Países logran histórico e inédito tratado global para frenar el cambio climático
Por: Carlos González.
En París, 195 naciones, sellaron por primera vez un acuerdo para evitar que la temperatura del planeta suba en más de 2°C este siglo.
“Miro a la sala”, dijo rápidamente el canciller francés Laurent Fabius y presidente de la Cumbre del Clima (COP 21). “Veo que la reacción es positiva, no oigo objeciones: el Acuerdo de París sobre el clima queda aprobado” añadió con nerviosismo, antes de pegar un martillazo, como manda la tradición en este tipo de asambleas. Con este gesto y a 13 días de iniciarse la esperada cumbre de París, 195 países del mundo sellaron por primera vez un acuerdo vinculante para luchar contra el cambio climático.
El Acuerdo de París reemplazará a partir de 2020 al actual Protocolo de Kioto de 1997, que no fue suscrito por todos los países del mundo, entre ellos EE.UU.
Desde Francia, Pilar Moraga, investigadora del Centro del Clima y la Resiliencia, explica a La Tercera, que “vinculante” significa “que es un tratado internacional en el que los países se obligan a cumplir sus compromisos. No es como una declaración política como la de Río”. Al tener este carácter oficial deberá ser ratificado por el Congreso, en el caso de Chile.
Además de ser un acuerdo vinculante, el objetivo del pacto es contener el aumento de la temperatura “muy por debajo de los 2 ° C” respecto a la era preindustrial y “de seguir esforzándose por limitar ese aumento a 1,5°C”.
Estos 1,5°C son resultado de una reivindicación de los países en desarrollo y vulnerables al cambio climático “para exigir un mayor nivel de ambición de los países desarrollados”, explica Moraga
En el documento aprobado, de 40 páginas, se advierte que el cambio climático es “una amenaza apremiante y con efectos potencialmente irreversibles” para la humanidad y el planeta. Por eso señala “con grave preocupación” que los compromisos sumados de todos los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) distan aún mucho de las reducciones necesarias para contener la agravación del calentamiento global.
Revisión de planes
Por esta razón, en 2018, dos años antes de la entrada en vigor del acuerdo, los países evaluarán los impactos de sus iniciativas contra el calentamiento global y analizarán nuevamente sus planes de reducción de emisiones de GEI. Cuando el acuerdo cobre efecto, las revisiones de realizarán cada cinco años, a partir de 2023.
“Valoramos el acuerdo, en orden a que las contribuciones nacionales sean revisadas cada 5 años y se establezcan así instancias de evaluación periódica para el monitoreo, verificación y rendición de cuentas de los avances que están realizando los distintos países”, señaló el ministro Pablo Badenier, quien valoró el acuerdo histórico.
Sin embargo, Mariana Panuncio, directora de Clima y Energía de WWF para Latinoamérica, señala que “a pesar del buen resultado de París, sabemos que los compromisos que están sobre la mesa no son suficientes y que nos encaminan a un escenario de 3° C. Por esa razón es clave que todos los países del mundo -incluyendo los de América Latina y el Caribe- revisen las apuestas que pusieron sobre la mesa este año para hacerle frente a este desafío e incrementen sus compromisos antes de 2020”.
En texto del acuerdo también se explica que los países desarrollados, emisores históricos, tomarán la delantera en los recortes de emisiones de GEI en términos absolutos. Los países en desarrollo, que aún necesitan generar energía con carbón y petróleo, son alentados a orientar sus esfuerzos hacia la realización de recortes.
“Lo más importante de esta cumbre es que la industria de los combustibles fósiles hoy ha recibido el mensaje de que este es el final de la era de las energías fósiles”, declaró a su turno, el director ejecutivo de Greenpeace, Kumi Naidoo.
Diplomacia francesa
Poner de acuerdo contra el cambio climático a 195 países de un mundo multipolar era una misión casi imposible que Francia y su diplomacia lograron sortear con éxito, según admitieron una mayoría de delegaciones en la COP21.
Las negociaciones arrastraban además con el peso del fracaso de la conferencia de Copenhague de 2009.
“Es difícil de admitirlo para un británico, pero los franceses han conducido las negociaciones del clima de manera brillante”, reconoció Geoffrey Lean, periodista decano de las conferencias de Naciones Unidas.
Según Fabius, quien sostuvo unas 400 reuniones bilaterales sobre el clima antes de la cumbre, señaló que su método consistió en “escuchar, dar respuestas precisas, captar si hay electricidad en el aire y permitir que se exprese, ser positivo. Poner plazos: hay un momento complicado que consiste en saber terminar una negociación. Y siempre ser cortés, sin olvidar que la buena comida también forma parte de la cortesía”.
Pilar Moraga, quien estuvo como observadora en la cumbre, dijo que Fabius hizo un “trabajo de joyería” que le tomó muchos meses,no solo para acercar posiciones complejas como las de China y EE.UU, sino que con los países árabes que defienden la explotación del petróleo.