Tras cinco años de espera, se inician reparaciones en Parroquia Santa Ana
Desde hace casi un siglo que no se le hacía una intervención mayor: Es la tercera iglesia más antigua de Santiago y ya tiene algunos avances: nueva pintura en la nave central y restauración de puertas. Pese al arreglo, no fue posible borrar la huella del bombazo de 2014.
La parroquia Santa Ana ha sido maltratada: el terremoto de 2010 el provocó daños; fue atacada por un bombazo en 2014 y, además, individuos poco civilizados la han rayado y, peor aún, la utilizan de urinario.
Esta iglesia es la tercera más antigua de Santiago, ubicada en Catedral esquina San Martín, y desde agosto comenzó su reparación. A esta fecha ya se observan algunos avances: la nave central, donde caben 300 personas sentadas, tiene nueva pintura; el velatorio, también llamado capilla de la Virgen del Carmen luce un piso de madera nuevo, en reemplazo del anterior que estaba en malas condiciones.
El bautisterio, en tanto, mantendrá su actual alfombra y ya fue pintado. Este es un lugar donde se bautizaron santa Teresa de los Andes, la beata Laura Vicuña, el padre Esteban Gumucio y Diego Portales.
Otro foco de atención fueron las tres puertas de madera, frente a la calle Catedral. La que da a la nave central fue la que sufrió el ataque con una bomba incendiaria en julio de 2014. Pese a la restauración, no fue posible sacar la huella del atentado.
“Estoy contento conque hayan restaurado las puertas, pero es una cicatriz”, dice el párroco Lionel de Ferrari. El frontis tendrá una limpieza profunda para eliminar los graffitis y se le agregará pintura para evitar posteriores daños de este tipo.
Estos trabajos de reparación eran una de las obras más anheladas de la Iglesia de Santiago. Pese a que se postuló a los fondos del gobierno regional en 2011, pero por problemas administrativos, se quedó sin financiamiento y se perdió un año de trabajos.
El intendente metropolitano, Claudio Orrego, se refirió a esta demora: “El cómo se hace, con qué mecanismos; con qué alianzas, que en este caso hubo aportes del gobierno regional y del Arzobispado de Santiago; dónde están los expertos para hacer este tipo de trabajos, hace que estas obras no se ejecuten tan rápido, como sería pavimentar una calle”.
Tras la finalización de los trabajos, que a mediados de 2016, es posible que a la parroquia se le agregue una reja, debido a que hay transeúntes que usan el templo como baño o para beber alcohol: “Es lamentable que haya que cerrar los lugares para que no ocurran estas cosas”, dice el párroco.
A pesar de la ejecución de las obras, esta parroquia aún conserva su vida pastoral: los fieles asisten a misa, por ahora, ubicados en el patio, que está cubierto con una malla. Un centenar de jóvenes, principalmente del Instituto Nacional y Liceo 1, siguen participando en sus actividades formativas los sábado. Además, 150 personas en situación de calle asisten a un comedor que les ofrece desayuno, almuerzo y oración.
Los trabajos se inician en un contexto de la celebración mundial del Año de la Misericordia, que se inicia este próximo 8 de diciembre. Al respecto, el vicario general, monseñor Fernando Ramos señaló: “Es una gracia muy especial, no solo por la belleza del templo (…), sino también porque esta parroquia es fuente de vida cristiana para muchas personas en el centro de Santiago”.
$156 millones
fue el aporte hecho por el Arzobispado de Santiago para la restauración.
$480 millones
fueron los recursos que cedió el gobierno regional para esta reparación.