abre el patio de la casona en mayo para el Día del Patrimonio.
“A propósito del terremoto se decidió mejorar el diseño de su museografía, que estaba obsoleta, con un nuevo modelo más acorde a los tiempos. Ese diseño museográfico está terminado pero no se puede implementar hasta que no se restaure la infraestructura dañada por el 27-F”, dice Morgana Rodríguez, directora de Cultura de la Municipalidad de Santiago, de la que depende la Casa Colorada.
Pero esa misma tardanza en la gestión de los recursos para iniciar la restauración es la que ha generado una serie de críticas. El concejal RN Felipe Alessandri, por ejemplo, simboliza en la Casa Colorada lo que él define como una “pérdida de competitividad” de la comuna de Santiago en el campo cultural.
“La Casa Colorada aparece en todas las guías turísticas como un imperdible de Santiago, y hoy la tenemos en muy malas condiciones. La puerta está cerrada y sin aviso a los extranjeros. Las ventanas de la fachada se han deteriorado mucho, y el sector se ha convertido en una suerte de baño público”, señala el concejal. “Lo que me parece más grave es que los recursos para haber actuado rápido sí existían cuando llegamos a la municipalidad en su momento. Provenían de los seguros, pero al final se utilizaron en otras cosas”, agrega.
La municipalidad señala que el proyecto de restauración se encuentra hoy en evaluación en el Ministerio de Desarrollo Social. Los montos consideran $950 millones -cifra que podría actualizarse a $1.100 millones-, correspondientes a aportes del Programa de Puesta en Valor del Patrimonio del gobierno regional. Se incluyen ahí las mejoras en la infraestructura y la creación de la nueva museografía.
“Una vez aprobado, esperamos obtener los recursos el primer semestre del 2016. Con esto podemos calcular que, por la licitación de los trabajos y su demora, además de la ejecución de las obras, la reapertura del museo debería ser a mediados de 2017”, señala la directora de la Secretaría Comunal de Planificación, Gabriela Elgueta.
Informaciones de prensa anunciaban para 2014 la reapertura del museo. “Este es un inmueble complejo y por eso los procesos han sido muy lentos y complicados. La Casa Colorada es un edificio que vamos a recuperar. En 2010 vivió un terremoto, pero en sus registros de 250 años de vida, es uno más de los catorce terremotos que ha vivido”, cierra Mosqueira.
Tres nuevos dioramasParte fundamental del apoyo al relato cronológico de sus cinco salas son los dioramas fabricados por el maestro Rodolfo Gutiérrez, Zerreitug. Coloridas y multitudinarias escenas realizadas en madera sobre la historia de Santiago. El museo cuenta con ocho, pero ya ha proyectado la incorporación de tres más, del mismo autor. “Serán escenas que muestren el encuentro entre el mundo hispano y el indígena”, adelanta Mosqueira.
Entre los antiguos, destacan la escena en que Pedro de Valdivia observa el valle del Mapocho desde el cerro Tupahue; la entrada del gobernador Meneses a la ciudad para ser investido en su cargo, y la reunión de connotados en la propia Casa Colorada, donde tenía lugar todo el contubernio político de la época antes de la Primera Junta de Gobierno.