Dar valor a la Periferia
Como una de las conclusiones del Congreso de Transporte Urbano, realizado durante el mes de septiembre en la Estación Mapocho, se planteó la posibilidad de implementar un valor del pasaje diferenciado en los buses no sólo por horarios, sino también por kilómetros recorridos, idea que inmediatamente generó preocupación. Parecería obvio que quien recorre más debería pagar más, sin embargo en un sistema altamente subsidiado -dado su rol social- se busca que los sectores socialmente más vulnerables y pobres accedan a un servicio público de transporte de calidad y que cubra sus necesidades de desplazamiento. En una ciudad armónica, la población prioritaria estaría repartida de forma relativamente homogénea y, en consecuencia, el Estado podría focalizar directamente los recursos de subsidios a los trayectos más largos sin desbalancear el equilibrio presupuestario.
Sin embargo, la preocupación que generó tal propuesta, tiene sentido en entender cómo la Ciudad de Santiago ha crecido de una forma tal que ha desplazado hacia la periferia a las personas con menos recursos, en los márgenes no sólo del territorio, sino de las oportunidades. En la periferia miles de familias se levantan a oscuras (con o sin horario de invierno) para transportarse un tercio de su día, ya sea a trabajar, estudiar, hacer trámites…para una consulta de especialidad, para muchos otros servicios que no llegan a sus barrios. Esta realidad no siempre fue así y no tiene por qué seguir siéndolo. Es necesario reordenar el territorio dándole valor a la periferia, creando una nueva propuesta que permita mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
La Sociedad del Canal de Maipo a través de su Fundación, ha pensado la ciudad como un espacio de convivencia en donde exista equidad territorial, donde la periferia se incluya al desarrollo y no quede en los márgenes del progreso alimentando la falta de oportunidades. Los cursos de agua en la R.M. han ido definiendo espacios transformables en activos ambientales. La Fundación San Carlos de Maipo ha liderado proyectos en los ejes fluviales de Tobalaba, las Perdices y actualmente el Mapocho 42K, además de impulsar nuevas iniciativas que conectarán en un circuito verde tramos de la Quebrada de Macul y del Zanjón de la aguada.
La visión inclusiva del territorio a partir de los ejes fluviales y la conexión de parques y espacios públicos integrados en torno a ellos, van definiendo un anillo verde metropolitano que da solidez al ordenamiento espacial de la ciudad y crea una nueva propuesta de valor en la periferia donde hoy existe mayor degradación del espacio público. La exclusión y la falta de oportunidades es un programa social en que todos debemos trabajar para tener una ciudad más justa y conectada.