Otro puente para el río Baker
Por: María José Latorre.
Tiene 180 kilómetros de extensión. Un torrente de fuerza y colores. No sólo atractivos turísticos. También un escollo para las 100 familias que deben cruzarlo.
El caudaloso río Baker forma parte de los emblemas naturales de la Región de Aysén. De ahí, también, la fuerza similar a su torrente con que diversos movimientos ambientalistas se han opuesto a las intervenciones en su cuenca.
Su cauce, de hecho, acompaña gran parte del trayecto de la zona sur de la Carretera Austral, convirtiéndolo en un relevante atractivo turístico a lo largo de sus 180 kilómetros de extensión, atravesando una naturaleza abundante y privilegiada.
Esta misma condición tiene otra cara, pues lo ha convertido en un obstáculo para poco más de 100 familias que habitan la ribera norte, en los sectores de río Nef, río Maitén, Cerro Negro y Colonia Norte, en las inmediaciones de la localidad de Cochrane.
En esta zona, la ausencia de un puente sobre el río Baker se ha convertido en un dolor de cabeza, y una demanda permanente para sus pobladores, quienes dependen de dos pequeñas balsas y una precaria pasarela para conectarse con el resto de la región. “La balsa Baker 1 funciona sólo hasta las 18 horas en verano, y en invierno hasta las 17. Es complicado en el caso de una emergencia”, dice Heidy Ruiz, presidenta de la junta de vecinos Colonia Norte.
Baker 1 funciona con un motor y está a cargo del Ministerio de Obras Públicas (MOP). Hay una segunda balsa, denominada Colonia Sur, que la operan los pobladores.
Ambas poseen capacidad para cerca de 30 personas y unas 25 toneladas de carga. A esto se suma la pasarela instalada en el sector de El Manzano, con capacidad limitada para vehículos menores.
“Esta situación es grave, porque la gente de aquellos sectores depende de la voluntad del río: cuando está muy crecido no se puede mover la balsa, no se da zarpe; y cuando el río está muy bajo, las balsas topan el fondo”, dice el diputado Iván Fuentes, quien con otras autoridades de la zona pide la construcción de un puente mecano.
Según estimaciones de las oficinas del MOP, la inversión para un puente mecano de 40 metros y de una pista, fluctuaría entre los $ 250 y $ 300 millones, mientras que para un puente definitivo en el sector de la balsa, de una longitud promedio de 100 metros, superaría los $ 6 mil millones.
“No se ha tomado la decisión de construir un puente ahí, por la evaluación económica y la rentabilidad social que tiene asociado el proyecto. Como sabemos que es muy caro, muy complejo, y probablemente no va a pasar la evaluación del Ministerio de Desarrollo Social. Proponemos evaluar emplazamientos distintos cercanos a Cochrane”, afirma Cristián Manríquez, seremi del Mop Aysén.
Para el alcalde de Cochrane, Patricio Ulloa, “es un tema de conectividad y, además, generaríamos un polo de desarrollo. Impulsaríamos la diversificación productiva para no depender sólo de la ganadería, sino la leña y los recursos turísticos”.