Los Oberoles: el colectivo de muralistas que busca reflejar la memoria colectiva a través de su arte
Todo comenzó en el Liceo Experimental Artístico de la calle Mapocho en Quinta Normal. Ahí, un grupo de compañeros empezó a pintar murallas con el objetivo de reflejar algún tema contingente.
Del Liceo, los muralistas salieron a las calles de Santiago, Valparaíso, Temuco, Chillán, Valdivia y otras regiones, además de otros países de Latinoamérica, como Argentina, Bolivia y Paraguay. Pasaron a llamarse “Los Oberoles”, una referencia a los trajes que ocupan los pintores, y tenían una meta, que se mantiene hasta hoy: “hacer murales con un contenido que refleje alguna parte de la memoria colectiva, de un relato, de una historia, de un hecho oprimido por la violencia de las armas, de hacer visible lo que nos ocultan a través de la educación, medios y sociedad“.
Junto con transmitir mensajes a la comunidad a través del muralismo, el grupo -cuyo número de participantes va variando de tiempos en tiempos, llegando a tener hasta 20 artistas, de 18 a 35 años- realiza talleres de esa forma de arte y graffiti a niños, adolescentes y jóvenes de distintas comunas, entre ellas, Quilicura y Conchalí. Según Cristián Aravena, uno de los muralistas que pertenece al grupo, “si por un lado, hay un propósito social-político con los murales, por otro hay un pedagógico-practico con los talleres“.
En 2014, Los Oberoles crearon la agrupación cultural “Originarios”, encabezada por Cristián. A través de ella, logran gestionar sus proyectos con el apoyo de patrocinadores y auspiciadores.
Actualmente, el colectivo ya ha pintado en locales emblemáticos de Santiago, como el bar El Pipeño, en Calle Biobio con Tocornal, y La Piojera, en la Calle Aillavillu, a pasos de la estación de metro Cal y Canto. Por lo general, tratan de incluir a la comunidad en sus trabajos, desde la idea del mural, hasta la pintura del mismo.
Durante noviembre, en el sector de Franklin-Matadero-Biobio como parte del proyecto del Ministerio de Vivienda y Urbanismo “Quiero mi Barrio“. También ese mes, representaron a Chile en el Encuentro Internacional de Muralismo y Arte Público en el Puerto Tirol (Chaco, Argentina).
Aquí, nuestra entrevista con Cristián, que habló en nombre de los miembros de “Los Oberoles”:
1. ¿Qué los motivó a trabajar en conjunto con la comunidad?
El trabajo con las personas que son parte de una localidad y conocer su historia es vital para reflejar con amplitud un mural que los identifique. Creemos que se debe respetar a las personas y en conjunto generar las instancias de conversación para después poder hacer algún trabajo si es aceptado.
2. ¿Cuál es la diferencia de un mural elaborado por un artista a solas y un mural realizado junto al vecindario?
A través del trabajo con los vecinos a través de diálogos y conversación se puede llegar a conocer de manera más profunda la historia y realidad de la localidad, entonces el trabajo es más validado y aceptado por la mayor parte de la comunidad. En cambio, la obra de un artista sin la identidad del barrio puede causar un efecto de poca identificación de los vecinos con su propuesta al no tener este contacto previo con ellos.
3. ¿Cuál es la mayor ventaja y la mayor dificultad en ese tipo de trabajo?
La mayor ventaja es poder conocer distintas vivencia, lugares, países, sus historias y su gente. La mayor dificultad es poder generar una política pública de estado que entregue estabilidad y sustente el trabajo del muralista.
4. ¿Cómo es el proceso de elección de un barrio para intervenir?
Todos los barrios y localidades tienen una historia, unas con más y otras con menos años. Entonces, desde su origen ya es posible elaborar un relato. Esto después nos lleva a un proceso de investigación donde podemos elaborar un boceto en conjunto a ellos y posteriormente el mural.
5. ¿Cómo desarrollan la iniciativa con los vecinos?
Partiendo por tener un vínculo con algún vecino, entonces se comienza a generar diálogos. Es un proceso que lleva tiempo y conversaciones donde se construye la confianza mutua que da pie para trabajar en esa localidad, no se puede plantear un mural sin por lo menos conversar con el propietario del muro. Hay que ser respetuosos en donde se trabaja.
6. ¿Qué los motivó a realizar talleres de murales?
La importancia de entregar los conocimientos a los jóvenes de una localidad y que puedan transformar sus espacios de convivencia común. Empoderando con herramientas teóricas y prácticas capaces de generar cambios en su entorno social y hasta en sus expectativas de vida al acercarse más y conocer el oficio de muralista.
7. ¿Creen que se deberían impartir ese tipo de talleres en los colegios? ¿Por qué?
Estamos convencidos que sí, ya que un taller de muralismo es un trabajo donde pedagógicamente se les entregan conocimientos teóricos y prácticos que fomentan el trabajo grupal, el desarrollo del imaginario, el diálogo, la plástica y la historia, herramientas que son parte importantes para el desarrollo integral de los jóvenes. Y ya se están haciendo en colegios de las comunas de Quilicura, Recoleta, Conchalí y Santiago.
Para conocer más los trabajos de Los Oberoles, te invitamos a visitar su Blog y su Flickr.